martes, 29 de septiembre de 2009

LA PARÁBOLA DE LO INEVITABLE


: LA PARÁBOLA DE LO INEVITABLE
(Por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse). (29/9/2009)


Sin dudas Tucídides fue el primer historiador.
Escribió su obra desde el exilio, lo cual le dio ventajas casi para una perfección historiográfica.

La advertencia más famosa de Tucídides, hace más de dos milenios, ha sido la llamada teoría del inevitabilidad de un conflicto .

Trátase de algo muy curioso :

Dice que, la sola o la mera creencia de un conductor, sea militar o político, en la inevitabilidad de una confrontación o conflicto puede convertirse en una de sus principales causas. Pues cada bando, creyendo que todo va a terminar en una guerra absoluta con el otro, realiza entonces unos preparativos bélicos razonables, que son interpretados, por el bando contrario, como la más cabal confirmación de sus peores miedos.

Y entonces cada uno empieza a subir la apuesta de sus propios preparativos.
Y así, … por aproximaciones sucesivas, la creencia inicial de que el conflicto era inevitable se convierte en una especie de profecía autocumplida.

Aquí, en nuestra comarca tullida, insolvente y despanzurrada, un terrible karma de desgracias en cuentagotas, como si fuera un descarrilamiento interminable, nos persigue… como una maldición milenaria.

Pero ahora, nadie sabe bien por qué y nadie sabe desde cual síntoma, flota la sensación de que se nos acabó el turno. Que se han evaporado ya todas las chances encadenadas que , cada vez, pudimos manotear a último momento.

La perversa práctica deportiva del conflicto, llevada a cabo durante seis años consecutivos por una familia de insanos que confundieron la República con un polígono de tiro, puso a toda la sociedad en un estado de acostumbramiento casi natural a la crispación. En el clima de entrenamiento más cabal para el ataque o la defensa, al vernos cada mañana, navegando en un conflicto nuevo.



“Yo te destruyo, tú me destruyes, él nos va a destruir, ella también. Nosotros nos vamos a destruir entre todos”.

Sabemos a la perfección conjugar el verbo de la preparación crispada para la eventualidad de un conflicto.

Lo insoportable para ella, es que se le noten demasiado los gestos de miedo.
Sabe que se la ha caído la estantería y que - ahora - la apuesta es tratar de no ser tragada por la realidad que avanza hacia ella a una velocidad alucinante.

Su inmovilismo, mezcla de inoperancia y confusión, es el trágico precio de los desbordes imperdonables de su propia farsa. Sin la menor exageración, tiene tres cuartas partes de la estantería nacional desparramada por el piso.

Copió la peor faceta de la comunicación gestual y demagógica de su marido.
Y le agregó - por su cuenta - una capítulo de la fábula victimal que diseñó por su condición de pertenecer a un género que, psíquicamente, no puede asumir supuestamente por ser rechazada y atacada.

Ha imaginado, no sin motivos, un escenario negro demasiado cerca, y aún sin conocer la teoría de la inevitabilidad del conflicto y el colapso que planteara Tucídides en el 400 (a.c.), tuvo el reflejo del boxeador que siente por primera vez un golpe terrible. Mareada y sonriente, miró al rincón buscando ayuda.

No ha de saber nada , ni ella ni el gobierno hasta dentro de un tiempo, pero al ser participantes promotores y activos de un conflicto gravísimo , deberían recordar la advertencia de Tucídides, hace más de dos milenios.

Aterrada, ha empezado a preparar su defensa personal para cuando llegue el “gran desastre” que ya, tal como el ateniense, observa como inevitable.

Es falso que ella crea que las cosas pueden mejorar.

A los gritos en la residencia de Olivos, con la cara enrojecida y con sus ojos llenos de una humedad ofuscada por la ira, pronunció palabras irreproducibles señalando que la quieren llevar a un caos… pero se van a llevar una sorpresa (sic).



Anuncia, prefigura, motoriza y suscribe, la teoría de Tucídides.

Y póngale la firma que, con la maravillosa ayuda de su esposo, nos arrastra a todos a un escalada de enfrentamientos que tendrá su lugar en la historia

El único bien en peligro a preservar hoy, es su propio pellejo.
Un criterio tan autocontemplativo, como que está inspirado en su instinto de más animal y salvaje de supervivencia.

Los grupos “progre” más confontativos y belicosos, serán, según ella cree, su guardia pretoriana. Son el pueblo “armado” y financiado por ella.
Son sus custodios ahora… y lo serán mañana.

Se erigirán en Guardia Nacional. Serán los árbitros policiales de cualquier expresión adversa que no haya conseguido su permiso o su bendición.

Sembró su propio almácigo de enemigos y se está haciendo cargo de aquellos que, cada noche, riega su propio esposo desde las sombras.
Suma entonces un buen número de “vengadores” que pueden desear verla muy pronto entre rejas. Y causas hay miles… para tramitarle un calabozo.

No pueden ocultar una profunda y abierta instigación a la división social que se viene haciendo desde sus atriles, como práctica política hitleriana.

Y así, han establecido, la tajante y la muy clara demonización de las elites para señalárselas a estos “grupos” como los íconos definidos de la mayor amenaza democrática de la historia.

En eso apoya su prédica y su velada invitación permanente al enfrentamiento civil entre ricos y pobres, entre los desposeídos y los especuladores, entre trabajadores y empresarios perversos, entre los protestatarios justos y los que son conspiradores.

Y así es, como comete abiertamente, sin dudas, el grave delito de promover la fractura social y de estimular su descomposición en vectores de violencia que ya han sido puestos a funcionar para ser inscriptos en cualquier escenario de choque.


La protesta popular generalizada desplegándose por doquier, es hoy el trágico correlato de esta práctica deportiva del conflicto encarnada desde el poder y acaso también de la inexistencia absoluta de una oposición que pueda liderar, concentrar y/o representar el disenso de cualquier sector de la ciudadanía.

Y por idéntico motivo, lucen fulminados los mecanismos de sustitución de la democracia. Suman con ello, el argumento de su valor como última ratio.

El delito del poder es más grave aún, porque lo que se ha propiciado aquí, es no sólo la fractura social y acaso el enfrentamiento civil, sino, peor que eso, que no haya otra chance de salida que no sea la anarquía presente y la violencia, como mecanismos únicos para dirimir las necesidades angustiosas de las bases.

La presidente lleva dos años y medio en el cargo y acaso quede alguien esperando todavía que se produzca algún cambio positivo.

Pero la protesta es tan sólo la primera de las 100 duras realidades que hoy están llegando a cobrarse su venganza por haber sido despreciadas y ocultadas bajo la alfombra mágica del Frente para la Victoria.

Si alguien, honestamente, supone o espera algún cambio positivo en el país, debería prepararse para un estrepitoso desencanto.

Casi sin ninguna excepción, y con total objetividad, los escenarios más inmediatos de la sociedad, desde la economía y desde la política, están claramente en un plano inclinado. Se verá en breve que todos, sin excepción, están desmoronándose a distintas velocidades.

Y en esto, marchan a la cabeza las inversiones en retirada, la distorsión de los precios relativos y la aventura del sofisma “progresista”.

El desmoronamiento incluye también al famoso superávit fiscal, base de la “caja”, base del clientelismo político y sostén virtual de la acumulación de poder de una sociedad conyugal atada a un modelo retórico que jamás pudo ser explicado a ninguna persona en seis años.

El superávit ha fenecido. No se dude de esto



Las áreas centrales Salud, Educación, Defensa, Seguridad Pública, Asistencia Social y Relaciones Internacionales, todo, … individualmente y en conjunto, muestra un deterioro tan evidente como alarmante.

La gran plataforma artificial que les ha servido de estructura de apoyo, se resquebraja suavemente, pero en forma inexorable.
La urgencia de un sinceramiento los acomete como el agua que entra a un bote por varios agujeros a la vez.

No hicieron la menor reforma estructural … y ni siquiera se les ocurrió inventar algún sustituto para alimentar esa gran “caja” que les dio oxígeno.

No atrajeron a un solo inversor.
Inversamente, se ocuparon de ahuyentar a todos los que pudieron.

El 85% de las actividades privadas que son esenciales, empezando por el transporte, están hoy subsidiadas de un modo que es tan impúdico como descontrolado.

Una comisión que, para las prácticas del matrimonio, se enmarca en la famosa técnica de la simulación.

Les queda Chávez, un amigo que les cobra por los bonos que se lleva, una tasa más cara que cualquiera, un fan de Mahmud Ahmadinejad, un extravagante amigo, tan sensible, que es hoy el mayor atacante de la libertad de prensa, según las organizaciones de control mas importantes del mundo.

La señora no vino a cambiar el “régimen”. Es parte del régimen.

Si alguien espera un cambio, debe saber que acaso llegue.
Pero primero hay que vérselas con lo inevitable :

Tucídides tenía razón El conflicto es inevitable


Lic Gustavo A. Bunse
gabunse@yahoo.com.ar

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