lunes, 25 de enero de 2010

QUIEREN TODO


No basta con robarse las AFJP, empapelar de bonos la ANSeS, exprimir la Afip, el Pami, etc. También quieren el BCRA

POR CLAUDIO M. CHIARUTTINI

"En poco tiempo, el Gobierno se llevó el dinero de las AFJP, empapelaron de bonos la ANSeS, sacaron cada moneda que sobraba en la AFIP, el PAMI, los fondos fiduciarios, el Banco Nación, el Banco Central y los aportes del Banco Mundial. Se llevan 45% de los que exporta el sector agropecuario y se apropian del 28% de toda la riqueza que producen todos los argentinos. Y no les alcanza", recordó el autor en el editorial de su programa radial Sin Saco y Sin Corbata. Si eso no es voracidad, ¿qué es?



CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata). La crisis por el Fondo del Bicentenario y el despido de Martín Redrado de la Presidencia del Banco Central lleva tres semanas y el matrimonio Kirchner no logra eliminar la imagen de debilidad que le imprimieron a la Administración de Cristina Fernández de Kirchner.

En sólo una semana, Cristina Fernández de Kirchner tuvo que retroceder en todo lo hecho contra el Presidente del Banco Central, Martín Redrado, pese a que lo disfrazó con críticas y denuncias y obtuvo un contundente fallo de la Cámara en lo Contencioso Administrativo prohibiéndole el uso de las reservas para pagar deuda externa.

Por su parte, la oposición tuvo que descartar –en la práctica- cualquier intento de autoconvocatoria a Sesiones Extraordinarias en el Parlamento, sufrió la traición de Pino Solanas y Proyecto Sur y recibió la orden de la Justicia de solucionar el entuerto causado por el matrimonio Kircher con el Presidente del Banco Central.

A su vez, Martín Redrado fue vaciado de poder dentro del BCRA, aunque espera el tiempo de defenderse en el Congreso ya quedó en tiempo que las sesiones de la Bicameral serán secretas, obtuvo la ratificación judicial de todo lo actuado con el Fondo del Bicentenario –lo que descolocó a todo el ala kirchnerista de Directorio del Banco Central- y ahora debe decidir si irá mañana a buscar un choque formal con el Poder Ejecutivo o si recurrirá a la Suprema Corte para obtener una aclaración del fallo de la Cámara en lo Contencioso Administrativa.

Para sorpresa de la Quinta de Olivos, la Justicia no resolvió dilatar los tiempos, ratificó todos los fallos contra las órdenes firmadas por Cristina Fernández de Kirchner y su gabinete –todos quedaron, también, dasautorizados- y les recordó a Diputados y Senadores sus obligaciones como representantes de los ciudadanos.

Todos ganan, todos pierden

Visto de una forma, todos ganaron: el Gobierno ocultó con su derrota el pedido de Juicio Político al Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; la oposición obtuvo que el Fondo del Bicentenario y la destitución de Martín Redrado ingrese en el Congreso; el Presidente del Banco Central, logró que la Casa Rosada no le expulsara de su cargo como a un cadete y un fallo judicial que validó toda su actuación y la Justicia evitó profundizar una sofocante crisis institucional.

Pero desde otra perspectiva, todos perdieron: el matrimonio Kirchner desnudó su imponente debilidad política y judicial, la oposición no logró consenso para una autoconvocatoria parlamentaria; Martín Redrado ocupa una oficina en el Banco Central vaciado de poder, sufrió un fallo judicial que lo deja casi en la calle y debe hacer frente a una fuerte movida de prensa que sostiene que “el mercado” lo abandonó y, por su parte, la Justicia confirmó que sus fallos tienen, cada vez más, un alto contenido político.

Así, a 3 semanas de iniciada la crisis, el matrimonio Kirchner sigue sin tener los US$ 6.500 millones que necesita con desesperación, amenaza prohibir la entrada de Martín Redrado en el Banco Central usando a la Policía Federal (arriesgándose a un escándalo internacional), tiene suspendido el canje y fracasó en su intento por mostrar a Cristina Fernández de Kirchner fuerte y poderosa.

En estas 3 semanas, la oposición ha sufrido divisiones, traiciones, cambios de estrategias, errores de comunicación, acciones cargadas de personalista y una pavorosa impotencia para colocarle límites políticos claros y contundentes al kirchnerismo.

Julio Cobos

En este marco, sólo hubo una gran coincidencia de parte de casi todos los protagonistas del culebrón institucional creado por la soberbia del matrimonio Kirchner: oficialismo y oposición han comenzado una escalada para obligar a renunciar, crear el clima para un Juicio Político o esmerilar la imagen positiva que tiene el Vicepresidente de la Nación, Julio Cleto Cobos.

Hasta el lunes 18/01, el matrimonio Kirchner había elegido al compañero de fórmula de Cristina Fernández de Kirchner como la figura de la oposición para pelear en 2011. Ahora, resolvió “sacarlo de la cancha” dada la fortaleza que muestra en las propias encuestas de imagen que realizan las consultoras contratadas por la Quinta de Olivos.

Incluso, los trabajos presentados al Gobierno en los últimos días confirman que los valores positivos que presentaba Julio Cleto Cobos en diciembre han mostrado tendencia positiva durante todo el conflicto que ha tenido el matrimonio Kirchner contra Martín Redrado.

Sin embargo, oficialismo y oposición coincidieron esta semana en evaluar que si Julio Cleto Cobos mantiene su silla en el Congreso y el cargo de Vicepresidente de la Nación, cuenta con una plataforma de acción política muy visible –y con muy poco dinero- que le permite diferenciarse de otros postulantes presidenciales para el 2011.

Es curioso: el matrimonio Kirchner siempre, en su extensa carrera política, trató de elegir a su contrincante electoral, con el fin de contar con una ventaja estratégica. Así llegaron a la gobernación de Santa Cruz y, ambos, a la Presidencia de la Nación, pero cuando no pudieron seleccionar a su enemigo (ocurrió con Francisco de Narváez), perdieron.

Sorprende que Mauricio Macri se sume a Cristina Fernández de Kirchner y Elisa Carrió para pedir la renuncia de Julio Cleto Cobos pero, como suele ocurrir en la guerra, el lema usado por oficialismo y oposición fue “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo”.

Poco importa la persona misma de Julio Cleto Cobos para el análisis, pero lo grave es que oficialismo y oposición apunten sus cañones hacia la figura política con mayor imagen positiva para la opinión pública.

El peligro de este accionar es que para el ciudadano, en el fondo, oficialismo y oposición se unen para dañar aquello que la gente prefiere. En este marco, la lectura que puede hacer la opinión pública es que oficialismo y oposición son lo mismo y que ninguna de las partes se pone “del lado de la gente”, sino que prefieren defender sus intereses egoístas antes que la voluntad y deseos de la opinión pública.

Este juego, para el oficialismo, tiene costo nulo dado que tiene una imagen negativa superior al 60%; pero para la oposición, es un suicidio político, dado que suman voluntades negativas en la opinión pública cuando, en esta crisis, deberían estar intentando ganar su preferencia, escuchando sus requerimientos y respondiendo a sus necesidades.

Juegos de poder

Como la Quinta de Olivos considera que recuperar los votos perdidos será 90% de estructura política y 10% de publicidad y marketing; Néstor Kirchner volvió esta semana a sus encuentros con intendentes seducibles.

En el verano se formaron cuatro grandes bloques de intendentes bonaerenses: los viudos del kirchnerismo encabezados por Sergio Massa, los kirchneristas no peronistas como el Barba Gutierrez de Quilmes, los duhaldistas ocultos como Hugo Curto y los radicales K encabezados por Enrique García de Vicente López o Gustavo Pulti de General Pueyrredón.

Mientras que Néstor Kirchner repartió dádivas con las radicales K para que no vuelvan con Julio Cleto Cobos, lanzó a vicegobernador Alberto Ballestini contra las viudas del kirchnerismo y los duhaldistas ocultos; en tanto que Hugo Moyano recorre a los kirchneristas de paladar negro y no peronistas para asegurar su desembarco en la provincia.

El tema en común en todos los encuentros fueron las necesidades de caja y ratificar la fidelidad al matrimonio Kirchner. Hay que tener en cuenta que Daniel Scioli afronta necesidades financieras en 2010 por más de $ 10.000 millones y que la postergación del canje impide que pueda realizar las prometidas colocaciones de deuda en el exterior.

Por eso, para hacerse de plata, Daniel Scioli finalizó el 2009 y comenzó el año aspirando dinero de las cajas previsionales profesionales provinciales. A mediados del año pasado, obtuvo $ 111 millones de las cajas de los colegios de Ciencias Económicas, médicos y farmacéuticos, ingenieros, escribanos y abogados, veterinarios, odontólogos y bioquímicos. También el año pasado se sacó $ 1.600 millones del Instituto de Previsión Social (IPS). Ahora, lanzó otro bono a 2016 –como el previo- por US$ 165 millones que colocó en las mismas cajas previsionales y tomó un préstamo bancario por $ 215 millones.

Voracidad

Como se nota, entre los políticos, los malos ejemplos se imitan, por eso, pese a que ya tiene perdido su puesto en el Banco Central, la batalla librada por Martín Redrado no fue en vano por que colocó en evidencia que, para nuestros políticos, las reservas de todos los ciudadanos es una fuente de financiación más para poder mantenerse en el poder.

En poco tiempo, el Gobierno se llevó el dinero de las AFJP, empapelaron de bonos la ANSeS, sacaron cada moneda que sobraba en la AFIP, el PAMI, los fondos fiduciarios, el Banco Nación, el Banco Central y los aportes del Banco Mundial. Se llevan 45% de los que exporta el sector agropecuario y se apropian del 28% de toda la riqueza que producen todos los argentinos. Y no les alcanza.

La pregunta: “¿después de las reservas, qué?”, no es ociosa. El temor de la gente por sus ahorros, no es menor. Desde hace casi dos años, se fugaron cerca de US$ 45.000 millones. Nadie quiere dejar su plata en la Argentina. Más allá de las discusiones, hasta ahora, esa es la mayor herencia del kirchnerismo: la desconfianza en nuestros gobernantes que, cuando necesitan, manotean nuestros ahorros.

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