miércoles, 27 de julio de 2011

EL PACTO



El incipiente pacto Alfonsín-Cristina Kirchner

http://www.periodicotribuna.com.ar/9133-el-incipiente-pacto-alfonsin-cristina-kirchner.html

por Jorge D. Boimvaser



Y LOS “CINCO DÍAS DE OSCURIDAD” DE DUHALDE

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Es paradójico. A mediados de 1983, el entonces candidato a Presidente Raúl Alfonsín denunció que la dictadura militar de entonces (era Presidente el general Reynaldo Bignone) construía un pacto sindical-militar que le aseguraba a los genocidas un futuro de impunidad si el peronismo ganaba las elecciones. Algunos de los interlocutores del gobierno criminal de entonces eran sindicalistas que colaboraron con la represión por su enfrentamiento acérrimo con Montoneros y la izquierda en general, entre ellos Hugo Curto (metalúrgico) y Gerardo Martínez (obreros de la construcción, un conocido delator de los sindicalistas combativos). Hoy ambos —Curto y Martínez—, son aliados inseparables del kirchnerismo.

Raúl Alfonsín denunció ese pacto sindical-militar y el peronismo le saltó a la yugular.

Casi tres décadas después, su hijo Ricardito pacta con el kirchnerismo un apoyo tangencial a su candidatura y promete a los funcionarios K que lo visitan en secreto, que si llega a acceder a la Presidencia en octubre después de un ballotage, dejará impunes los delitos de corrupción cometidos en estos 8 años de pillaje indiscriminado.

Ricardo Gil Lavedra, Leopoldo Moreau y Federico Storani —viejos caudillos radicales que acompañaron al ex Presidente Alfonsín—, hablan de este pacto entre sus íntimos pero no se animan aún a hacerlo público.

El apoyo del kirchnerismo tiene un punto concreto: se encarga de pagar encuestas, sondeos de opinión y otras “menesundas” similares, para hacer aparecer a Ricardo Alfonsín como posicionado segundo de cara a las elecciones de octubre. La idea es relegar a un tercer plano a Eduardo Duhalde, a quien el gobierno le teme de verdad pues si en una presunta segunda vuelta compite con Cristina, se le hace el campo orégano para llegar a la Presidencia y ya se sabe que no tendrá piedad con los kirchneristas que le hicieron la vida imposible desde el 2003. En el entorno de Duhalde se menciona una frase que causa escozor: “Llegamos al gobierno, habrá cinco días de oscuridad y después nos dedicamos a reconstruir el país como hicimos en el 2002…”. Esos 5 días de oscuridad del que habla el duhaldismo es de libre interpretación por los lectores.

Esta ayuda del kirchnerismo a Ricardito Alfonsín se hace palpable cuando las encuestas quieren marcarlo con un 20% aproximado de intención de voto, pero nadie encuentra en sus sondeos particulares una sola persona que diga que lo apoya.

“Conozco un chimpancé del zoo porteño que vota a Ricardito, pero no está empadronado”, dice un funcionario de tercera línea de éste gobierno que ya comienza, como otros tantos, a atreverse a levantar la voz.

¿Quién es otro que hace lo mismo? José Ramón “Bochi” Granero, secretario de Estado de la lucha contra las drogas (es un decir, así se llama el organismo), hace horas que prácticamente acusó de mentiroso y narcotraficante a Aníbal Fernández, quien insólitamente —o no— respondió con una cautela que se le desconocía. Dicen en los pasillos oficiales que Granero recibió el aval de la DEA a fin de profundizar los ataques contra el Jefe de Gabinete.

Los periodistas que trataron a Granero lo definen como un hombre sencillo, parco para expresarse, pero muy enfurecido con el Gobierno que solo le otorga presupuesto de 10 millones de pesos anuales, cuando otros organismos como el INADI recién 5 veces más. Como Granero ya tiene información de que Cristina no gana en primera vuelta, y por ende tampoco en la segunda, se anima a vociferar su furia contra Aníbal Fernández. Y quizás largue en poco tiempo una denuncia que tiene en la manga por si llega a recibir presiones indebidas del oficialismo. La Presidenta nunca lo recibió en sus cuatro años de gestión, simplemente porque el Gobierno no está interesado en romper redes de narcotráfico, salvo aquellas en las que no opere ninguno de sus aliados y/o contactos.

Los intendentes bonaerenses que también estiman el porrazo kirchnerista en octubre ya saltan el charco y se vuelven al redil duhaldista. Muchos de ellos son ladrones seriales pero no imbéciles. Jesús Cariglino —de Malvinas Argentinas— fue el primero y ahora están por cruzar la orilla muchos más.

Ricardito Alfonsín trata de mostrarse duro en sus apariciones televisivas, pero lo suyo es más patológico que político y nadie cree su burda escenificación de opositor. Los viejos caudillos radicales cuentan anécdotas de su vida que son irreproducibles.

Tampoco a nadie le cierra que Francisco de Narváez pretenda “peronizar” a la UCR. Es tan imposible como imaginar a Matías Almeyda con la camiseta bostera o a Martín Palermo vestido de gallina.

Ya lo dijimos desde esta columna: el colorado es el Caballo de Troya del kirchnerismo metido en el campamento opositor. El gobierno lo amenaza con encarcelar a su suegra si saca los pies del plato. Es que la señora figura inscripta en la Sedronar como proveedora de precursores químicos utilizados para la fabricación de drogas ilegales y no puede justificar esa condición.

Un funcionario de la Sedronar aliado con Granero —hay otros que le juegan en contra— escenifica jocosamente esta imagen de De Narváez: “Si el colorado no hace lo que le indican, cualquiera de estos domingos tendrá que decirle a sus hijos… chicos, preparen la mochila que vamos a visitar a la abuelita al penal de Ezeiza.”

Para hacerse el perseguido por el gobierno, De Narváez no quiere solucionar un problema impositivo (evasión o lavado) de una minúscula empresa de su clan familiar. La tienda de indumentaria Rapsodia está siendo investigada por la AFIP y si realmente el Gobierno quisiera arrojar basura sobre este asunto lo hubiera hecho hace tiempo. Pero esta situación se sigue manteniendo en reserva, como tantas otras que rondan su figura.

Es difícil imaginar cómo si De Narváez resulta tan opositor como lo pregona, entre sus hombres de confianza figura Daniel Santana, un “primera línea” de la Aduana, con quien "el colorado" se vincula desde los tiempos en que manejaba los súper Casa Tía. Detalle para conocer: Santana estuvo investigado en el affaire de Southern Winds, la línea aérea oficial que transportaba cargamentos de cocaína traídas de Perú. El único detenido por esa causa estuvo alojado en el tercer piso del edificio de Aduanas en la calle Azopardo, en una especie de sala VIP que Santana acondicionó para que el sospechoso no tuviera carencia alguna. Ese mismo Santana visita semanalmente a De Narváez en su cuartel del barrio Las Cañitas. Otros de sus colaboradores son segundas líneas de la AFIP. A todas luces no cierra que el colorado sea un acérrimo opositor kirchnerista. Si había gato encerrado en estos vínculos, ahora se sabe de qué se trata.

Toda esta farsa que se monta alrededor de la candidatura de Ricardito Alfonsín y su presunta ubicación como escolta de Cristina Kirchner en el tinglado opositor, se monta con una costosa infraestructura de dinero que sale de los fondos privados de varios organismos del Estado.

Sonia Fornasero es la directora de Finanzas de la SIDE y amiga personal de hace décadas de Cristina Kirchner. Ella es sólo un eslabón en toda esta cadena de dineros públicos manejados arbitrariamente a los efectos de perdurar un gobierno que se cae en pedazos día a día.

La atractiva Fornasero (utilizó fondos reservados de la SIDE para cirugías de embellecimiento) es casi un fantasma por su bajísimo perfil pero es quien conoce todos los secretos del manejo sucio de dinero que malgasta el kirchnerismo. El día que declare ante la Justicia cómo se manejaron esas partidas secretas de dinero, la reventa de entradas para presenciar el espectáculo se cotizará a precios siderales.

Otro pequeño detalle de Sonia Fornasero: es la encargada de monitorear los movimientos de dinero en los Casinos pertenecientes a Cristóbal López. Al parecer, Cristina desconfía del manejo de López, y éste sabe también que es vigilado. De allí que se mueva siempre en taxis, de los cuales entra y sale a mitad de camino para despistar a quienes lo siguen. Cualquier similitud con las medidas de seguridad que toman los barones de la droga en Colombia y México… no es simple coincidencia.

Para que el pacto Alfonsín-Cristina dé sus frutos haciendo ningunear la candidatura de Eduardo Duhalde, sus manejos de la contabilidad reservada de los fondos oficiales es fundamental.

Hay más, pero —como decía el místico Osho cuando finalizaba sus charlas— esto es suficiente por hoy.

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