EDITORIAL: DECALOGO DE LA FARSA ENMASCARADA
(Por el Lic Gustavo Adolfo Bunse) (24/4/2007)
La base de sustentación del país, no existe.
Ese soporte estructural, que debería haber sido construido por el Presidente actual, en sus cuatro años de mandato, brilla en este momento por su ausencia.
En lugar de eso, diseñó un castillo de naipes. Algo así como una plataforma de cristal sostenida por escarbadientes, cuya fragilidad ha de empezar a notarse cuando ya sea tarde.
Se puede descubrir fácil un decálogo de la farsa enmascarada que configura tan frágil andamiaje artificial.
Son diez puntos que aparecen, a priori, como producto de la más simple incompetencia, pero acaso sean, también, un propósito que objetivamente responde a la voluntad ideológica del mandatario.
El decálogo de la farsa enmascarada es el siguiente :
1) Se oculta que el país carece de inversiones estructurales serias y de largo plazo. Se muestran, en cambio, emprendimientos menores con las capas y el oropel de una grandeza prefabricada. Y también se oculta que todos los países emergentes de América, salvo Bolivia, son elegibles mucho antes que la Argentina.
2) Se oculta que, el superávit fiscal, está atado a dos impuestos distorsivos y artificiales que subsisten al amparo de una “ley de emergencia económica”, inexplicablemente prorrogada hasta el presente. Peor que eso, el superávit fiscal, sin esos 2 impuestos, sería igual a cero.
3) Se oculta que las relaciones internacionales del país han ido reduciéndose en forma dramática, como una función directa de la política de confrontación presidencial. Ni Estados Unidos, ni Europa, ni los países de Asia consideran hoy, entre sus prioridades geoestratégicas, a la República Argentina.
4) Se oculta que la democracia argentina es distinta a cualquiera de las democracias del mundo. Que hoy, más que nunca, como decía Borges, nuestra democracia resulta “un abuso de la estadística”, no sólo por no existir la división de poderes, sino porque además, cada voluntad de apoyo se consigue con las chequeras del poder, en una escuela de mercenarios cuyo alumnado es multitud.
La coparticipació n federal es una enorme manguera con un chorro discrecional que se apunta y se regula sólo con el criterio extorsivo de un sometimiento explícito que ya no tiene pudor alguno.
Chorros discrecionales, dirigidos por chorros de carne y hueso.
5) Se oculta que la seguridad pública no está en la agenda del presidente.
El motivo es un sub esquema ideológico que parece diseñado por un chamán o por un pai umbanda : El oficialismo considera, en forma unívoca, que la seguridad es un sinónimo de “derecha”, de represión y de muerte.
Con esa visión geométrica, se ha formado una especie de doctrina de preferencias en la que se decreta que todas las muertes deben ser por inseguridad pública y no por su antídoto de control.
6) Se oculta que se ha decidido que, hacer planes, no sirve.
Que programar y prever el devenir de los problemas esenciales de mediano y largo plazo es una actividad que debe ser considerada innecesaria y superflua.
Hay, para enmascarar eso, un llamado Ministerio De Planificación que resulta además, destinatario de la confianza del “supremo” y recíprocamente, administrador de la masa crítica de la gran caja de control de voluntades que se dilapida desde su antojo.
Y en ese organismo, supuestamente esencial, de planificación, de ejecución y de transparencia, la trilogía que impera es precisamente la inversa de su propósito, es decir :
Improvisación - Simulación - Postergación
7) Se tapa que la credibilidad pública va camino de estrellarse en un descalabro inducido desde los cuatro pilares de farsa que son sustentadores de una gran carpa a punto de ser desmantelada.
a. El atril de afirmaciones apodícticas del presidente.
b. El dogma de la “necesidad y urgencia” como prefiguración del sojuzgamiento de la Justicia y del Parlamento.
c. La cariokinésis de la verdad, a través del lenguaje singular de la desmentida proclamada en envoltorios de mordaza.
d. Los índices de la economía dibujados, con carbonilla bruta, a la luz del sol, por un INDEC de marionetas.
8) Se oculta la agonía fatal de los contrapoderes, tan cerca ya de su desaparición definitiva, que hasta debe hacerse un gran esfuerzo para identificarlos en la superficie pública.
9) Se trata de disimular el vergonzoso espíritu arraigado, de siervos de la gleba, que redujo ya a todo el empresariado a un mercenarismo terminal, que hoy combina el miedo y el interés personalísimo en dosis casi iguales.
Mercaderes de la infamia y de la deshonra, que saldrán a justificar todo lo que ocurra con sus caras de piedra, cuando sobrevenga el derrumbe. Y allí, se darán vuelta en el aire.
10) Se ocultan, ya con una enorme dificultad, los innumerables estigmas de corrupción que siguen acumulándose, bien sea en una olla a presión, bien sea bajo la gran alfombra de palacio.
Y van creciendo allí tapados, Skanska, los fondos de Santa Cruz, las tierras de Calafate, los rateros del colapso energético, la publicidad oficial, los fondos de campaña para los viajes de Cristina o el financiamiento de los delincuentes como Rovira.
En suma, el escenario va acumulando peso sobre una plataforma que ya no tiene soportes de realidad ni de seriedad. Una trama de construcciones artificiales que han sido diseñadas en todo nuestro subsuelo de un modo tan irresponsable como inadmisible.
La siniestra saga de ambiciones personales y la demagogia arrojada en pulsiones sobre nuestra sociedad, ya empieza a formarnos ahora una gran duda sobre si acaso no será mejor que el desmoronamiento se produzca cuanto antes. Para hacernos tomar conciencia a todos de que sólo es posible renacer… a través de un nuevo desencanto.
Lic. Gustavo Adolfo Bunse
gabunse@yahoo. com.ar
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario