El lema de campaña era “Cristina, Cobos y vos”. Hoy ¿quién con vos?
El kircherismo sufrió una derrota evitable. “Es necesario que uno muera por el pueblo” (cita evangélica como la de Pichetto a Cobos).
Por Juan Carlos Sánchez
Largo día, estimulante noche y una madrugada a toda orquesta. Costó recuperar la calma pese a que soy flemático.
El final de la votación del Senado de la Nación se vino anunciando desde los actos contrastantes del “campo” y del gobierno. Demasiados de un lado y todos en celeste y blanco, pocos del otro pese a la bandera con la cara del Che y todo el aparato. ¿Ya no alcanzan los aparatos?
Se fortificó la sensación cuando el Vicepresidente se asiló en su despacho en el último tramo del debate ante la desesperada convocatoria de su comprovinciano que lo instaba a presidir y votar. Cobos cumplía entre tanto con la difícil tarea de comunicar a la PresidentA que desempataba en contra y resistir la última tentación: No estar, no votar. Y se hizo evidente cuando el discurso de Miguel Angel Pichetto convocando a los demonios de la desestabilización ante la traición de Cobos. Un discurso sin contenidos, redundante y amenazador, poco elegante para un Senado que asumía roles constitucionales un tanto inusuales. El voto del Vicepresidente aunque esperado fue un final anunciado.
Se equivocó Kirchner al elegir a Cobos a Dios gracias. En una nota anterior especulé sobre el mendocino y dije que lo esperable era que Néstor Carlos hubiese elegido alguien inadecuado para su estilo. Kirchner poco sabe de hombres honorables, tendría que haber seguido con los suyos.
Leonardo Belderrain que fue liceísta con Cobos y lo conoce desde los once años me anticipó hace un año que la nota en el gobierno de Cristina lo daría Julio Cleto. Lo definió como un hombre humilde y sencillo y por sobre todo, honrado. Un informe que recibí desde Mendoza lo describe elogiosamente, lo escribió un insospechable observador y es objetivo. Otro columnista de PyD enfatizó esta mañana desde la Capi: “Jamás pensé conociéndolo a fondo que votaría de otra manera...”
Cobos marcó la cancha y no sólo con su voto. Advirtió a todos que no especula con la renuncia de la PresidentA -lo que sí se hace en Olivos- y que quiere seguir siendo Vicepresidente con lo que envía un doble mensaje: No está mezclado en desestabilización alguna y no piensa en renunciar y esto es una respuesta a Pichetto que es el oficialismo. Luego lo reiteraría.
Otra marca: Obedece a su corazón pues una ley que no soluciona un problema no sirve, palabras más o menos es lo que dijo. En los tiempos modernos pasados los Vicepresidentes fueron accesorios desechables, ¿quién podía suponer tanto protagonismo? Hoy la Argentina es Cobos y vos... A puro Cleto.
También Cobos dejó en claro su participación en la Concertación Plural que le permitió ser lo que es: Soñó en un país posible, unido, marchando hacia delante sin mirar atrás. Cristina y Cobos quiso ser una construcción parecida a aquella fórmula anunciada que nunca fue: Perón – Balbín. La distancia entre los actores existe especialmente entre Cristina y Perón que es abismal pero lo fundamental es la diferencia de conductas. Jamás Perón hubiese aceptado llevar adelante un conflicto como lo hicieron los Kirchner y Cobos no se habría visto obligado a desempatar esa terrible noche del kirchnerismo.
A los apurones finalizado el debate en la madrugada escribía sobre los que acompañan a Cobos o si lo prefiere, aquellos con quienes Cobos coincide en el plano de las ideas. Una tremenda fuerza política y social donde están desde Menem y Reutemann hasta Morales y los partidos tradicionales y los menores y el 90% del pueblo. Es lo más parecido a La Hora del Pueblo y como aquella, con fuerte respaldo popular.
Para nada es gringos contra negros (alguien a quien quiero mucho me lo hizo pensar) ni peronismo – antiperonismo ni oligarquía contra trabajadores. Es una alianza natural contra Kirchner, una pareja que hastió a los argentinos y que hoy ha desaparecido de la esperanza aunque obviamente retenga protagonismo dadas las circunstancias.
Porque al ser tan notoria la distancia entre el peronismo deseable y la realidad que muestran los Kirchner, entre la Patria de todos y la que el matrimonio intentó construir desde las cenizas era lógico y hasta deseable que todos los conflictos creados por ellos desembocasen en uno solo que los devolviese al estrecho espacio vital del que nunca tendrían que haber salido. Nada personal, los pingüinos no saben volar y las alturas los marean.
Así visto el problema, la solución a la Resolución 125 que aún goza de buena salud y está vigente esperando la suspensión o derogación vía decreto presidencial o judicial fue radical y no por referencia al partido político al que pertenecía Cobos sino porque el pueblo aplastó el origen del problema, el matrimonio presidencial. Para decirlo de otra forma más conocida, el pueblo generó sus propios anticuerpos.
No es de rubios contra negros, de garcas contra perucas, gordo querido... (Se lo digo al amigo). Es que nada es más dinámico que el pueblo. Realiza sus alianzas y las desarma y arma otras y así, a modo de prueba y error, avanza hacia su destino y es indetenible. No temas por el pueblo, siempre sobrevive. Es el mismo que no votó a Néstor y sí a Cristina y que les dijo ¡basta! Y el que lo mismo dirá a la dirigencia agraria y a su nueva construcción política si esta no entiende que debe interpretarlo y no utilizarlo. Conducirlo sin engaños, amarlo en los hechos y no en los discursos que “obras son amores y no buenas razones” como me enseñaron mis padres.
A la madrugada y hasta que apagué el celular alrededor de las 5 y media me llamaban los amigos desde distintos lugares de la Patria, todos alegres. ¿Por qué? ¿De qué estaban contentos? ¿Qué ganaron si solamente cultivan en las macetas del patio? Ganaron tranquilidad, hay esperanza, hay alegría, puede ser que la crispación nacional comience a ser pasado. Puede ser que Néstor Carlos admita que los argentinos no somos de arrear y que la PresidentA asuma al fin. Sólo así podrán seguir.
Algunos de los trasnochadores temen que se desate otro caos peor para tapar este, que nuevamente el odio y la venganza se abatan sobre la comunidad nacional. Es una posibilidad que considero distante, no prevalecerán. Ahora quedaron reducidos exactamente a lo que son: Débiles e improvisados favoritos de la Fortuna, la más esquiva de las diosas romanas. Un ciclo terminado.
Del slogan de campaña quedan solamente Cobos y vos...
* * *
Anteayer de visita en esta redacción el abogado Héctor Ojeda Varela, “el Baby” para los amigos, un cincuentón que se relacionó con dos presidentes de la Nación al menos reflexionaba una verdad evidente: Los argentinos no somos de izquierda, somos de derecha, ¿derechos y humanos? y la construcción de Kirchner no podía dejar de hacer agua en algún momento. Recuerdo aún el título de la memorable nota del Ing. Sergio Doroteo Rípodas Márquez: “Soy de derecha, ¿y qué...?” y mi propia advertencia hecha hace cinco años: A Kirchner lo voltea la izquierda. ¿Qué son De Angeli y Buzzi sino expresiones telúrico-románticas de la izquierda?
Rípodas me reiteraba telefónicamente otra opinión que repite insistentemente: La soja es peronista y menemista, ¿por qué la atacan? ¿Acaso no viven de ella? ¿Por qué Buzzi ataca los ’90? Y agregó lo que está en su nota de esta edición: Acaben con eso del granero del mundo, cualquier país hoy gracias a la biotecnología puede serlo. Brasil está en el grado 3, nosotros nos quedamos en el grado 1. Baby Ojeda coincidía sin haberlo leído aún: Somos una sociedad hipócrita, ¿qué tanto los ’90? ¿Acaso no vivieron bien con Menem y lo votaron todos? ¿No crecimos, no hubo ejercicio real del poder político? Y acentuó la digna participación del ex Presidente durante el debate y el silencio con el que se lo escuchó. ¿Para qué escribo esto?
Pues, simplemente porque hoy queda desnuda otra de las maniobras de Kirchner, otra mentira: La demonización de los ‘90
Quiéranlo o no Néstor Carlos y Cristina y sus dos o tres seguidores de fierro, la taba les está cayendo de culo (así se dice en el campo, qué ironía, términos camperos usados por un periodista urbano) y tendrán que pagar la apuesta.
La gran pregunta es si será Cristina la cónyuge supérstite de este matrimonio político. Ella es inimputable, absolutamente ineficaz y lo dicen en secreto sus allegados más cercanos todos ellos al borde del ataque de nervios y agregan: Néstor está sacado. ¿No me cree? Hágalo.
Si sobrevive y Néstor sale de escena -porque ya nadie en el país cree que es ella quien gobierna- los tres años y medio que faltan de su gobierno serán una peluquería y sala de maquillaje de lujo que traerán como beneficio el fortalecimiento de las instituciones republicanas que deberán gobernar. Esto no es de fácil realización habida cuenta la dependencia de los legisladores y su vuelo rasante pero habrá mejoras. El Poder Ejecutivo será la incógnita.
De no sobrevivir Cristina -y el escenario está previsto para ello- lo que vendrá será la recuperación de la gobernabilidad y una nueva oportunidad para la Argentina. Lo único que no es posible es la subsistencia del gobierno de Néstor, hoy la Nación está aprendiendo en curso acelerado la caza de pingüinos. Y el peronismo acompaña hasta la puerta del cementerio pero no baja a la fosa.
Habida cuenta la noche de la votación del Senado y la anterior de los actos públicos es fácil suponer que luego de asistir al velorio de alguien nadie se sienta en el bar de la esquina esperando al muerto para tomar un café.
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21 Jul 08
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