
Ausencia de moral
Por Alejandro Olmedo Zumarán
www.notiar.com.ar
El 12 de julio de 2005 y el 29 de marzo de 2009 analizábamos en NOTIAR con el titulo: "Sobresueldos y ausencia de moral", los comportamientos de los políticos y los miembros de la sociedad argentina.
Decíamos entonces: "Quienes son los responsables de dirigir los destinos de la República han evidenciado constantemente, salvo honrosas excepciones, un desapego por el cumplimiento de las normas jurídicas y las morales que son las que conciernen al fuero interno o al respeto humano".
A continuación hacíamos un recuento de algunos de los comportamientos habituales en nuestra masa social que nos demuestra lo lejos que estamos de ser una sociedad madura y comprometida con el progreso de la Nación.
Eran diez puntos pero sólo recordaremos cuatro:
1) Intentar coimear a un policía para evitar ser multado y luego contarlo como una hazaña en una reunión de amigos.
2) Conducir a mayor velocidad que la permitida, no respetar los semáforos en rojo, no dar prioridad de cruce al peatón, abusar del uso de la bocina, estacionar o detenerse en lugares prohibidos.
3) Sacar la basura en horas y días que la ley lo prohibe.
4) Caminar por las calles tirando papeles en las veredas haciendo caso omiso de los cestos a la vista.
Llegando al final del análisis nos planteábamos los siguientes interrogantes:
1) ¿Qué puede suceder con una sociedad donde la mayoría de sus miembros no cumple las normas básicas de convivencia social y luego, entre esos incumplidores, se eligirá a quienes ocuparán los cargos de jerarquía, como juez, legislador o presidente de la Nación?
2) ¿Puede una sociedad cuya mayoría hace del incumplimiento a las normas una regla y el respeto a ellas la excepción clamar a sus gobernantes, legisladores, jueces, ministros y funcionarios del Estado que tengan moral y honestidad?
Para finalizar proponíamos lo siguiente:
"Como punto de partida para solucionar este problema crucial que atañe a nuestra República, propongo que todos los habitantes de la Nación comencemos por cumplir esas normas, que para muchos son irrelevantes, pero constituyen la base del respeto y de la madurez que es patrimonio de una sociedad avanzada. Cuando comprendamos el valor que significa para una Nación el cumplimiento irrestricto de la ley, que toda norma debe ser respetada sin excepción y que esto debe ser transmitido a nuestros descendientes, ese será el primer paso hacia la construcción de un país serio..."
De esto se cumplirán cuatro años el 12 de julio y a menos de dos meses de haber escrito la segunda parte de dicho artículo los hechos nos demuestran que estamos cada vez más lejos cómo sociedad de cumplir las normas que para muchos son irrelevantes y que continúan siendo ignoradas por la mayoría de los habitantes.
Decíamos también "A esta altura, no hay ninguna duda que quienes más se han alejado de los postulados, principios y garantías de las leyes y sobre todo de la Constitución Nacional son los actuales responsables de dirigir los destinos de la Argentina"
Pensábamos que habíamos visto todo lo tolerable en cuanto a violación sistemática de los principios constitucionales y que ya nada podría sorprendernos.
Qué equivocados que estábamos, de pronto sobrevino el anuncio de gobernadores, intendentes y ministros del oficialismo en pleno ejercicio de su cargo y sin renunciar al mismo como candidatos a legisladores, también los hubo de la oposición pero la gran diferencia fue que estos renunciaron al postularse como candidatos a otro cargo.
La excusa para esta nueva, tremenda e injustificable violación de la Constitución Nacional fue la defensa del modelo de país que ha logrado un crecimiento nunca antes visto, la distribución de la riqueza, la creación de empleos, la disminución de la pobreza ¿?.
Los sorprendidos argentinos nos preguntamos:
¿Si supuestamente el éxito del modelo existe el mismo justifica la violación sistemática de los principios y garantías constitucionales?
La respuesta unánime debería ser por la negativa.
Volvemos a lo mismo que hemos señalado en nuestros anteriores escritos y no puede ni debe ser dejado de lado; no habrá crecimiento económico sostenido mientras se haga una violación constante de las normas y leyes que componen el plexo legislativo de una Nación y esto data de tiempos remotos.
Nuestros políticos han llegado al paroxismo de prometer que en caso de ser elegidos como legisladores en la elección de junio asumirán.
¿Cómo es eso de prometer que van a asumir?
Deben asumir, no hacerlo configuraría una estafa a todos los argentinos y construría otro muro que nos alejaría aún más de lo que se conoce como democracia.
El oficialismo sostiene que de ser derrotado en junio sobrevendrá el caos regresando a los hechos trágicos de 2001 a nuestro criterio en la actualidad estamos peor que en 2001, en la actualidad ninguno de los tres poderes está siendo desempeñado por sus titulares y esto es la muestra cabal de que estamos sumergidos en una grave crisis de la cual será difícil salir.
Estimamos que en la elección del 28 de junio y esto es un llamado a todos los argentinos, debe triunfar un candidato que por lo menos comience por recuperar el rol de cada Poder del Estado y su independencia. Una renovación legislativa y judicial que nos lleve hacia una verdadera democracia donde se pueda disentir, opinar, debatir y que reinstale el sistema de pesos y contrapesos donde cada Poder sea el contralor del otro y no donde un solo personaje decida por todo un país según su propia voluntad y conveniencia.
Si el 28 de junio gana la oposición no sobrevendrá ningún caos, éste ya lo estamos viviendo, por el contrario creemos que de triunfar la oposición la Argentina ganará en calidad institucional, ganarán los más pobres, ganarán las víctimas de la inseguridad, ganarán los trabajadores, en fin ganará el país.
Pero nosotros no debemos esperar todo del futuro ganador, sino que tendremos que participar, controlar, pedir explicaciones a quienes triunfen en junio, exigir que nuestros derechos y garantías constitucionales sean cumplidos sin excepción.
No desentendernos nunca más de nuestra obligación como ciudadanos de exigir en quién delegamos el poder que nos rinda cuentas de lo que hace y no hace y que sepa que será controlado firmemente por todo un país.
Este será el comienzo de una Argentina más Justa, más Seria, más Republicana, más Democrática, más Transparente y en definitiva donde la ley se aplique a todos por igual sin excepciones.
alejandroolmedozumaran@fibertel.com.ar



















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