martes, 15 de diciembre de 2009

DOS CARIPELAS


Politica


-Las dos caras de la realidad K
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La Presidenta anunció ayer la creación de un fondo con reservas del Banco Central para garantizar el pago de la deuda externa. Su discurso estuvo repleto de conceptos autoelogiosos. Pero no todo lo que brilla es oro: especialistas consultados por Hoy alertaron sobre los negociados que favorecerían a los acreedores y sobre los números ficticios de la administración kirchnerista.

El Gobierno nacional anunció ayer la creación de un fondo especial de 6.500 millones de dólares con reservas monetarias del Banco Central (BCRA) para garantizar el pago de la deuda externa.

La presidenta Cristina Fernández encabezó el acto, transmitido por la cadena nacional, y sostuvo que se está realizando “una utilización absolutamente racional de las reservas”. También remarcó que el fondo anunciado, que se constituirá con 37 por ciento del excedente, será “una fuerte señal al mercado de que no vamos a aceptar cualquier tasa de interés” para préstamos internacionales.

“Esto también es importante y lógico, porque por estas reservas nos pagan hoy en términos de Basilea 0,5 por ciento mensual, cuando todos saben que hoy las tasas de riesgo país indicarían que la Argentina tendría que tener una tasa de dos dígitos de acceder al mercado de capitales”, explicó.

Subrayó que “brindar a los mercados internacionales la seguridad del cobro de la deuda también achica no ya las maniobras de los mercados, sino las que se hacen muchas veces desde lo virtual, desde lo mediático para tener efectos no deseados”.

En ese sentido, se quejó porque “durante este año tuvimos que escuchar que el dólar se iba a ir por las nubes y que el mercado internacional dudaba de nuestra capacidad de pago”, y consideró que esas manifestaciones “excedían el lógico temor y la desconfianza que la Argentina instaló a partir de la declaración del default en 2001”.

La jefa de Estado afirmó que estas advertencias “tenían una clara y marcada orientación política destinada a perjudicar al país y hacerlo tomar medidas equivocadas pensando que tal vez la presión de títulos de tapas, de anuncios, pueda obligar a esta Presidenta a torcer el destino de lo que cree que tiene que hacer”.

“Vamos a seguir con la misma firmeza, sosteniendo la política de administración porque nos ha permitido tener un dólar competitivo. De lo contrario, hoy el dólar lejos de este 3,82 estaría en 1,60, por abajo del Real, y todos sabemos lo que eso significaría en términos de impacto a nuestra empresas, el nivel de empleo y a nuestra producción”, aseveró.

Eso no fue todo. La primera mandataria no se ruborizó al calificar al año 2008 como “el de mayor crecimiento de toda la historia y nos permitió que este año 2009, a pesar de la crisis global más importante que se recuerde desde la del año 1930, estemos cerrando el año con un superávit de 15.727 millones de dólares en noviembre contra los 11.200 millones del año pasado, lo que significa un 32 por ciento más”.

Cristina comparó asimismo los números entre noviembre 08 y noviembre 09 y dijo que “entre noviembre y noviembre, este modelo nos permitió que pasáramos de 745 millones de dólares a 1.245 millones de dólares de hoy, concretando un 73 por ciento más en la fase interanual”.

“Esto no es viento de cola ni milagro, esto es administración y gestión de la cosa pública”, concluyó.

La certeza del Gobierno

El ministro de Economía, Amado Boudou, prevo al discurso de la Presidenta, dijo que el dinero del Fondo del Bicentenario para el Desendeudamiento y la Estabilización servirá para dar “el máximo de certeza” a los acreedores.

“Este fondo asegura el sostenimiento del crecimiento de Argentina, potencia la capacidad del sector privado de endeudarse a tasas más bajas, uso racional de las reservas, al tiempo que tenemos un banco central sólido y fuerte”, indicó.

Para el funcionario, 2010 arranca con “muchas expectativas” y que tras ejecutar esta medida, el BCRA mantendrá un “nivel importante de reservas excedentes que le permitirá seguir la misión de custodia ante ataques especulativos”. Esta iniciativa “va en el mismo sentido que las medidas tomadas desde junio respecto a permitir la vuelta de Argentina a los mercados internacionales (de crédito)”, aseguró.

Cuando la realidad es la única verdad

Los números de la economía que difunde el Gobierno resultan un dibujo que a muchos podría hacer confundir. Pero la realidad, como decía el general Perón, es la única verdad.

Lo que no dijo ayer la señora Presidenta es que no existe una política de Estado que esté puesta al servicio de la Nación, que a su vez tiene que ver con la riqueza que debe generarse para que caiga como cascada sobre los que no tienen nada.

Resulta de suma urgencia hacer nacer una industria nacional que no tenga nada que ver con los amigos del poder circunstancial; hay que hacer parir una verdadera burguesía nacional.

También hay que tener una clase obrera fortalecida, con gremios que defiendan los intereses sectoriales, pero que no descuiden el interés común, como es la defensa del aparato productivo y del mercado interno.

En ese sentido, resulta lamentable y preocupante que estos conceptos sencillos ni siquiera estén expresados en una sola línea del discurso de la señora Presidenta.

No puede sobrevivir un país que vive de l0s commodities y de dar servicios; tenemos provincias con carencias que lastiman en lo más profundo pese a contar con inconmensurables posibilidades de desarrollo. Así es como se está entregando sin pudor la riqueza de las entrañas de nuestro suelo -gas, petróleo, minería- a intereses que nada tienen que ver con lo nacional.

Hasta que estos problemas que se invocan no sean vistos con ojos críticos, para así pensar y ejecutar soluciones, vamos a vivir en una bipolaridad. Somos un diario joven y creemos en las reservas profundas de la comunidad toda, que tiene que ver con el sentido solidario, con las ganas de crecer y de ser.

Los que hicieron posible el nacimiento de la patria no tuvieron la cobardía que actualmente caracteriza a muchos de los dirigentes. De lo contrario, hoy no nos llamaríamos Argentina ni estaríamos recordando el Bicentenario. Es necesario volver a los valores fundamentales como el patriotismo, la honradez y el consenso para encarar los nuevos desafíos, y sacar al país del ostracismo.

“Un manotazo al bolsillo de los argentinos”

No todo es claro en los planes anunciados por el Gobierno. Pero hay muchas cosas que no necesitan ser esclarecidas, porque se caen de maduras. En primer lugar, la creación del Fondo del Bicentenario para pagar la deuda externa demuestra que, más allá del discurso, las prioridades del Gobierno nacional son seguir otorgándoles sabrosas garantías a los acreedores externos, en momentos en que casi ninguna pyme tiene acceso al crédito en un país con niveles de desempleo en ascenso y con 40% de la población debajo de la línea de la pobreza.

En conversación con Hoy, el ex legislador nacional Mario Cafiero, un estudioso de la deuda externa argentina, afirmó que “la medida anunciada por la Presidenta es un manotazo al bolsillo de todos los argentinos”. El ex diputado sostuvo que desde el punto de vista financiero “es un disparate total, ya que es mentira que al Banco Central le sobran dólares, en realidad los debe”. Además, consideró que adoptar una decisión de este tipo “puede traer presiones inflacionarias”.

“También es un disparate desde el punto de vista social, ya que se está utilizando este dinero cuando hay un 40% de pobres y cuando aún se deben cumplir los fallos de la Corte, que ordena actualizar los haberes de los jubilados”, afirmó.

“Seguramente con este dinero se van a abonar las obligaciones con los acreedores de la deuda, y se buscará arreglar con el Club de París. Así se alimentará los bolsillos de los grandes especuladores financieros”, sentenció Cafiero. Finalmente, el ex legislador sostuvo que “el Gobierno ya reventó la caja de la Anses, de las provincias y ahora reventará las caja del Banco Central”. Y advirtió que la Argentina se volverá a convertir en un país dependiente de los capitales internacionales. “Se volverá a un régimen muy similar al de la década pasada, y perderemos nuevamente soberanía política e industrialización”, dijo.

En este contexto, cabe hacer hincapié en lo dicho por la Presidenta de que en lo que va del año “se ha logrado un superávit comercial sin precedentes”. Un superávit comercial implica que la cantidad de bienes y servicios que un país exporta es mayor a la cantidad de bienes que importa. Si bien, hay sectores dentro de la economía doméstica que han mejorado su capacidad de exportación (pese a que se dedican a la actividad primaria), lo cierto es que atrás de este aparente éxito se esconde que sectores productivos y el grueso de la población -al caer las importaciones- está perdiendo su capacidad de compra y consumo.

“El superávit comercial es el resultado de sumas y restas. Así nos podemos encontrar con que las exportaciones bajaron debido a la recesión, y que las importaciones bajaron aún más que las exportaciones, y eso genera, en términos contables, que haya un mayor superávit”, le dijo a Hoy Pedro Andrieu, ex secretario de Comercio de la Nación y profesor emérito de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Y agregó que “la cuestión es más compleja porque si se exportó menos es una cuestión negativa, pero puede ser aún más negativo que se haya dejado de importar insumos, máquinas de transporte y de producción porque la recesión es la que provoca menos demanda, y que la industria demande menos productos semiterminados”.

Andrieu también afirmó que, más allá de lo que el Gobierno afirma públicamente sobre el valor agregado que se le está dando a la economía, la gran mayoría de las exportaciones superavitarias son commodities o manufacturas de origen agropecuario con escaso valor agregado.

“Mucho se habla de las exportaciones de automóviles, pero gran parte de los componentes que se utilizan son importados. Además, nos encontramos en una situación en la que en nuestro país el porcentaje de autos importados es mayor que los producidos en el propio país, mientras que la gran mayoría de los autos que se producen en el país se exportan. Así es como hubo un déficit de 6.000 mil millones de dólares dentro de la actividad, que se financia con los recursos de los productos que son superavitarios, como las commodities”, afirmó.

La mayoría de los analistas sostienen que el anuncio de Cristina Kirchner y Amado Boudou, más que un anuncio es una “confesión de que la situación fiscal es muy mala”. Además, es preocupante que el Gobierno restrinja la independencia del Banco Central al utilizar las reservas para el pago de deuda de manera arbitraria.

El 2010 no cuenta con buenos pronósticos, y los expertos señalan que el oficialismo va a perder su “invicto” en materia de superávit fiscal y empezará a tener las cuentas en rojo.

Varios interrogantes

En diálogo con Hoy, el economista Orlando Ferreres sostuvo que por ahora hay que ver cómo va a ser tomado el anuncio de la Presidenta porque “se pude interpretar de varias maneras”. Lo cierto es que Ferreres concuerda que el mecanismo anunciado “se da para asegurar el pago de la deuda”.

Lo que el economista se pregunta es cómo va a hacer el Gobierno para que el anuncio tome forma, dado que hay tres opciones. La primera es aprobarla por el Congreso, algo que en la actualidad le va a resultar difícil porque dejó de tener mayoría. La segunda es cambiar la carta orgánica del Banco Central, algo todavía más complicado. Y la tercera, la más probable, es hacerlo por una ley mediante decreto de Necesidad y Urgencia.

A todo esto, Ferreres sostuvo que los planes de la Rosada son “una manera de cubrir el déficit de la caja”, obteniendo fondos del exterior para pagar la deuda. Y explicó que “da la impresión “ de que el Gobierno nacional teme no llegar a cubrir esos compromisos financieros internacionales. De todos modos, consideró que hay una parte positiva, que es que “a los bancos les da credibilidad”, pero como parte negativa, consideró que dentro la economía interna esto puede “generar más inflación” y “más gasto público”.

En este escenario, Ferreres presumió que dentro del Banco Central no debe haber buen humor en cuanto al anuncio realizado ayer.

Lascano: “No hay que caer en prédica de los liberales”

El economista y ex miembro del Plan Fenix Marcelo Lascano fue contundente sobre el superávit fiscal que mencionó la presidenta Cristina Kirchner y le dijo a Hoy: “Si se deja de pagar, hay superávit”, como una muestra de lo que pasó en los últimos años.

De todos modos, Lascano sostuvo que no hay que caer en la “vieja predica de los liberales, que sostienen que hay que tener superávit aún estando muertos”.

Además, el economista sostuvo que ponerlo como caballo de batalla dentro de los discursos gubernamentales no es muy bueno. “El tema de los superávit son muy difíciles”, dijo, al tiempo que presume que en ese ámbito Cristina está mal asesorada.

Fuente: Diario Hoy (La Plata)

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