TEMOR A LA DERROTA

El temor a la derrota motoriza la rebelión del PJ bonaerense

Por Guillermo Cherashny

Pese a las desmentidas, se confirmó la rebelión de 22 diputados bonaerenses del Frente para la Victoria, cuyo bloque tiene 35 integrantes en total. La primera motivación de la jugada que encabeza Horacio González, presidente de la Cámara de Diputados, es el temor a una derrota peronista en la provincia de Buenos Aires en el 2011. La misma podría sumarse a la derrota del peronismo en casi todo el país y al posible triunfo de Julio Cobos en la elección nacional.

Los dirigentes rebeldes dicen que pueden llegar a asimilar un triunfo de Cobos, pero que de ningún modo aceptan perder la gobernación ni las intendencias, escenario bastante probable si Néstor Kirchner es el candidato a presidente. Puestos en la encrucijada, los legisladores rebeldes apuntan a fortalecer sus distritos y acompañar a Francisco de Narváez como candidato a gobernador. En ese caso no les importaría demasiado si el candidato presidencial es Eduardo Duhalde o Carlos Reutemann, porque ven muy posible que Cobos gane la presidencia y De Narváez la provincia. El intendente más activo es Sergio Massa, quien quiere ir de candidato a Vicegobernador con De Narváez.

Hasta ahora, los demás dirigentes no lo reconocen a Massa como un primus inter pares, teniendo en cuenta que en la Primera Sección Electoral están Horacio González y Jesús Cariglino, que tienen más manejo que Massa en la sección. Pero todos coinciden en que no quieren llegar a elecciones con Kirchner y Scioli como abanderados.

Al gobernador le reprochan que de entrada formó un gabinete propio y ahora que las papas queman llama a los intendentes para integrar su gabinete, cuando todavía no cumplió las promesas hechas.

La otra causa que impulsa la rebelión bonaerense es la inseguridad en la provincia, que golpea en las puertas de las intendencias. Una idea que está tomando fuerza es convocar a una reunión ampliada de intendentes del conurbano y de las otras seis secciones del interior de la provincia, para reclamar que se diseñe un plan de seguridad y que el Ministro de Seguridad lo aplique. El sentimiento común es que no cabe subordinarse a las ideas fracasadas de Carlos Stornelli y León Arslanián. Como se ve, las diferencias con Kirchner, Scioli y Balestrini se van profundizando y se alejan las posibilidades de un acuerdo.