viernes, 15 de mayo de 2009

TEATRO

La Pinguina Emperatriz

Teatro, mentira y ficción kirchnerista

Al kirchnerismo le faltó virulencia y convicción
Autor: Susana Viau

Kirchner: "Nos votaron hasta 2011 y allí vamos a estar" - A vos ...¿quien te voto´?
Editorialoide:


Con un aforo de dos mil personas y la presencia de Cristina Fernández, el Teatro Argentino de La Plata fue sede del estreno del kirchnerismo bonaerense. - No se estrenó únicamente una lista: también se puso a prueba un decorado más sobrio, una barra menos agresiva y un discurso más moderado, en el tono y en los contenidos.

El experimento no convenció. La desmesura de los Kirchner se desorienta y se pierde en un mundo sin polos, sin papelitos, sin confrontaciones,sin lapidación del adversario. Esa ha sido su costumbre y a eso ha habituado a las plateas. Parece demasiado tarde para intentar otra cosa.

Al kirchnerismo no le faltó sólo la virulencia que suele vitalizarlo: le faltó convicción. Los de arriba y los de abajo del escenario sabían que lo que allí ocurría era una simulación. Que los hechos se desarrollaran en un bello teatro no alcanza para producir la magia de convertir una mentira en ficción.

Allí estaban, a la vista de todos, un primer candidato del que nadie puede decir a ciencia cierta si asumirá la responsabilidad para la que pide ser votado, un segundo postulante que la noche anterior había quedado groggy cuando lepreguntaron si juraría o no el puesto de lucha para el que desea ser elegido y un cuarto interesado que no pisará el Congreso puesto que ni ebrio ni dormido piensa dejar por eso el lugar que tiene en el gobiernoo la jefatura de una comuna que lo beneficia con una licencia ilimitada.

La tercera en la nómina y tal vez la única de ese cuarteto que se siente en la banca a la que dice aspirar, tiene,paradójimante, tres identidades. Mencionó dos: Clotilde Acosta (sunombre de bautismo) y Nacha Guevara (su nombre artístico). Sugirió la otra, la de su personaje más exitoso: Eva Perón, a quien rindió tributo con el pelo rubio, el tailleur oscuro y el broche con la bandera argentina, símil brillantes y aguamarinas prendido en la solapa.

Es fantástico: la única que llegará hasta el fin con la representación es una actriz. Daniel Scioli evitó la realidad y se perdió enconsideraciones contrafácticas (“¿qué hubiera sido si...?”, se interrogaba), Néstor Kirchner parafraseó a Bertolt Brecht y habló de“la Presidenta Coraje”.

“La Presidenta Coraje” simuló sorprenderse con los cánticos de los palcos y la cazuela alentó sin fervor a las encarnaciones de la transformación histórica. La figura blanca y malhumorada del Polichinela, el pendenciero que molía a bastonazos aquienes se animaban a disentir con él, se paseaba triunfante y divertida entre tanta forzada caballerosidad.
S.V.

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