lunes, 7 de septiembre de 2009

LA FARSA DE MARADONA


La farsa maradoniana no se banca más
La Selección Argentina de Fútbol dio otra dolorosa demostración de sus limitaciones colectivas al caer como local 1-3 ante su similar de Brasil, en un partido válido por las Eliminatorias rumbo al Mundial Sudáfrica 2010.

El combinado brasileño dirigido por Dunga controló el partido de punta a punta, basado en su solidez defensiva y la jerarquía individual de sus mediocampistas y delanteros que tienen al gran Kaká como director de orquesta.

Ayer, Argentina fue un equipo sin rumbo, sin planificación, sin preparación... en otras palabras, Argentina se mostró como un equipo de cabotaje. Muy poco para un equipo que se supone que pertenece a la elite del balompié mundial.Solo tímidos arrestos individuales ante un rival muy superior que daba la impresión que jugaba a media máquina, regulando sus fuerzas para golpear en los momentos exactos.

En este cotejo en particular, quedó en evidencia que el equipo que entró a la cancha no fue bien armado por el director técnico. En mi opinión personal, los únicos rendimientos rescatables han sido los de Juan Sebastián Verón y Mariano Andújar. Verón tiene la valentía de pedir siempre la pelota e intentar generar juego como así también se muestra siempre solidario para la recuperación del balón cuando el equipo es atacado; el interrogante está en poder determinar hasta qué punto sus condiciones físicas le permiten alcanzar un nivel aceptable de volecidad y despliegue para la alta competencia.

Actualmente, la Argentina tiene el privilegio de contar en sus filas con uno de los mejores futbolistas del mundo que es Lionel Messi pero Diego Armando Maradona no sabe o no quiere rodearlo para que rinda como lo hace en el Barcelona Fútbol Club. Muchos periodistas argentinos le exigen a Messi que sea como era Maradona en su época de apogeo con la albiceleste... pero me parece injusto porque cada cual escribe su historia y no tiene obligación alguna de ser sucesor o heredero de nadie. Si Messi no es en el combinado nacional lo que es en el Barça es, en gran medida, responsabilidad de Maradona que no sabe montar un esquema que potencie las cualidades únicas de este genial futbolista nacido en Rosario.

En el partido contra Brasil, el combinado nacional dio muchas ventajas en la defensa, en donde Maradona improvisó con la dupla de centrales Nicolás Otamendi - Sebastián Domínguez, quienes nunca se mostraron confiables para sus compañeros; si bien es cierto que el joven Otamendi es hoy una interesante promesa, le falta mucho rodaje como para ser líbero titular de la Selección. En el extremo izquierdo, Gabriel Heinze sigue dando pruebas de que no se siente cómodo para ser lateral ya que su puesto natural es ser stopper.

Maxi Rodríguez y Jesús Dátolo son jugadores que pueden destacarse en conjuntos de segundo nivel pero adolecen de la categoría necesaria para esta selección. Javier Mascherano atraviesa un bajón en su nivel de juego que sufre el equipo pero, por actitud y antecedentes, sigue teniendo el crédito abierto. Carlos Tévez sigue siendo puro fervor pero nunca encontró su lugar en el (pseudo) esquema del entrenador argentino. Por su parte, tanto Sergio Agüero como Diego Milito insinúan mucho más de lo que terminan entregando al equipo y no alcanzan a justificar su inclusión.

Los brasileños cuentan ahora con una recia defensa, veloz en la marca e impasable tanto por arriba como por abajo. Por características de juego y por contexturas físicas, Tévez, Messi y Agüero poco pudieron hacer contra los zagueros cariocas; por como estaba planteado el juego, el partido pedía a gritos la entrada de Martín Palermo quien tiene al juego aéreo como su principal arma... pero el goleador de Boca Juniors vio todo el partido sentado en el banco de suplentes.

En los días previos a este clásico del fútbol mundial, Maradona habló muy poco de fútbol pero entregó muchas afirmaciones que son comidilla para la prensa ávida de polémicas sin sentido como así también eufemismos que lo muestran como un "vende-humo". El primer capítulo fue el cambio de escenario para hacer las veces de local: por expreso pedido de Maradona, la Selección Mayor abandonó el Estadio Monumental de River Plate para mudarse al Gigante de Arroyito de Rosario Central que produjo impresentbales cruces de declaraciones entre el seleccionador nacional y dirigentes riverplatenses; Dijo entre otras estupideces que festejaron periodistas porteños que para ganarle a Brasil "No darles posiciones fijas los va a enquilombar", como así también que les iba a decir al plantel que "quisiera jugar yo". El circo maradoniano no quedó ahí, ya que después pidió que se realice una misa (cabulera) pre-partido en la concetración del seleccionado argentino.

En la conferencia de prensa pos partido, Maradona estaba como transportado a hacia alguna lejana galaxia y no dio señales de autocrítica alguna. No me dieron ganas de escucharlo porque me tienen harto sus declaraciones tribuneras, pero rescato la frase que lo pinta de cuerpo entero: "No estoy amargado, me amargué mucho en Bolivia. Hoy estoy tranquilo con mis jugadores".

Para explicar los estrepitosos reveses de partidos anteriores, Maradona recurrió a la "mala suerte" o al "campo de juego". Ególatra al extremo, nunca él reconoce ser responsable de la debacle. En este caso contra la "verde-amarelha", se jugó en la cancha que él mismo pidió y ni así pudo disimular su torpeza como entrenador. Ni siquiera el colombiano Oscar Ruiz, árbitro del partido, puede ser acusado por su tarea; es más, si lo analizamos detenidamente, Ruiz hizo gala de su mediocre tendencia a ser "localista" cuando arbitra, ya que tendió siempre a favorecer a la Argentina.

Maradona se quedó sin excusas; su ineptitud como director técnico ha quedado más desnuda que nunca. Desde que asumió, el equipo nacional no ostenta nada que hable de un trabajo táctico y técnico de Maradona: no existen jugadas preparadas, ni planteos definidos de juego. Si nos guiamos por los resultados que tanto enaltecen Carlos Bilardo y Diegote, después de un 4-0 contra Venezuela, las estadísticas son lapidarias para el conjunto nacional: ¡¡1-6!! contra ¡Bolivia!, 0-2 contra Ecuador y 1-3 ontra Brasil. Aún así, con un pésimo nivel de juego, la Argentina está increíblemente cuarta en la tabla de clasificaciones y con chances de acceder directamente a la máxima cita del fútbol mundial a celebrarse el año venidero.

Argentina tiene un panomara cuanto menos incómodo, con pronóstico incierto. El próximo miércoles hay que visitar a Paraguay, después en octubre se recibe a Perú y se concluye la participación contra Uruguay en la Ciudad de Montevideo. Si finalmente Argentina logra clasificar al Mundial será más por las individualidades que por el conjunto, ya que se está dando una enorme ventaja con Diego Maradona como director técnico. Esperemos que podamos llegar a Sudáfrica 2010.
Publicado por mario
http://www.cerromercedario.com/2009/09/la-farsa-maradoniana-no-se-banca-mas.html

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