jueves, 27 de mayo de 2010
LA MALDAD
LOS HOMBRES DE HOBBES O NOSOTROS
Debo confesarle que atravesada la barrera de los sesenta, entiendo me ha llegado el momento, ¡y vaya que fuera de tiempo!, de formularme un replanteo de vida. Obviamente y como advertirá, el mismo no incluye el “dejar de escribir” pues en ese caso, más que de replanteo, debería estar hablando de suicidio. Y es cierto que no hace mucho, le dije creer en la legitimidad del suicidio y que lo apruebo, lo que de manera alguna implica el que le considere el único mecanismo capaz de ofrecernos una muerte digna. Tengo todavía demasiadas cosas por las que vivir, entre ellas y por sobre todo, un muchachito de 25 años y una criatura de apenas 7 meses. Los dos más grandes regalos que me hizo la vida. Le estoy hablando de mi hijo y de mi nieta. ¡Es que la vida, hasta me concedió el privilegio de ser abuelo!...algo así como esa “yapa”, no reservada a todos. Mi viejo; mi querido viejo, no tuvo la dicha de ver a su nieto hoy hecho hombre. Y como me dicen Carlota, Beatriz, Juan Carlos, Ernesto, Víctor, entre los primeros que me vienen a la mente, sé que no debo bajar los brazos; tanto como sé que el aporte que le pueda hacer, posiblemente se diluya en la inmensidad de una realidad impensada y predadora.
¡Por supuesto! que no me olvido de esa gran Madre, de mi Argentina que también es la suya. Esta tierra Madre a la que seguimos adivinando como la más linda, así su rostro aparezca demacrado por el ultraje y la ignominia. ¡No es de extrañar que algunos no le perdonen semejante grandeza, semejante ofrenda!. ¡Tampoco es de extrañar que otros, tan solo animados por el voraz apetito del Poder, amigos de la ceguera del que no quiere ver o embargados por el rencor y la ignorancia supina, pretendan o consientan su agonía. Thomas Hobbes, uno de los más célebres pensadores de todos los tiempos, era de los que no creían en la innata bondad del ser humano y por lo contrario, afirmaba que “el hombre, librado a su propio capricho y a su propia suerte, no es sino un animal considerablemente peligroso que, dadas ciertas circunstancias, puede volverse peligroso incluso para sus semejantes”. ¿Estaba equivocado Hobbes?. Se podrá estar o no de acuerdo con él; lo que no se podrá negar, es que no se necesita mirar demasiado lejos para encontrarse con personajes que dan crédito a su teoría. ¡Por supuesto que están los otros!; ¡vaya si lo están!, esos seres tan amados, ese amigo tan amado, esos contactos tan queridos que me expresan su asombro y su indignación…también su bonhomía. Tal vez hayan sido educados para ser “buenos seres humanos”…tal vez hayan sido procreados “buenos seres humanos”, o ambas cosas, ciertamente, no lo sé. Sí sé, que la maldad está privando por sobre la bondad; el crimen por sobre la lealtad; el odio y el rencor por sobre el amor; la venganza por sobre la reconciliación, y por sobre todo, la perfidia por sobre la nobleza.
Sí sé que, a esta tierra Madre debemos ponerla de pié; sacarla y cuanto antes de su agonía…no dejarle morir a manos de los hombres de Hobbes, pero…¿Estamos dispuestos?.
Ricardo Jorge Pareja
parejaricardo@hotmail.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario