miércoles, 1 de abril de 2009
AL VIROLO NO LO KIEREN
Cada vez son más los intendentes que no lo quieren en la lista de Buenos Aires
ELECCIONES: A NÉSTOR
NADIE LO QUIERE
Por Carlos Manuel Acuña
Cuando esta mañana el comprometido secretario general de la Presidencia de la Nación Oscar Parrilli puso en duda que Néstor Kirchner fuera candidato del PJ en la provincia de Buenos Aires, dio el segundo paso de una difícil campaña de acción psicológica para tratar de explicar las causas de esta medida. Su investidura y otros antecedentes similares, pusieron en evidencia la honda preocupación con que el kirchnerismo analiza un escenario cada vez más difícil donde, además, ya están desnudos los graves errores administrativos en que por incompetencia y obsecación lo llevan a un callejón sin salida. Desde las últimas horas y cuando Cristina ya viajaba a Qatar, el propio Néstor escuchaba el asesoramiento de su hijo Máximo y del ex chófer Rudi Ulloa Igor - ahora empresario - en el sentido de que su candidatura podría ser un inconveniente habida cuenta que hasta buena parte de los intendentes del conurbano han dado muestras de preocupación al mismo tiempo que ratificaron que no querían intromisiones en la confección de las listas, tal como había sido la norma en otras oportunidades.
Esto no significa que el asesoramiento que comentamos resulte inteligente, meditado y sustentado en experiencias que tampoco existen, pero no faltaron quienes se acercaron a las dos personas más allegadas al santacruceño para que a través de ellas se le pueda hacer entender que quienes otrora habían aceptado sus órdenes a lo largo de la función pública, ahora se mostraban renuentes y comenzaban a mirar hacia los costados para no quedar atrapados en las consecuencias de una posible derrota. Más aún, el objetivo principal del consejo que se le trasmite, consiste en que debe sopesar que su persona pasa rápidamente a convertirse en un salvavida de plomo. En el conurbano hay distritos donde aún con fraude, apenas araña un tercer puesto.
Máximo y el chófer marcan el nivel de consulta al que recurre Néstor en su desesperación, aunque no son los únicos que se animan a trasmitirle a Kirchner una visión negativa respecto del futuro, pues no sólo comienzan a rebelarse los intendentes bonaerenses que hasta pocos días aparecían como el baluarte del oficialismo para ganar las elecciones: en la Capital Federal, cinco adulones también resolvieron tomar distancia de cualquier candidatura y respondieron negativamente a las propuestas. Se trata del ex Canciller Bielsa, los ex Intendentes metropolitanos Telerman e Ibarra - con éste último hubo un enfrentamiento a grito pelado - el ex ministro Alberto Fernández y finalmente el sindicalista Santamarina, jefe del sindicato que reúne a los encargados de edificios que supo sacarle provecho a sus vínculos políticos para obtener sucesivos aumentos de sueldos y envidiadas condiciones laborales. Como en política no suelen darse los agradecimientos, todos los nombrados piensan literalmente en salvarse de lo que ya se perfila como una debacle caracterizada por la violencia, el desorden y una rebelión social que se ubica más allá de los comicios.
A pesar que los argentinos han demostrado ser de corta memoria, las últimas advertencias de la Iglesia Católica con relación a este tema perduran en la meditación con que los más responsables siguen el curso de los acontecimientos ya cercanos a un desorden estructural donde la palabra caos empieza a destacarse en el idioma político. La inseguridad, la ausencia de planes económicos, la inexistencia de una política exterior, la escasa o nula capacidad de los funcionarios en ejercicio o los que podrían ser ungidos si se produce a mediados de este mes el eventual cambio de gabinete, la pelea entablada contra Macri en la Capital Federal cortándole los semáforos o generándole inconvenientes de toda clase para restarle peso político, el constante conflicto desatado contra el campo cuyas consecuencias económicas se palpan con notable preocupación, la ideologizada persecución contra los militares, la inseguridad jurídica además de la física y cotidiana y otros errores del gobierno, son algunos de los factores más salientes que casi de manera natural han nacionalizado unos comicios legislativos que fueron acercados ilegalmente en el almanaque electoral.
"Ni eso les sale bien" se suele escuchar en los pasillos de la misma Casa Rosada donde no son pocos los que reparan que la estabilidad psicológica de Néstor Kirchner esta peligrosamente alterada y lo alejan cada vez más de la realidad. Ya hay jueces preocupados pues tienen conciencia que han prevaricado en el ejercicio de sus funciones, se conocen maniobras de personajes corruptos en busca de testaferros para salvarse cuando llegue el momento, en tanto un sordo rumor crece, crece y crece y alimenta la pregunta de si alcanzará con una derrota en las urnas para frenar la protesta social.
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