miércoles, 9 de septiembre de 2009

GOBIERNO BIFRONTE




Por Jorge Omar Alonso

En Argentina tenemos un gobierno bifronte, con sus sedes: Casa de Gobierno y Olivos. En la primera tiene su sillón quien supuestamente sustenta la titularidad del Poder Ejecutivo y en la residencia de Olivos habita un irracional: “Locatti” (Leuco dixit), en cuyas manos se encuentra el verdadero poder que esgrime en forma ilegítima.

De acuerdo a sus actitudes todo haría suponer que Kirchner se encuentra psíquicamente alterado. Con ese extravío que suele alimentar una carga descomunal de odios y afanes de revanchas.

Dice la psicóloga Alejandra Vallejo Nájera, con relación a los problemas mentales de algunos líderes que existe cierta concatenación entre el genio y la locura. Claro que en este punto habría que hacer alguna aclaración, en el caso argentino lo de genio “non constant”.

Acá no hay genialidad alguna, todo se reduce a hacer todo el mal posible. A lo sumo podríamos decir que en Kirchner habita el genio del mal absoluto.

Todo aquel que padece un disturbio mental, no es dueño de sus actos y extiende ese padecimiento a todo su entorno.

La psicopatología es grave más aun entre los que sustentan un poder, debido a su exposición pública ya que la locura además del aspecto social, tiene implicancias políticas.

En la antigüedad las crisis dinásticas y los vacios de poder que causaba esta enfermedad en los gobernantes, suponía el desbaratamiento y la paralización de las cortes y gobiernos.

La historia recuerda casos como el de Juana, hija de Isabel la Católica y Fernando de Aragón; Rodolfo II quien padecía de alucinaciones y delirios paranoides o Jorge III de Inglaterra quien se vio acosado por accesos periódicos de locura.

En tiempos más cercanos hubo patéticos, locos, neuróticos como Hitler, Stalin o Mussolini. Verdaderos débiles mentales; inestables psíquicamente tomaron el poder como medio para satisfacer sus frustraciones. Excéntricos favorecidos por la impunidad, perversos, malos.

Siempre existe el interrogante de cuanto afecta en el desempeño político la locura y sobretodo, la actuación de aquellos que aparentan estar sanos.

Chifladuras gubernamentales: pierden las elecciones pero se creen ganadores. Gestionan políticas destructivas y equivocadas, pero las mantienen a toda costa. Ineficiencia o locura ?

Un gobierno puede ser malo por varias razones: por ser tiránico y opresivo, por ambición excesiva o por incompetente o decadente. Pero hay otro mal gobierno: por chifladura, locura, estupidez, estulticia.

Todos los gobiernos están sujetos al riesgo de seguir políticas contrarias al bien común. La locura gubernamental es un fenómeno clásico.

En nuestro caso sorprende que un ilegítimo que no es presidente, vice, jefe de gabinete, ni siquiera ministro y encima perdedor en elecciones, asuma una gestión de gobierno afectando la vida de la Nación.

Esta chifladura afecta a toda la sociedad argentina, como también a propios dirigentes del régimen a quienes maneja como esclavos. Ejemplo mas claro de esto es la situación del intrascendente y vapuleado gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

La chifladura gubernamental proviene del mismo poder. Sostiene la escritora Bárbara Tuchman (The march of folly, From troy for Vietnam) (Contrapeso.info), que no sorprende que quien ignore la realidad tome decisiones equivocadas. En la pérdida del sentido de la realidad, allí está la verdadera chifladura.-

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