Por Carlos Berro Madero
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Estas reflexiones van formuladas especialmente respecto del matrimonio Kirchner, y su “guardia pretoriana”: Carlos Zanini, Horacio Verbitzky, Nilda Garré, Julio de Vido, Guillermo Moreno, Miguel Pichetto, Alberto y Aníbal Fernández, Ricardo Jaime, Hebe Bonafini, Estela Carlotto, Luis D’Elía, Edgardo De Petri, Emilio Pérsicco, Jorge Capitanich, Oscar Parrilli, Pablo Feinman, Andrés Tumini, Patricia Vaca Narvaja, sus subalternos inmediatos y todos aquellos otros que podrían pujar ofendidos por no ser incluidos en ellas.
A todos les decimos que el sentido común admite con certeza absoluta la existencia en el universo de dos tipos de evidencias, a saber: OBJETOS MATERIALES Y ACTOS DE CONCIENCIA. Ambos, por descontado, han existido, existen y probablemente existirán siempre, aunque nosotros no queramos tomar contacto con ellos.
Los objetos materiales están constituidos por hechos irrefutables que hacen acto de presencia por sí mismos. Los actos de conciencia, se refieren al reconocimiento que les debemos por dicha razón.
Sobre la base de estas evidencias, QUE NADIE SE ATREVERÍA A NEGAR EN VIRTUD DE SU OBVIA CONDICION DE PEROGRULLADAS, se levantan edificios culturales de información, encargados de incrementar nuestro conocimiento sobre determinados aspectos de uno u otro de aquellos dos grandes géneros enunciados precedentemente.
Algunos filósofos como George E. Moore, han sido admirados por su obstinación en llamar al pan, pan y al vino, vino. Siguiendo su prédica podríamos decir en nuestro caso: a) objeto material=desorden político gubernamental generalizado, fuera de la lógica y la razón; b) acto de conciencia=reordena miento imperioso que permita evitar el estallido de la realidad “virtual”.
Los actores que hemos nombrado al comenzar estas líneas, y aquellos otros que por razones de espacio y memoria presente hemos omitido, han resultado eximios cultores de la negación de estos principios elementales.
Son como aquellas personas que cuando ven dos manos, juzgan que las mismas pueden ser o no reales en la medida que ocupen un lugar de importancia en el desarrollo de sus propios razonamientos.
Ha caído finalmente el telón sobre las negaciones de un gobierno que ha vivido y vive aún “en las nubes” presionando siempre sobre la realidad, con el fin de lograr un status de “presencia física” para sus ensueños trasnochados.
Para ello nos han “saturado” con un aluvión de falsedades con las que han querido torcer nuestra voluntad.
Pero cuando el “núcleo” central de los cultores de una fantasía ideológica se aferra a su propio dibujo de la realidad y trata de contagiarla con fervor ciego, sordo y casi enfermizo, tarde o temprano aparecen los primeros obstáculos.
En su necesidad de reconstruirla cada día para que no se les evapore en la atmósfera, andan demasiado afanosos y concentrados señalando su camino con migas de pan que, como en el cuento de Pulgarcito, se acaban comiendo invariablemente los pájaros, dejándolos por tanto perdidos en el denso bosque de sus peculiares elucubraciones.
¡Debe ser tan difícil trabajar todos los días para que las cosas permanezcan siempre en el mismo lugar mientras se puja contra su propia naturaleza!
Por ello señalábamos que si deseáramos convencer a alguna persona de que sus dos manos pueden o no ser reales según valgan en nuestras consideraciones, ello constituiría una tarea titánica, porque finalmente, al terminar nuestro discurso, la misma persona volvería a su casa inquiriéndose intrigada cómo, a pesar de todo, se mantienen SIEMPRE al extremo de sus brazos como muda expresión de su presencia.
Un proyecto de país requiere fundamentalmente objetivos basados en el sentido común, análisis de posibilidades basados en la coherencia y la razón, mucha honestidad y una decidida vocación por el bien común. También, recorrer, con humildad y sin prejuicios, los fundamentos de experiencias políticas, científicas, técnicas y económicas habidas en todo el mundo, que permiten surtirse de muy buena información.
Eso es lo que ha estallado finalmente entre las manos de los miembros de la “troika” kirchnerista: rechazaron las evidencias, ignoraron muchas manos que estuvieron siempre adonde no quisieron verlas y se agotaron construyendo figuras gasificadas que se desvanecían por las tardes, lo que les obligó a mantenerse en vilo por las noches, restaurando fuerzas para volver a soplar en las mañanas.
Si no son capaces de realizar una sentida autocrítica referente a lo que ha ocurrido en los últimos 130 días (y por qué no, en los últimos 5 años), y no cambian sus estrategias urgentemente ejecutando un viraje no menor de 180°, seguramente se estrellarán solos, SIN QUE NADIE PUEDA IMPEDIRLO.
La experiencia indica que al ser humano le resulta muy difícil cambiar si no existe un propósito firme de enmienda; y no advertimos que esto haya sucedido por el momento en el seno íntimo del gobierno que lideran Néstor y Cristina Kirchner. Más aún, después de haber sabido del último discurso de la Presidente en la inauguración (¿”re-inaugurada” ?) de una planta gasífera, aleccionándonos sobre lo importante que significa tener “apertura mental”.
¡Tan solo ella!
Estamos en presencia de dos “visionarios” que han hecho un culto histórico de la realidad “irreal” durante toda su vida política, y por lo tanto, es más que probable que insistan finalmente en seguir utilizando lo que para ellos constituye un “manual de funcionamiento” ideológico.
Preparémonos pues, para vivir tiempos más difíciles aún.
carlosberro@ arnet.com. ar
Gentileza en exclusiva para NOTIAR
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