AUTISMO

Autoridad en estado de autismo

Desde hace más de un lustro, en la Argentina se ha instalado la idea que hoy en el país cualquiera puede hacer lo que se le antoja en la seguridad que nadie accionará contra los violadores del orden público, conocidos con el nombre vulgar de piqueteros.
Muchos de aquellos se han transformado en verdaderas estrellas en el firmamento nacional, siendo los más conocidos como “el piquetero oficial”, el gran protegido del matrimonio gobernante, aunque no le van en zaga otros oscuros personajes de la “violencia organizada”.
Desde hace más de cinco años, los argentinos somos rehenes del “piqueterismo” que, protegidos por una impunidad que hiela la sangre, no hay día que no corten caminos, calles, rutas, puentes, u ocupen plazas en reclamo de supuestas reivindicaciones tras las cuales se enmascara un proyecto ideológico que se obstina en violar las leyes y subvertir el orden.
Por ejemplo, desde hace días quienes se dicen trabajadores de la ex empresa Terrabusi se dan el lujo de impedir el tránsito por la Panamericana o por los accesos más importantes de Buenos Aires. Y el Gobierno mira y se hace el distraído, mientras la sociedad en su conjunto, azorada, observa como día tras día, por el ausentismo de la autoridad en la República, se le ha hurtado la tranquilidad y la paz social.
Encapuchados, armados de garrotes, usurpan la vía pública porque quienes debieran impedirlo son la réplica de lo mismo que debieran desalojar. Por esa razón, tenemos un país ocupado por insurgentes virtuales por el maridaje entre el poder público y los que se arrogan el papel de los nuevos Robin Hood.
Resulta inconcebible que a esta altura del siglo XXI Argentina siga estando a merced de una ideología disfrazada de revolucionaria y garantista, mientras los ciudadanos probos, libres y pensantes comprueban cómo el Estado consiente y tolera el accionar de esos eventuales “grupos de tareas” que nos mantienen maniatados a una perversidad mediática carente de escrúpulos.
Contra esos grupos está prohibido accionar, porque no vaya a ser cosa que les violemos sus derechos humanos pero sin importar la violación a los derechos del los buenos y de los mansos.
diario EL ARGENTINO