jueves, 28 de julio de 2011
PROVOCACIÓN
Estado Voyeur
La TV que se nutre, lícitamente, del caos social. Mujeres urgentes.
En la desesperación por pertenecer, la debacle de la mujer en los medios es una constante. Es que existe un criterio de pertenencia equivocado en lo que a la televisión respecta.
Pertenecer tiene que ver con ser parte sostenida del mundo del espectáculo. Desechar a los paracaidistas de ocasión que ni siquiera pueden, de lleno, formular verdaderos escándalos.
Mantenerse en el tiempo con las cualidades artísticas. Con talento o a veces, tan solo, con carisma y belleza. Calificaciones por las cuales, una mujer, puede pasar a las filas de la consagración aunque sea limitada. Palabra que puede sonar despectiva pero que alude, en este caso, al poco vuelo intelectual o de simple cultura general. (Susana Giménez)
Sin embargo, dentro de las nuevas líneas del cabotaje, la fama está dada solamente por aparecer en la televisión. Sin importar cómo y por qué. Mostrarse. Vender un bochorno. Incluso, hasta un delito. (La Narco Modelo)
Mostrar la miseria. Exhibir los avatares de la vida como un mecanismo para generar lástima en el afuera apelando, además, a la memoria emotiva. Ola de acosadas sexuales. De vulneradas en sus urgencias por productores. (Las Hermanas Pombo)
La paradoja, es que en este paradigma televisivo que se auto regula conforme al minuto a minuto, todo es lícito. Y lo lícito está dado por la legitimidad del público que consume por gusto, disgusto u opción, un formato, una pelea.
Todos miran y opinan.
La sensibilidad, en general, es una utopía. La negación de saber lo que ocurre, una postura intelectual.
Estado Voyeur que combina peleas y sexualidad en todas sus formas, estilos y gustos. Un desafío visual. Una provocación. Y una metodología, en algunos casos, de trascender por una felatio.
No hay límites porque los contenidos televisivos no están generados por la TV misma sino por una realidad, la social, sometida a un estado de descomposición que busca su reconstrucción, hasta ahora sin resultados positivos, a partir de la confrontación y el escándalo.
Un comedero de dimes y diretes que salpican y por momentos abruman hasta a sus propios protagonistas. En donde la materia gris es utilizada para la difamación o bien, para elucubrar con enfermedades. Ocurre, que éstas últimas, se han convertido en motores o disparadores de peleas que van más allá de cualquier tipo de análisis. Que no se pueden, ni siquiera, explicar desde la racionalidad porque la síntesis tiene que ver, únicamente, con la mediocridad del ser. (Pachano, Alfano, Fort)
HIV y Cáncer no son frenos para llamarse a silencio. Tampoco se colocan aparte de las "contiendas". Se tiran con todo.
LA LOCURA GENERA RATING.
La televisión se ha convertido en un “manicomio” de infamias y dedos que juzgan la construcción subjetiva del otro. Sus formas de actuar, pensar y sentir.
El FETICHISMO DE LA PAZ Y LA INTIMIDAD: La intimidad dejó de ser un deseo para pasar a ser un negocio.
Desde la estática fotográfica al movimiento del video, se pueden ver hasta los orificios más insospechados. Encuadres en momentos escatológicos y dualidad sexual. (Alfano. Escudero. Viale)
Se trata de la globalización sexual que se nutre de las facilidades de la tecnología. Filmarse o fotografiarse haciendo el amor o en otras circunstancias es una forma de simular ser mirados. De alimentar, en la ficción, la libido.
Una generación de fantasías que luego forman parte de toda la sociedad que las consume y que paralelamente, se hace su propia película. Se disparan los imaginarios por filtración de información, robo de teléfonos celulares o cámaras digitales.
La excepción: NENAS DE UTILERIA O MUJERES DE DERRAPE FÁCIL Y VULGAR QUE VENDEN O LLEVAN EL MATERIAL A LAS PRODUCCIONES PARA OCUPAR EL EPICENTRO.
DESNUDOS Y “PARTUSAS” FUNCIONALES A LA PRENSA
No hay fronteras. Ni siquiera un espacio de reflexión para evaluar el deterioro de la imagen de una mujer en situaciones tanto privadas como límites. Es que si la persona misma no resguarda su intimidad, los medios, aunque sea un tema también de debate controversial, tampoco tienen por qué velar por el resguardo de la exhibición maniobrada.
Muchos periodistas, en las últimas semanas, preguntaban si la tapa de Juana Viale desnuda (Foto Casera) en el Diario Libre era noticia. Noticia relevante no es. Lo que sí, tiene un fuerte impacto visual y por ende, efectista. Motivos suficientes para ser colocada en portada dentro de este esquema directamente proporcional.
A MAYOR EXHIBICIONISMO Y LOCURA; MAYOR RATING TELEVISIVO; MAYOR VENTA GRAFICA.
Lo que sea y más, para ingresar al circuito mediático con ramificaciones 24 por 24 o bien, para salir de la angustiosa telaraña que envuelve a muchas mujeres cuando el paso del tiempo es tomado como un castigo envolvente en el deterioro fomentado y no como un aprendizaje para permanecer, con dignidad, en el luminoso y sesgado mundo del espectáculo. (Alejandra Pradón)
La receta: El Escándalo. Los moldes: Los formatos que los mediáticos y no mediáticos utilizan para soltar la cadena del desquicio.
Publicado por Laura Etcharren en 15:29
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