Por Marcelo Elías (*)
A veces perdiendo se gana...
La sentencia de la sabiduría popular, aplicable por ejemplo al jugador compulsivo que después de una pérdida importante deja el hábito o al fumador empedernido que luego de un episodio cardíaco deja el vicio, puede valer para Cristina.
La derrota del proyecto oficial en el Senado le abre a la Presidente un nuevo horizonte político. Si actúa con inteligencia, grandeza y firmeza puede transformar la derrota parlamentaria en una gran oportunidad política.
El voto de Cobos, vivido como una tragedia por el gobierno, es todavía una herramienta que la Presidente puede usar en su beneficio.
Las diferencias internas, algunas de vieja data y otras de reciente factura, son administrables si se rectifican rumbos y metodologías.
Hay como se sabe un contexto internacional favorable. La demanda de alimentos, la situación energética, la escasez de agua dulce y espacio, son factores que bien aprovechados estratégicamente pueden potenciar nuestro desarrollo.
Los problemas internos, encabezados por la inflación, la crisis energética, las distorsiones de los precios relativos y la deuda externa son posibles de afrontar.
Hay una necesidad dramática de cambios políticos e institucionales mayoritarios para transformar un sistema de poder que languidecía desde hace tiempo y fue golpeado de muerte en la madrugada parlamentaria, en formas más civilizadas de relaciones y convivencia.
Estas demandas se pueden satisfacer con voluntad y decisión política. La Presidente tiene que llamar a silencio a su marido, correrlo del centro de la escena y ocupar plenamente el lugar que le dio el voto ciudadano.
Es necesario remozar el gabinete, cambiar no sólo caras sino comportamientos y hábitos en la gestión de gobierno. Como también programas y acciones.
Convocar a la dirigencia del campo, la industria, el comercio, la banca y el sindicalismo.
Llamar a los líderes de la oposición política y a los jefes parlamentarios.
Reunir a los Gobernadores y al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Estos espacios deben ser utilizados para establecer agendas de trabajo y consensos mínimos, sumar esfuerzos, cambiar rumbos y metodologías.
Estas acciones están en línea con las promesas de campaña a las que en estos días se refiere Cobos: más calidad institucional y pacto social. Conectan también con el anunciado Acuerdo del Bicentenario frustrado hasta hoy por incapacidad para generar consensos.
Es tanta la expectativa social, la necesidad de cambio, de oxigenación, que podría empezar con simples gestos: una reunión en Olivos con el Vicepresidente Cobos y una convocatoria a las Entidades del Campo consolidarían el clima de distensión que la votación en el Senado generó.
Pero Cristina parece empeñada en perder. La tribuna del Chaco fue utilizada para ignorar los hechos y acusar de traidores e ignorantes a los que disintieron; los fundamentos del decreto 1176 ratifican en un largo y concienzudo trabajo las peores aristas discursivas de estos 125 días de conflicto; el “festejo” del viernes en Olivos es una negación de la realidad.
(*) Marcelo Elías es Diputado de la Provincia de Buenos Aires, mandato cumplido, por la Unión Cívica Radical.
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