domingo, 24 de julio de 2011
INTERROGANTES
3 SEMANAS DECISIVAS
Santa Fe, balotaje, Córdoba y primarias: 5 enfoques de lo que vendrá
Santa Fe, balotaje en Ciudad de Buenos Aires, elecciones en Córdoba y primarias abiertas y obligatorias: para entonces ya habrá algunos anticipos de qué deparará octubre.
Todos coinciden en que se avecinan 3 semanas muy importantes para el año electoral.
Comencemos por una desprolijidad: las indefiniciones administrativas y judiciales en el mayor distrito electoral, provincia de Buenos Aires, situación que obliga a variadas sospechas.
Marisa Álvarez en el diario El Día, de La Plata, la capital bonaerense:
"A tres semanas de la hora de las urnas, el atraso en la organización de las elecciones internas desvela a los organismos y a los dirigentes de los armados electorales responsables de "llegar a tiempo".
Y mientras tanto, transcurre una campaña por ahora casi exclusivamente -salvo algunas excepciones- focalizada hacia adentro, es decir, en aceitar y poner en marcha las maquinarias partidarias para garantizarse cierta movilización de votantes propios.
Estos comicios, sin embargo, son obligatorios para todos los ciudadanos en condiciones de votar en una elección "común", y hasta donde se tienen noticias, la gran mayoría aún no tiene idea de qué se trata, si es que sabe que debe ir al cuarto oscuro el domingo 14 de agosto.
Los atrasos en el proceso operativo de estas elecciones en el plano estrictamente provincial -postulaciones presidenciales y de legisladores nacionales, al margen- son alarmantes. Se supone que las listas de candidatos a gobernador, para legisladores provinciales y de intendentes y concejales fueron oficializadas hace nueve días.
Pero, por lo pronto, no se las conoce públicamente a nivel oficial. Es que no han sido aún difundidas por el organismo responsable, la Junta Electoral de la Provincia.
Sí se sabe que hay reclamos de fuerzas ante ese organismo sobre varias de sus nóminas -en general, porque no fueron habilitadas- pendientes de respuesta, algunas de las cuales empezaron ahora a recorrer el camino del recurso ante la Justicia, con lo que eso implica en materia de tiempos.
Es el caso del duhaldismo, que tiene 57 nóminas de cargos municipales sin resolver. Hay también impugnaciones de candidaturas sobre las que no se dijo aún la última palabra, como la postulación a gobernador de Adolfo Rodríguez Saá.
La Justicia Electoral con competencia en la Provincia, en tanto, recién pudo hacer el miércoles pasado la audiencia en la que los apoderados de cada fuerza puede objetar aspectos formales de las boletas de las restantes (uso de emblemas y colores, por caso).
De esa "asamblea" surgieron varias impugnaciones cruzadas que ahora tiene que resolver el titular de ese organismo, el juez federal Manuel Blanco.
Está también pendiente de resolución -en la Cámara Electoral Nacional- un planteo del Frente para la Victoria para que los armados electorales "parakirchneristas" (el Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella, y el Frente Social que el oficialismo utiliza para poder presentar dos candidatos propios en las elecciones generales, violando el espíritu esencial que, debe suponerse, inspiró la creación del sistema de elecciones internas que se estrenará el 14 de agosto) puedan "pegar" sus boletas a la lista de Cristina Kirchner ya, ahora en las primarias.
El juez Blanco rechazó ese planteo pero su resolución fue apelada ante la Cámara, de modo que todavía no se sabe si el oficialismo puede o no realizar esa "pegatina" de boletas que, en términos políticos, es sustancial.
En consecuencia, a tres semanas de los comicios el capítulo listas y candidatos aún no está definitivamente cerrado. Y el de las boletas, tampoco. (...)".
El oficialismo cristinista intenta transmitir tranquilidad a sus fieles. No importa la derrota en Santa Fe, en el balotaje porteño y en Córdoba: igual todo está bajo control.
Lo firma Horacio Verbitsky en el matutino kirchnerista Página/12:
"Comienzan hoy tres semanas decisivas con vistas a las elecciones presidenciales de octubre. Hoy se elegirá al nuevo gobernador de Santa Fe, el próximo domingo se realizará la segunda vuelta por la jefatura de gobierno porteño, el domingo 7 de agosto Córdoba decidirá su gobernador para los próximos cuatro años y el domingo siguiente se realizarán en todo el país las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, en las que se consagrarán las candidaturas presidenciales de los tres partidos y las siete alianzas oficializados.
Gobierno y oposición tienen expectativas antagónicas e interpretan en forma distinta los posibles resultados de cada uno de estos comicios, pero nadie minimiza su importancia.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe representan un cuarto del padrón nacional y forman el eje político y administrativo del agropower, que hace tres años libró una batalla a todo o nada con el gobierno nacional. Su importancia cuantitativa equivale a la del conurbano bonaerense, por lo que en esos distritos está depositada la ilusión de las fuerzas opositoras de obstaculizar la reelección presidencial. (...)
Estos datos de Santa Fe, la Capital y Córdoba sugieren, como hipótesis que los hechos deberán validar, que ninguno de esos distritos se interpone como un escollo inquietante en la marcha de Cristina hacia octubre, como ocurriría si se repitieran los porcentajes obtenidos por el Frente para la Victoria en las legislativas de dos años atrás: 11,6 en la Capital, 9,5 en Santa Fe y 9,1 en Córdoba.
La primera vuelta porteña lo dice a las claras: Filmus obtuvo dos veces y media los votos de Carlos Heller. Recién en la tercera fecha del ciclo analizado, podrán extraerse conclusiones más significativas, cuando se realicen las primarias del 14 de agosto. Apenas dos meses antes de las presidenciales, darán un panorama más preciso que cualquier encuesta sobre las perspectivas de cada candidato.
El objetivo de Cristina es pasar del 40 por ciento, el de todos los demás salir segundo, con cualquier porcentaje, con la esperanza de alinear a los demás detrás suyo en octubre.
Los viejos pactos entre Duhalde y Raúl Alfonsín se continúan ahora con su hijo Ricardo. Sus operadores son dos amigos de toda la vida: Javier González Fraga, miembro del equipo económico de Duhalde hasta el momento de anunciar su candidatura a la vicepresidencia con Alfonsín, y Eduardo Amadeo.
Para Alfonsín como para Macrì, Duhalde es como un vicio oculto, compulsivo y vergonzoso. Aunque nadie lo dirá tienen avanzada la preparación de un acuerdo electoral, en función del cual la UCR incurrió en el sacrilegio de soslayar a la Convención Nacional, el órgano que designa la fórmula y redacta el programa, y delegar esa tarea en el Comité Nacional."
Sin embargo, discrepa con Verbitsky, y expone sus fundamentos, Eugenio Paillet, desde La Nueva Provincia, de Bahía Blanca:
"(...) Cristina Fernández ha resuelto, contra todas esas cuitas internas, disimular las grietas que empieza a mostrar la burbuja. Mientras en plan de alegre estudiantina ignora los cada vez más fuertes coletazos sobre sus posiciones del caso Schoklender, o denuncia conspiraciones varias frente a la queja ciudadana por la falta de combustible; mientras avala las groseras manipulaciones de Guillermo Moreno con las cifras del INDEC, ha sometido a sus candidatos a un discurso único, que es el que ella baja en cada acto, sin derecho a pataleo alguno.
Por caso, las tribulaciones de Daniel Filmus, que jamás hará públicas, encerrado en un discurso que no comparte, como el que debió enarbolar durante la campaña previa a la primera vuelta porteña. Un compendio de elogios hacia Cristina y a Néstor Kirchner, hablando de cuestiones como la ruptura con el Fondo Monetario, la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final, que a los porteños les sonaron derruidas, lejanas. Todo egocéntrico, referencial a ultranza hacia ella y "él", sin poder hablarle como hubiese querido cara a cara al ciudadano de los problemas de aquí y ahora, como hizo Macri.
Es la misma sensación de pesadumbre que tampoco nunca confesará Rossi. Su rostro demudado y su aplauso forzado, mientras Cristina destrataba a los santafesinos y, encima, en un acto que debió ser institucional y ella transformó en una barricada política, con el gobernador Binner presente (a quien dijo que saludaba sólo para evitar que después la critiquen los medios del grupo tan odiado) fueron elocuentes. La sensación de que si alguna esperanza quedaba de empinarse en la pelea con Bonfatti se desbarrancó sin remedio tras la visita presidencial era indisimulable, en el comando de campaña del diputado.
(...) Se agigantan, ahora, las dudas sobre el discurso oficial que negaba que la sucesión de derrotas que se vienen, como la que ocurrirá hoy en Santa Fe, el balotaje del domingo que viene en la Capital y el 7 de agosto en Córdoba, tuviesen ligazón con las presidenciales de octubre. Ese análisis quedó bajo la lupa, aunque se insiste en que hasta los encuestadores independientes reconocen que ella todavía conserva alta imagen y buena intención de voto y que, si las elecciones fuesen hoy, ganaría sin sobresaltos.
La mirada de los quejosos y de los observadores independientes esta puesta cada vez más en las primarias del 14 de agosto. La idea de que esa elección se convertirá en una gran encuesta nacional, aunque sin el manejo interesado y tramposo de algunos encuestadores que reportan al oficialismo y cobran jugosas sumas por ese trapicheo, ha ido ganando espacios.
Esa gran encuesta nacional abierta y sin otro condimento que la presencia del votante en la urna, sólo mano a mano con su voto, puede deparar sorpresas al gobierno y a Cristina Fernández. (...)".
Sin duda que el balotaje porteño será durísimo para el Frente para la Victoria, en especial si no consigue escalar el 40%. Curiosamente es el mismo porcentaje al que apunta Cristina en las primarias abiertas y obligatorias.
Eduardo van der Kooy escribió, en Clarín, de Ciudad de Buenos Aires, acerca del proselitismo furioso de estos días que, probablemente, apunta a que no se hable más de lo importante: Hebe de Bonafini & Sergio Schoklender, para emprezar:
"(...) El Gobierno parece sumarle a su desconcierto una dosis de desesperación. Filmus denunció a Macri y a su asesor principal, el ecuatoriano Jaime Durán Barba, por una supuesta campaña sucia camino al balotaje. Se habría tratado de una encuesta telefónica que pretendió ligar al padre del candidato K con el escándalo Schoklender.
Más allá de la desmentida macrista, sería imprescindible determinar la consistencia o no de la denuncia. Pero la palabra kirchnerista, en ese campo, tendría el valor de una peseta en España. Nadie como los K recurrieron desde el 2003 a revolver el submundo de la política, con denuncias comprobadamente falsas (a Enrique Olivera, ex jefe porteño), espionajes (a Jorge Taiana, Julio Cobos y Alberto Fernández, entre cientos) y amedrentamientos (contra consultores económicos y el periodismo).
Al kirchnerismo le resulta imposible además, cuando menea esos conflictos, no dispararse sobre sus pies. Está muy bien advertir sobre cualquier campaña sucia. Estaría mejor, sin dudas, que el Gobierno no encubra el caso Schoklender cuya onda expansiva llega hasta las Madres que lidera Hebe de Bonafini.
Norberto Oyarbide, que sustancia la causa, hizo batifondo con sus investigaciones pero ha sido, hasta ahora, perezoso e improductivo . Ni Schoklender ni Bonafini, acusada por el ex apoderado de la Fundación de estar al tanto de todos los manejos financieros, fueron siquiera citados a declarar.
El juez se fue de viaje y ahora rige la feria judicial de invierno. En el medio hay sospechas de fraude al Estado, estafa a gente humilde y presunción sobre lavado de dinero.
También, indicios de una explotación de los derechos humanos con otros fines.
Otra jueza, Sandra Arroyo Salgado, tampoco habilitó la feria judicial para completar el cotejo de los ADN de los hermanos Noble Herrera con los datos que restan en el Banco Nacional de Datos Genéticos de personas desaparecidas por la dictadura.
Los cotejos con las únicas dos familias querellantes y con los casos de 1975-76 dieron resultados negativos.
Se trata de un asunto al que los Kirchner le dieron carácter político y de Estado.
El paréntesis, como en el caso Schoklender, parecería inexplicable en un tema de semejante importancia y repercusión. Salvo que el Gobierno quiera ganar tiempo, en un asunto para que el escándalo de corrupción no escale y en otro, en el de los hermanos Noble Herrera, para que no se haga palpable que se habría cometido un atropello a la dignidad humana. (...)".
También Joaquín Morales Solá, en La Nación, de Ciudad de Buenos Aires, ubicó el balotaje como un evento decisivo próximo:
"(...) También es cierto que la política flotará en la incertidumbre hasta el segundo domingo de agosto. No hay encuesta, por más honesta y amplia que sea, que pueda superar a la opinión explícita de millones de argentinos que votarán obligatoriamente ese día. Nadie oirá a Macri, por ejemplo, inclinarse por un candidato presidencial hasta después de las elecciones de agosto.
El líder capitalino aumentó 8 puntos su imagen positiva nacional desde que ganó la primera vuelta; ahora está rondando el 50 por ciento. Macri usará los 15 días que le quedan entre la segunda vuelta en la Capital y la elección primaria nacional para conversar con todos los candidatos presidenciales. Una manera elegante de mirar pasar el tiempo.
Los últimos días de campaña en la Capital podrían ser, sí, un presagio del futuro. El kirchnerismo hizo dos denuncias al macrismo.
Una se refiere a una encuesta telefónica que habría indagado sobre la opinión de los porteños acerca de la incidencia de los escándalos de Schoklender y del Inadi en la imagen de Filmus.
La otra habría contado una historia del padre del candidato kirchnerista, al que se vinculó con las obras de Hebe de Bonafini en su condición de arquitecto, que no es cierta. La primera es una averiguación del estado de la opinión pública habitual en cualquier partido en campaña electoral.
La segunda es más grave, porque contenía una información que es falsa sobre un familiar directo de Filmus. Ninguna constituye un delito penal; se trataría, en el segundo caso, de un delito electoral o de un problema ético. Es, en verdad, un problema ético, lo haya hecho quien lo haya hecho. Sin embargo, el kirchnerismo carece de autoridad moral para denunciar un conflicto ético de esa naturaleza.
Filmus nunca cayó personalmente en tales trampas electorales, pero su gobierno practica la difamación de los adversarios como una alegre rutina.
Desde la inexistente cuenta en el exterior de Enrique Olivera hasta las falsas conexiones de Francisco de Narváez con un caso de tráfico de drogas, pasando por la reinvención calumniosa y constante de las historias de sus opositores o
críticos, el kirchnerismo ha sido la franja política que más cultivó esa despreciable forma de construir poder.
Macri debería investigar él mismo quién hizo eso, si es que eso sucedió como lo cuenta el kirchnerismo. La oposición existe también para diferenciarse del Gobierno en los modos y en los métodos. Es cierto que el kirchnerismo ha hecho cosas mucho peores que darle un título universitario inexistente al padre de Filmus, pero también es cierto que el precedente no habilita a nadie para plagiar prácticas que deberían ser expulsadas de la política. (...").
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