viernes, 1 de enero de 2010

AGUAS TURBIAS


Las aguas bajan “muy” turbias…

Por Susana Merlo


Después del drama de los campos inundados en el norte bonaerense, el segundo hecho más terrible que desnudó el agua es la lapidaria, inocultable, ignorancia técnica y política de varios funcionarios de la provincia, encabezados por su gobernador, Daniel Scioli.

Tal vez, intentando emular a Romina Picolotti, aquella oscura abogada de Gualeguaychú, luego devenida en Secretaria de Ambiente, y finalmente destituida, que llegó a culpar a los productores agropecuarios por el humo en la Ruta 9 y los incendios en las islas del Delta (denuncias que jamás llegó a comprobar ni mínimamente), ahora parece ser Scioli el que cree que atacar a los productores del campo le dará algún rédito político que le permita mejorar su ahora magra relación con los Kirchner.

Explicar porque los canales, y menos aún los de la zona de San Antonio de Areco, no pueden ser nunca la causa de semejante inundación en el casco urbano, es casi absurdo a esta altura. Más vale habría que alertar al mandatario bonaerense sobre el impacto “político” de sus afirmaciones, ya que pueden remontar las responsabilidades, no solo a él mismo que ya lleva más de 2 años en el cargo, sino a varios de sus antecesores como Felipe Solá, Carlos Ruckauf, Eduardo Duhalde y hasta Antonio Cafiero, en cuyo mandato se hicieron varios de los canales aliviadores de excesos hídricos, luego abandonados y nunca completados.

¿Se acordará Scioli del millón de hectáreas inundadas en el norte bonaerense a principios de los ’80?, ¿habrá leído alguna vez sobre los 7 millones de hectáreas afectadas por el agua, buena parte de las cuales estaban en el norte de Buenos Aires, en los tempranos 2000?

¿Tendrá idea él, o al menos, alguno de sus asesores, del porqué del Canal Federal y el Plan Maestro para “desaguar” la Cuenca del Salado casi desde su ingreso a la Pampa Húmeda? ¿Sabrá dónde está el Río V y cuál es su efecto sobre Buenos Aires cuando viene cargado de agua desde el sur de Córdoba?

El caso es que el ex –motonauta (como lo llama el escritor Jorge Asís), seguramente sin quererlo, destapó un olla a presión, especialmente si se revisa como se hicieron algunos de esos grandes planes, como se aprobaron para recibir la financiación del exterior y, también, como se realizaron algunas de las obras, o cual es el nivel de contaminación del agua que pueden llegar a tener varias localidades de esa zona, gracias a como se ejecutaron los planes. Hay algunos ex funcionarios de la provincia que podrían estar dispuestos a contarle, claro, si él pregunta y está dispuesto a escuchar…

Pero, ¿tampoco se le ocurrió que en épocas de seca no se hacen canales pues a nadie le interesa sacar un agua que no hay? O sea, que si hace más de 2 años que la región atraviesa una de las peores sequías de las últimas décadas, y él asumió hace también más de 2 años, como se entiende que nunca se haya enterado sobre esos viejos canales que, al menos tienen 3-4 años? . Y la oficina de recaudación bonaerense -Arba- que alardea de “ver” una pileta de lavar la ropa en el fondo de las casas gracias a los “satélites”(que como los virus, son capaces de todo),tampoco “vio” estos canales hasta ahora?

¿Nadie explicó, además, que buena parte de los canales clandestinos se deben a los “horrores” de ejecución de obras públicas anteriores que sólo endican las aguas y les impiden escurrirse naturalmente?, o por los volúmenes de de aguas públicas que varios intendentes arrojan a los campos que rodean a sus localidades?

¿Scioli no conoce nada de todo esto, o se hace el distraído?. Y si es así, ¿por qué?.

Tal vez, sería muy interesante que, por una vez, en lugar de culpar a los demás, los funcionarios (lo que también incluye al Ministro de Obras Públicas, Julio De Vido) revisaran que hicieron estos años para mejorar las condiciones en Buenos Aires y en otras provincias. Por supuesto, que cuando había seca estos problemas no existían, pero ahora volvió a llover y los errores y déficits son inocultables, saltan a la vista, y si sigue lloviendo no les va a alcanzar con culpar a los productores agropecuarios, al margen que los que hicieron canales clandestinos deben ser sancionados.

Pero también, los funcionarios que no hicieron “los deberes”; hicieron las cosas mal; “trucharon” licitaciones y planes; no controlaron correctamente, o se dejaron ‘sobornar’ por las irregularidades, en síntesis, quienes ostentaban –y ostentan- cargos que los hacen directamente responsables por los daños causados a personas y bienes privados y públicos, deben ser doblemente sancionados como ejemplo para el resto.

¿O solo los ciudadanos comunes deben hacerse responsables por los errores?

Y además, ¿se sabe qué previsiones están tomando para evitar otro “Areco” si sigue lloviendo?

Campo 2.0

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