sábado, 1 de mayo de 2010
VACIAR VOTOS
UNA NUEVA INGENIERÍA ELECTORAL EN EL PERONISMO FEDERAL
Internas abiertas: proponen formar un polo anti-k que vacíe de votos al PJ
Por Guillermo Cherashny
Días aciagos se acercan para el kirchnerato, porque la corrupción desenfrenada volvió a las primera plana de los diarios y es evidente que la gente condena al gobierno por la paralización del Congreso, además de repudiar la presión sobre los periodistas y medios de comunicación mediante la metodología del escrache violento.
Además, la mayoría del peronismo, tanto el Federal como el que todavía acompaña al gobierno, quiere desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales para no llevar el peso muerto de Néstor Kirchner, que no tiene chance de reconciliación con la sociedad. Ahora prevalece entre la mayoría de los dirigentes peronistas la idea de organizar una interna abierta, simultánea y obligatoria fuera de la estructura del PJ y el Frente para la Victoria. Hasta ahora Felipe Solá, uno de los principales impulsores de la idea, aporta al Partido PAIS que llevara a Octavio Bordón como candidato a presidente en 1995. De este modo, Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Carlos Reutemann, Adolfo Rodríguez Saá, Gildo Insfrán, José Alperovich, José Luis Gioja y demás caciques provinciales podrían jugar en el plano nacional a través de una interna abierta.
El polo de atracción
Solá explica que, si se aplica la actual reforma política, la alianza o partido que consiga mayor movilización de votantes en la interna abierta estará logrando un anticipo del resultado de la elección general. En otras palabras, que la interna con más votantes funcionaría como un multiplicador de votos para la general.
Sobre esta base, la idea sería conformar un polo multipartidario dirigido por el Peronismo Federal, que vacíe de votos la interna del PJ, que quedaría reducida a una escasa concurrencia.
Así las cosas, el polo peronista anti-k y la UCR podrían ser las internas de primer nivel, mientras que la Coalición Cívica, la alianza Proyecto Sur-GEN-Socialismo y el PRO quedarían en un tercer nivel. El mayor riesgo de caída electoral lo tendría el kirchnerismo, porque si el polo anti-k realmente moviliza al electorado, Kirchner podría encontrarse al frente de un PJ raquítico en votos y con fuga masiva de dirigentes, teniendo en cuenta el escaso apego de los peronistas por dar batallas perdidas.
Claro está que, si esta perspectiva avanza, los Kirchner siempre podrán intentar uno de sus procedimientos preferidos: patear el tablero y cambiar las reglas de juego, dejando sin efecto la reforma política. Pero hoy esto sólo puede hacerse mediante un acuerdo con la UCR. Para los inquilinos de Olivos, el punto de no retorno que les impediría intentar negociar su impunidad, sería no salir segundos, es decir, ni siquiera quedar como jefes de la oposición.
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