domingo, 11 de diciembre de 2011

¿PERDIMOS EN CASEROS?



Por Malú Kikuchi (11/12/11)

El 22/11/11, en la Unión Industrial, la presidente de la Nación dijo: “Ellos ganaron (el norte de los EEUU en la guerra de secesión) y fueron la potencia industrial más fuerte del mundo, nosotros perdimos en Caseros (por eso no somos una potencia industrial)”.
No es fácil y sobre todo no es mi intención, conocer los meandros cerebrales de la presidente. Se sabe, porque lo ha hecho público demasiadas veces, de su simpatía por Rosas y sus políticas. Se supone que la ley de aduanas de 1835, estableciendo como filtro férreo de importaciones y exportaciones a la aduana del puerto de Buenos Aires, está en línea directa con las órdenes que le imparte desde hace años, a Guillermo Moreno.
Y que éste cumple con eficiencia y convencimiento.
Después de todo y simplificando mucho, la historia Argentina se reduce a la historia de la aduana del puerto de Buenos Aires. Aduana que impide o permite el libre comercio de las provincias, o sea la vida o la muerte de las mismas, comercialmente hablando. Porque a pesar de Caseros, Argentina sigue siendo un país unitario. Dios atiende en Buenos Aires.
Se sabe de la preocupación industrialista de la presidente, aunque Argentina ha crecido a tasas chinas estos últimos años gracias a los productos agropecuarios, en particular a la soja y a las exageradas retenciones de la 125. Se sabe que la presidente declama su federalismo, pero la coparticipación sigue en poder del estado central. Todo eso se sabe. Pero la gente la vota, lo que implica que un 54,11% está de acuerdo con todo lo anterior.
Las preferencias políticas de la presidente no son cuestionables, lo cuestionable es que no se sienta presidente de todos los argentinos, aunque sean los unitarios del siglo XIX. Después de Caseros, todos limaron diferencias y se pusieron de acuerdo para construir una nación. Lo hicieron. Constituyeron una gran nación que asombró al mundo. Un faro que atrajo a los abuelos de la presidente y a tantos otros abuelos, hombres de buena voluntad que quisieron habitar el suelo argentino. Y lo hicieron crecer.
¿Perdimos en Caseros? Dejando de lado que el que perdió fue Rosas, dejando de lado 17 años de gobierno, que aunque son muchos, mantuvieron la unidad del país y terminaron con la anarquía, a costa de suprimir libertades de manera feroz, probablemente no había otra forma en esos tiempos, la presidente olvida, o deja de lado, lo más importante que le sucedió al país después de Caseros, y gracias a Caseros: la Constitución Nacional.
No importa si Rosas o Urquiza, si caudillos o personajes liberales y extranjerizantes ¿?, rescatando que algunos caudillos eran tan liberales como Adam Smith (Estanislao López), no importa si se rescata la Argentina tucumanesa (Daniel Larriqueta) hispánica y católica, por sobre la Argentina portuaria y libre pensadora, nada de eso tiene importancia, somos Nación a partir de la Constitución Nacional.
Argentina fue el último país de América del Sur en tener CN, recién el 1°/5/1853, porque GANAMOS en Caseros. Rosas sostenía, a pesar de haber sido electo y reelecto para darnos una CN, que el país no estaba preparado para que ello sucediera (carta de la “Hacienda de Figueroa” a Facundo Quiroga, 1834). ¡Cómo puede una presidente constitucional olvidar que sin Constitución, no hay Nación!
No sé si no somos una potencia industrial por haber dejado de lado el proteccionismo anterior a Caseros (aunque lo hemos practicado con asiduidad a lo largo de nuestra historia contemporánea, y seguimos sin serlo), pero aunque fuera cierto, sin Caseros no hay CN, sin CN, no hay Argentina.
Cuando las provincias, previas a la Nación, firman el Acuerdo de San Nicolás de los Arroyos (31/5/1852), decidiendo constituirse en Nación, es decir que definitivamente se proponen nacer a un proyecto común y dejar de ser un territorio que comparte algunas cosas, dan el paso previo a SER. Y fuimos.
Señora Presidente, lamento contradecirla, ganamos en Caseros. No ganaron los unitarios, Urquiza era federal; no ganaron los liberales extranjerizantes, ni perdieron los populistas nacionales; no ganaron los doctores de levita, ni perdieron los gauchos; ganamos los argentinos una Constitución ejemplar, progresista, defensora de las libertades individuales, que nos permitió ser ciudadanos de un magnífico y generoso país, abierto al resto del mundo. Ganamos una Constitución que le ha permitido a Usted ser presidente por segunda vez de esta Argentina nuestra. De todos.
Si entre sus múltiples obligaciones, le sobra un minuto, disculpe la arrogancia del consejo, piense en nuestra CN, cúmplala y hágala cumplir. De ser así, su 2° presidencia puede entrar en la historia por la puerta grande y ojalá que así sea, para que todos tengamos una mejor calidad de vida. Por favor, no se enoje por la reiteración, piénselo, en Caseros, ganamos. La CN es la prueba contundente que ganamos. Los argentinos ganamos. Esto, la incluye.
P.D.: Sabemos que el artículo 87 de la CN le es familiar y lo ejerce con patriótica devoción (“El poder Ejecutivo de la Nación será ejercido por un ciudadano, con el título de “presidente de la Nación Argentina””, o sea que el Ejecutivo es UNIPERSONAL), ¿sería demasiado pedirle que en nombre de la república, respetara igualmente todos los otros artículos que componen nuestra CN?
¡Suerte Señora en este 2°mandato! Suerte y eficiencia, idoneidad, transparencia, inteligencia y patriotismo. Su suerte, es la nuestra. Además de Dios, la patria y él (Néstor), puede que alguna vez los argentinos demandemos, si no cumple con lo que juró.

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