jueves, 21 de enero de 2010

ÉTICA KIRCHNERISTA


El Ágora - 21-Ene-10 - Editorial

RETRATO DE LA ÉTICA KIRCHNERISTA

por Héctor B. Trillo

Hace algunas horas se conoció el texto de una nota dirigida por el embajador argentino en los EEUU a los legisladores de ese país en la cual les pide que “rechacen todo intento de los fondos buitres (sic) y sus lobbystas de lograr su perverso objetivo”.

El embajador se refiere a los impedimentos que a su juicio intentan ejercer los fondos en cuestión para evitar que la Argentina salga del default parcial en que, según la misiva, se encuentra.

Es muy interesante resaltar la posición del Sr. Timerman, que incluye la apreciación de que los fondos buitre intentan boicotear una solución definitiva al canje de deuda con los bonistas que arreglaron con el país en el año 2005.

Al final de este comentario agregamos un link para que nuestros amables lectores puedan leer, si lo desean, la nota periodística completa. Nos limitaremos a analizar algunas cuestiones del planteo referido.

En primer lugar está el hecho en sí mismo con relación a si un embajador está en condiciones de pedir semejante cosa a legisladores del país en el que actúa. Es decir, si es diplomáticamente viable pedir el rechazo a una posición comercial respecto de valores impagos de la Argentina y si es potable que los legisladores norteamericanos se expidan en la cuestión de manera tal de influir incluso sobre la justicia de aquel país.

El segundo punto a destacar es si es correcto que el Sr. Timerman califique a los fondos de “buitres” como lo hace reiteradamente, incurriendo en nuestro modo de ver en una obvia descalificación a priori, tanto a los profesionales como a los acreedores a los que pudieren representar tales fondos.

El tercer aspecto es el origen, justamente, de esa descalificación. Según palabras del propio Timerman, y para ir directamente al grano, de lo que se trata es de que tales “fondos” han comprado por monedas títulos en default y ahora pretenden ganar mucho dinero con ellos.

El embajador argentino pretende avanzar sobre la justicia norteamericana a la que, a priori, considera injusta. Y esto lo decimos no sólo por el contenido de la nota sino porque le hemos oído decir por radio que un deudor de la ex Yugoslavia se veía obligado a pagar una vieja deuda en razón de que un fallo así lo dispuso, cuando el país ya ni existe. Es decir, para el embajador si quienes intentan cobrar ganan mucho dinero (a su juicio o de quien fuere), o el país de los títulos ya no existe, es improcedente pretender obligar al pago. Es, dicho con todas las letras, inmoral hacerlo.

Un aspecto no menor es que ahora se admite que la Argentina sigue en default, cuando hasta hace apenas dos meses la deuda de quienes no se habían presentado al canje de 2005 había sido borrada mediante una ley. Lo cual, por otra parte, no resulta en calificaciones de inmoralidad, ilegitimidad y mucho menos de comportamiento “buitre”.

Por si cupiera alguna duda, el comentario sobre la ex Yugoslavia es de una claridad meridiana. Si el país desapareció, desapareció el motivo de la deuda. El dinero prestado en su momento y que fue utilizado no debe ser devuelto. Esta es la posición mental, moral, diplomática y hasta ética de nuestro embajador en la principal potencia del planeta.

También se alude en la nota que estamos comentando a los “paraísos fiscales” donde al parecer están domiciliados los fondos “buitre”. La verdad es que no parece quedar títere con cabeza. Los países que legalmente son considerados como “de baja o nula tributación” merecen la descalificación diplomática de ser llamados “paraísos fiscales” que acunan en sus territorios a “buitres” que quieren cobrar “mucho” cuando no les corresponde porque los deudores no existen más como país armónico e independiente o cuando, como en el caso de la Argentina, parecen haber tomado nota de que la inmoralidad intrínseca del festejo por el “pelito al campo” se le ha vuelto como un bumerán con más pena que gloria.

Cuando nuestro país de manera peligrosa e inmoral decidió no pagar sus obligaciones cometió una falta ética imperdonable. Cuando a su vez decidió borrar de un plumazo a quienes no aceptaron las migajas que se le reconocían en 2005 volvió a abusarse de su posición antiética pensando, tal vez, que no habría consecuencias. Cuando el Dr. Lavagna o el Dr. Kirchner decían públicamente que quienes les habían prestado dinero a la Argentina a tasas tan altas “sabían de los riesgos” también actuaron de manera cuando menos inadecuada para con los que de buena o mala fe le habían prestado dinero al país.

La posición argentina ha sido antiética, inmoral, canallesca y hasta cargada de cinismo. Y eso es lo que a nosotros nos interesa resaltar.

Descalificar a los fondos que quieren cobrar los bonos soberanos argentinos parece ser una vez más la metodología kirchnerista para saldar problemas. Siempre son los otros los malos y los injustos. Todo lo que nosotros hicimos estuvo bien.

Como ocurrió y ocurre con tantos otros temas, parecería ser que los funcionarios del gobierno argentino no conocían de ante mano las reglas del juego y se desayunaron ahora. Desde la 125 hasta Redrado, desde el diario Clarín hasta las privatizadas, todo cae en la misma bolsa de la maldad humana descubierta por la santidad moral del matrimonio gobernante.

Los fondos “buitre” son en realidad estudios profesionales que intentan cobrar a quienes no honraron sus obligaciones. Y eso es lo que hizo la Argentina. No es lo que hicieron Chile, Uruguay o Brasil pese a que su pasado cercano fue bastante similar al nuestro. Estamos tentados de recordar el dicho: “el que roba a un ladrón...” pero tal vez es demasiado fuerte.

Pero es bien claro que los argumentos utilizados por nuestro embajador en EEUU, y que sin duda ni son originales ni son propios dada su investidura, pretenden una vez más poner la culpa en los otros. Dado que nos exigen “mucho” y que “compraron por monedas” no tienen derecho a reclamar.

No nos parece bien el “lobbismo” si éste puede influir en la justicia norteamericana, que en definitiva es la que debe juzgar los actos vinculados con ese país. Ninguna ley en la gran nación del norte podría ser retroactiva o anular derechos adquiridos, como tan fácilmente ocurre entre nosotros. No nos parece bien e incluso puede que nos parezca mal que alguien intente aprovecharse de una situación compleja para obtener mayores ganancias. Pero esas son las reglas del juego y nadie en EEUU va a ir en contra de la propiedad privada ni negar los derechos del acreedor que muestra un título que dice que alguien debe pagar por él. Esto, aunque resulte muy antipático, es lo que hizo grande y poderosa a la Unión Norteamericana.

La verdad es que la Argentina se puso en la posición que se puso porque quiso. Porque nosotros somos muy piolas. Tan piolas que no pensamos que existen estados donde la justicia funciona, las leyes no se anulan, los contratos se cumplen y las obligaciones se pagan.

Y hay un dato final que no queremos dejar de señalar con toda la vehemencia que podemos: Timerman sugiere que la justicia es injusta y que él sí es justo. Él y el país que representa (el nuestro). Un país que no ha honrado sus compromisos, que ha festejado a los gritos el no pago de la deuda, que ha elaborado una ley desconociendo derechos adquiridos de los acreedores para luego “suspenderla” por un años reconociendo que sí existen esos acreedores. Pero que, si bien existen, que no pretendan cobrar demasiado, ni que vengan a reclamar luego de cumplido el año de “suspensión”.

Este es el triste retrato de la ética del kirchnerismo. Lamentablemente.

HÉCTOR BLAS TRILLO

Ver nota en:

http://abogados.iprofesional.com/notas/93178-La-Argentina-denuncio-en-Estados-Unidos-el-lobby-de-los-fondos-buitre.html

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