sábado, 15 de septiembre de 2007

NO SEAMOS IDIOTAS

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Eduardo Duhalde vs. Néstor Kirchner es una falsa opción: la única diferencia que parecen tener, según Duhalde, es que Kirchner carece de Ministerio de la Producción, porque lo unificó con el Ministerio de Economía.

Duhalde cree que tener un Ministerio de la Producción tiene sentido aunque sus 2 ministros de la Producción fueron patéticos: José Ignacio de Mendiguren, primero, y Aníbal Fernández, después. Su ministro de Economía, Roberto Lavagna, los aborrecía y una de las condiciones que le impuso a Kirchner para permanecer fue quedarse con Producción. Hipócrita, 'el Cabezón' reclama lo del Ministerio de Producción sin mencionar a quién lo clausuró.

El apego de Duhalde a la economía regulada y centralizada por el Estado resulta bastante similar a la fascinación de Kirchner por ese esquema.
Luego, resulta sorprendente que quien promovió una formidable transferencia de ingresos en contra de los asalariados, de los jubilados y de los pequeños ahorristas, ahora pretenda convertirse en la alternativa a Kirchner.

Por supuesto que Urgente24 no abundará en todo lo que ya se sabe de Duhalde: la "mejor policía del mundo", la explosión del narcotráfico en Provincia de Buenos Aires y todo aquello que provocó las derrotas de los Duhalde en 1997, 1999 y 2005.

Sin embargo, la carencia de oposición le permite a Duhalde intentar reubicarse en la grilla del poder. Lo interesante es que su reaparición intenta quitarle espacio a la oposición a poco del comicio. Porque Duhalde no podía esperar hasta el 28 de octubre, tiene que salir antes a escena, y esto es funcional a los Kirchner.

Es lo que hizo Hilda de Duhalde en el año 2005: su absurda competencia con Cristina de Kirchner frenó a los opositores y desintegró a Ricardo López Murphy en Provincia de Buenos Aires.
Además, la mayoría de quienes acompañaban a 'la Chiche' ya la habían traicionado y apenas terminó el comicio corrieron a integrarse a las filas del Frente para la Victoria o sus satélites. Sin ir muy lejos, quien fue compañero de Hilda de Duhalde como candidato a senador nacional por Provincia de Buenos Aires, José María Díaz Bancalari, es desde entonces un kirchnerista convencido, hoy candidato a diputado nacional por el FpV y a presidente del bloque oficialista en la Cámara baja.

Los Duhalde nunca condenaron por esto a Díaz Bancalari, todo lo contrario. Y no se trata de que los Duhalde estuviesen alejados de escena porque, en verdad, nunca se bajaron de la pasarela.
Es cierto que Duhalde hizo denodados esfuerzos para incrementar el volumen de votos para Roberto Lavagna, y por eso fue quien presionó, personalmente, a Francisco de Narváez y a Juan José Álvarez para que llevaran como candidato presidencial a Lavagna, hasta que Narváez, frente a frente, le explicó a Duhalde que había cuentas pendientes con Lavagna.

En el fondo de esta historia puede estar ocurriendo otra: que frente a las presiones para que Cristine de Kirchner modifique la política económica, las fuerzas que lanzaron el aquelarre de 2001/2002 y propician el modelo de política económica vigente, utilicen a Duhalde para impedir cualquier cambio.
¿Será cierta esta versión? Cristina de Kirchner no se encuentra muy convencida de cambiar nada pero, por las dudas, llega Duhalde ya que Lavagna va rumbo a un fracaso electoral. Lo importante es que no desparezca el discurso que ellos llaman "desarrollista" , basado en el tipo de cambio sobrevaluado y una ausencia de integración de la economía argentina con la sociedad global.
¿Es probable que esto ocurra hoy en el entramado de la sociedad argentina, más allá de las noticias? Hay comentarios de empresarios, políticos y sindicalistas que corroboran que ya ha comenzado una feroz puja por el rumbo que prevalecerá luego del 10 de diciembre.

Y para Duhalde, mucho peor que la continuidad de los Kirchner es que se cambie la orientación de la brújula que marcó la pesificación asimétrica y todos los privilegios del Grupo Productivo, el Diálogo Argentino y el golpe institucional de diciembre de 2001.

Luego, Duhalde es un político tan antiguo como Kirchner. Ambos aman la demagogia populista. Les fascina liderar las masas a las que mantienen pobres para controlarlas mejor. Duhalde lo hizo con el sistema de las 'manzaneras' y luego con el Plan Jefas y Jefes aún vigentes. Kirchner ha multiplicado la asistencia social clientelística.

La Argentina de Kirchner es parecida a la Argentina de Duhalde y en ambos casos se trata de una Argentina que atrasa, y en la que abunda la manipulación de masas desamparadas adrede.
Duhalde alguna vez tendría que jubilarse en serio y Kirchner también. Permitir la irrupción de un nuevo liderazgo y de otras ideas, considerando que hay una saturación del proceso político-cultural iniciado en la hoguera de 2001. Ante la evidencia, Kirchner intenta revitalizarlo con su mujer Cristina, mientras que Duhalde procura inyectarle energía con una falsa opción.

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