viernes, 1 de enero de 2010

NUEVO VERSO


BUENOS AIRES AL BORDE DEL COLAPSO

Seguridad Democrática: el nuevo nombre del garantismo-abolicionismo


Por Guillermo Cherashny

El martes pasado, en el Congreso Nacional, se sacaron la foto aprobando la política de “seguridad democrática” dirigentes kirchneristas y opositores. Ricardo Alfonsín y Felipe Solá hicieron así de comparsa al responsable máximo de la inseguridad bonaerense, el ex Ministro de Seguridad León Arslanián, acompañado por el verdadero Ministro de Defensa, Horacio Verbitsky, y el supuesto especialista Marcelo Sain. La nueva variante de garantismo abolicionista denominada "seguridad democrática" es una patética seudoimitación del programa del mismo nombre que promueve en Colombia el presidente Álvaro Uribe, que practica todo lo contrario que sus émulos argentinos. Uribe ha logrado dar un golpe duro a la guerrilla y mejorar substancialmente la seguridad ciudadana en todo el país, especialmente en Bogotá, antes tierra de los sicarios en motocicleta. Este show mediático del Congreso fue la reacción contra el intento de Daniel Scioli de reformar el Código Procesal Penal bonaerense, proyecto que representa un avance ante el desastre que dejó Arslanián y al que Carlos Stornelli le agregó su inexperiencia y autismo, que han dejado a la provincia en manos de la delincuencia.

El grueso de la crisis de la seguridad bonaerense se debe al Código Procesal de Arslanián y a los jueces designados para aplicar el garantismo-abolicionismo. Especialmente en casos de menores que matan y salen al otro día. Es decir, la permisividad de la cultura de los pibes chorros, cuestionada reiteradamente por Gustavo Posse, el intendente de San Isidro.

En segundo lugar, están los bajos sueldos de los policías, que cuando ingresan cobran 1800 pesos contra 2800 de los Policías Federales. Ésta es la razón por la cual la mayoría que entra son mujeres para tareas administrativas y no se puede cubrir entonces el faltante de 20.000 policías nuevos. Tampoco alcanza el presupuesto para la nafta de los patrulleros. En Buenos Aires, el presupuesto de seguridad es del 8% contra el 31% de educación. Es cierto que el problema de la inseguridad se soluciona con educación. Salvo que ese 31% se gaste en forma ineficiente, ya que los chicos tienen un nivel record de inasistencias a la escuela. Y al revés de lo que pasa con la policía sobran los maestros y faltan los alumnos. Todo esto demuestra que esta provincia es inviable si el 90% del presupuesto de educación se dedica a pagar sueldos a titulares y docentes, mientras los alumnos no estudian. Así como van las cosas, si no se modifican las desproporciones presupuestarias, todo apunta hacia el colapso.

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