martes, 26 de enero de 2010
MANICOMIO
El supuesto objetivo K de manejo de la información cuenta con políticas claras...
POR JORGE HÉCTOR SANTOS
El país de los argentinos ha entrado a ser visto desde del extranjero algo así como un gran manicomio donde todos los días se conciben más desventuras para sus habitantes sin que a nadie le importe nada de la suerte de ellos. Los medios K son una triste demostración del descalabro generalizado que impera en Argentina y que forma parte del objetivo buscado por su gobierno.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Hay países que sufren desgracias imposibles de evitar como es el caso de Haití, el territorio más pobre de América, recientemente devastado por un atroz sismo que le costará años salir de semejante catástrofe.
Argentina, por el contrario, tiene todo para ser un país absolutamente privilegiado. Amplio territorio, poca población, recursos naturales increíbles. Sin embargo, quién podría imaginar que un campo tan propicio para generar en sus pobladores un elevado nivel de vida sea manejado hace mucho tiempo por gobernantes ineptos e inescrupulosos que han transformado la potencial riqueza en una inimaginable pobreza, en todos los ámbitos del diario vivir.
Todos los males más impensados, no naturales, se han volcado sobre a casi 40 millones de argentinos, con algunas cuantas excepciones que se han convertido en multimillonarios. Dentro de la esfera de estos privilegiados se encuentran la mayoría de los políticos, gremialistas, amigos y lacayos del poder.
La mayor atrocidad que ha venido padeciendo la tierra de San Martín, de Belgrano y de Sarmiento ha sido el denigrante nivel de corrupción que ha evaporado ingentes recursos públicos. No escapa a tal calamidad sino que es casi consecuencia de ella el aniquilamiento de la educación y de la salud pública. Tampoco se han salvado del avasallamiento los valores éticos y morales que han quedado golpeados de muerte.
El aniquilamiento de la organización, a su manera, que alguna vez tuvo la sociedad argentina se ha acelerado en su destrucción con mayor profundidad en los años de la gestión kirchnerista.
En los últimos 6 años hay que agregar al drama argentino la proliferación mentira orquestada desde el propio gobierno, la sistemática agresión, el descrédito, el temor a las venganzas desde el poder, el constante deterioro de las instituciones necesarias para el ordenado funcionamiento de la democracia, la mezquindad, la falta de aceptación de la crítica, la chatura de los referentes políticos, el despiadado ataque a los medios críticos. Los etc. formarían una lista inacabable.
A este panorama que enloquece por demás a cualquier individuo en soledad y más al individuo viviendo en sociedad, lo que se traduce en la agresión y violencia que domina el escenario nacional en todos los sectores, se le debe agregar el uso artero de los medios públicos que hacen los actuales gobernantes para descalificar, atacar y promover la instalación de una realidad llena de mentiras que no hace más que alterar aún más el sombrío horizonte.
No resulta extraño entonces que el gobierno quiera imponer la ficción que ellos construyen y dispersan como realidad, la cual se inscribe en la mentira constante y la tergiversación de los hechos.
Para cumplir con tal propósito el gobierno nacional orienta todos sus pasos para poder manejar más medios, tratando de reducir a su más mínima expresión la fuerza de penetración de los medios privados que no pueden controlar. La Ley de Medios Audiovisuales tal como está concebida responde a ese objetivo.
La decisión de transmitir los partidos de fútbol para todos por la televisión estatal es una medida que está reñida con la lógica de lo que sucede aún en los países de mejor calidad de vida del mundo. El fútbol gratis por TV no es posible. La necesidad de los Kirchner para hacerlo solo tuvo en la práctica destruir negocios de Clarín. El objetivo buscado es claro, quieren destruir a los medios fuertes y Clarín es el más fuerte.
Dentro de todo este panorama de dominio de la información que quieren lograr los Kirchner no es ilógico, según informa Fortunaweb que los medios de comunicación públicos paguen los sueldos más altos del Estado, según pudo constatarlo al consultar los registros del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones.
El sueldo bruto promedio en los medios oficiales (Télam, Canal 7 y Radio Nacional) fue de $9.154, para el 3er. trimestre de 2009 y en los últimos 12 meses creció 32,5%. Se incluyen periodistas, personal administrativo, técnico y de tareas generales.
No debe llamar la atención que en el Poder Judicial y Universidades Nacionales el incremento en las remuneraciones medias, en los últimos 12 meses, haya sido de tan solo 8,43% y 18,2% respectivamente (la destrucción de la Justicia y de la educación pública).
A los medios oficiales le siguen los salarios de los bancos nacionales y luego los organismos descentralizados.
El sueldo promedio de todo el sector público (Nación, provincias y municipios) es $3.831.
Y pensar que después algunos dicen que los Kirchner no tienen políticas de gobierno.
Sí, las tienen y están bien dirigidas a conseguir lo que ellos persiguen...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario