LA INQUIETUD

El País (Uruguay) - 31-May-09 - Opinión

Internacional
La otra orilla
La inquietud es reina

Julia Rodríguez Larreta


La inquietud es reina en la Argentina. Y como tal, es veleidosa y cambiante, pero a todos gobierna bajo su imperio.

Nadie sabe como reaccionará el santacruceño el día 29 (el proceso de cómputos será lento), ya sea que pierda y se sienta muy inseguro o que gane a simple pluralidad de sufragios en la provincia de Buenos Aires y se vea con poder suficiente como para hacer lo que se le venga en gana.

Nada muy distinto su manera de actuar desde que asumió el mando. Al principio con aquel modesto 22% con el que ganó las elecciones y que por un muy breve plazo, a decir verdad, llevó a pensar a más de uno, de que se trataría de un presidente débil por su escaso soporte.

Sin embargo, no bien asumir en 2003, se abocó a ganar adeptos, los cuales gracias a su apoyo fueron ganando las distintas gobernaciones. Al mismo tiempo, destruía con artes semejantes al entramado duhaldista de intendentes y líderes distritales. Mientras por otro lado, hábilmente atacó la coparticipación por medio de un nuevo pacto y a partir de ello logró ser el rey que otorgaba sus dádivas a los que hacían buena letra. Y ni que hablar de la ley de Poderes Especiales a la orden de su Jefe de Gabinete, sancionada con el respaldo de las mayorías peronistas, renovada una y otra vez, que le ha permitido al gobierno manejar con total arbitrariedad, ingentes sumas de dinero.

Hoy es recurrente, en diversidad de ámbitos como tema de conversación, una lista de interrogantes que preocupan. Desde el temor a que el gobierno continúe con el derrotero ya comenzado, (Correo, Aguas Argentinas, Aerolíneas, AFJP) de estatizar ciertas empresas bajo el pretexto de que son estratégicas, hasta el riesgo que pueden correr los dineros depositados en las cajas de seguridad de los bancos o cualquier otro manotazo, al estilo de la confiscación de los ahorros para la jubilación que ahora se utilizan en cualquier cosa que se le ocurre al Ejecutivo. Sin control alguno aunque supuestamente serían vigilados por dos comisiones. Una de ellas no se ha formado y la legislativa, si bien finalmente se nombró, se la puede declarar como más inoperante que otra cosa.

De vuelta de su idílica visita al sur argentino, la reciente embestida del amigo Chávez sobre las otras fábricas de la argentina Techint, -porque ya había comenzado con SIDOR-, ha resultado muy inoportuna. Cuando ocurrió la primera, la reacción del sector empresario fue más bien tibia como ellos mismos lo han reconocido, ahora que sí decidieron hacerse oír, exigiendo que el gobierno argentino defienda a las empresas nacionales. Postura que coincide con la de la oposición.

Para los Kirchner, supuestos amigazos del venezolano, la expropiación en pleno período electoral, los descolocó bastante. Y para peor, después de que un micrófono indiscreto (no era Bloomberg en esta ocasión) dejara oír las palabras tranquilizadoras del ideólogo del socialismo siglo XXI, (bastante particular su ideología según se ve), para con el Presidente Lula, asegurándole que las empresas brasileñas no corrían ningún peligro.

Si bien en el primer momento, desde la Casa Rosada se enviaron mensajes calmantes en cuanto a su voluntad de apoyar a la empresa argentina, luego sucedió lo del escorpión. ¿Quien no recuerda la fábula de la rana y el alacrán, cuando subía la creciente del Nilo?

Pues a Cristina le salió el aguijón y no tuvo mejor idea que increpar a los de Techint, acusándoles de no haber traído al país, los 400 millones de dólares de la primera cuota de los 1900 millones de dólares ( pedían 8000 millones) que Caracas acordó finalmente pagar en cómodas cuotas por la expropiación. La Presidente le recordó enojada a Techint, la intervención del gobierno argentino para contribuir a alcanzar una mejor negociación.

Ante semejante rezongo público, no faltó quien no se asombrara por la filípica de boca de Mme. Kirchner, pues no han sido del todo olvidados, los cientos de millones, más los intereses generados, que su marido envió hace años a Suiza cuando era Gobernador de Santa Cruz, de los que poco y nada se ha sabido hasta ahora