jueves, 23 de abril de 2009
POCAS LUCES
OPINIÓN “CON POCAS LUCES”
Por Jorge Omar Alonso
Ocho ex secretarios de Energía de la Nación realizaron un documento único sobre la crisis que en materia energética padece el País. Entre otras cosas en dicho estudio se mencionan perforaciones no realizadas desde 1998 y del probable fin del autoabastecimiento; de la misma manera se hace referencia a obras eléctricas incompletas o retrasadas y a la ausencia de un plan energético nacional.
La Argentina “ha demostrado tener serias dificultades para ampliar la oferta en nueva generación: el sector privado no cuenta en la situación actual con las condiciones mínimas para invertir, y el Estado, cuando lo hace -a través de Enarsa por ejemplo-, actúa en forma no planificada y recurriendo las más de las veces a costosas soluciones de urgencia", señalan los ex funcionarios.
Con relación a las inversiones, los expertos explican que son escasas y que la visión con la que se maneja el sistema no ve más allá del corto plazo. “No existen inversiones en cantidad y calidad suficientes para garantizar el abastecimiento de una demanda doméstica creciente".
Según “El Malvinense”, Carlos Rosito, decano de la Facultad de Ingeniería, explicó que suspendió la presentación del documento porque la casa de altos de estudios " no puede ser caja de resonancia de fines políticos". "Me pidieron el lugar para un debate sobre el sistema energético del cual yo también iba a participar. Pero un día antes me encuentro que ya tienen las conclusiones del debate confeccionadas de antemano, circulando por la prensa, y están pretendiendo usar a la Facultad como una caja de resonancia de una propuesta político partidaria", manifestó el decano.
Por otra parte el ex secretario Lapeña en su exposición ante los medios manifestó que trataron de interesar a la Presidenta, a quien pidieron una audiencia para hacerle conocer el documento. Pero ante el hecho de no tener respuesta alguna por parte del Gobierno, decidieron hacerlo público. Ante las afirmaciones del decano de la Facultad de Ingeniería Lapeña desmintió que se tratara de un asunto de tipo proselitista, aunque sí reconoció que en el referido documento se hace mención a política energética, algo bien distinto y puntual. .
Como era de esperarse el gobierno argentino a través del “cajero de la corte” salió a descalificar dicho documento, endilgando a los ex funcionarios que llevaron a cabo el informe de aviesas intensiones políticas y electoralistas. Este gobierno demuestra una vez más ante la negativa a debatir dicho informe como le fuera solicitado, que vive encapsulado en una burbuja de soberbia. Solo saben responder con desplantes y dicterios. Y como lo que no se reconoce, no existe ni puede enmendarse o por lo menos llegar a analizarse, el País muy pronto se verá en la situación de tener que importar energía. Sin nuevos emprendimientos en el tendido de las redes, sin perforaciones, con una cada vez más alta demanda desde los sectores industrial, comercial y particular, el panorama se presenta muy “oscuro”.
¿Qué nos pasó? Este gobierno mediante presiones y aprietes (recordar el boicot a la estaciones de servicio de la Shell alentado por el entonces presidente Kirchner), obligó a las empresas a mantener los precios a mínimos históricos. En consonancia a ello las empresas invirtieron menos en explotación, mientras que el parque automotor aumentaba. No solamente se consume más combustible, sino también electricidad. En esto hay que recordar las recomendaciones y prevenciones a comienzos de año en cuanto al uso de los acondicionadores. En este contexto como paliativo a una crisis que no se quería reconocer, se produjo el plan canje por lámparas de bajo consumo. Se tuvo que comprar electricidad a Brasil y Uruguay y gas a precios elevados a Bolivia. Y como detalle populista para empeorar las cosas tenemos el “enganche” a la red en barrios humildes, y en otros no tanto, mediante lo cual se roba electricidad.
Como es la naturaleza de los funcionarios kirchneristas, De Vido salió a descalificar burdamente a los ex secretarios, con un lenguaje torpe de intolerante y echando culpas al pasado.
Mientras tanto el último que apague la luz. . .
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