miércoles, 30 de marzo de 2011

GLORIOSA TELEVISIÓN



30 marzo, 2011

El intelectual inseguro que canaliza culpas en el medio.


Existe, en la Argentina, una necesidad extrema por denostar a la televisión. Criticar, desde la parcialidad, los contenidos y el desarrollo de la misma en el tiempo. Así es como en algunos círculos intelectuales se analiza a la TV como uno de los grandes fracasos de los últimos tiempos.

Se la califica como una herramienta nociva para la evolución social, ya que existe una creencia manipulada sobre el rol educativo de la misma. Es decir, le atribuyen a la televisión una tarea no propuesta entre los trabajadores del medio.

Buscan los por qué de la decadencia de la sociedad en la TV. Cuando en realidad, de la debacle social se construyen los productos televisivos.

DIVISIONES: El trazo de una línea que divide a los consumidores de TV de los no consumidores como si los primeros fuésemos -y aquí me incluyo- ignorantes. Es que existe una perspectiva absolutamente estrecha, así como una esquizofrénica inseguridad sobre la actuación de los intelectuales en el medio.

Así es como trasladan, ciertos sociólogos y pensadores, las culpas del propio fracaso cultural (que tiene que ver con una extensión caprichosa, autárquica y soberbia de darle intelectualidad a todas los momentos de la vida) a la televisión, que junto con la radio, se encuentra al alcance de todos.
Predomina pues, un sentido intelectual “abusivo” como carácter del Ser sofisticado y superior.

Una ilustración que se acota a libros o suplementos culturales desbordados de temas poco agiornados que buscan, a través de un vocabulario académico, aumentar la brecha entre los unos y los otros.

Diferenciarse a partir de un lenguaje que claramente puede acomodarse para no permanecer en el ostracismo académico mal entendido, bajo la creación de un paradigma virtual o imaginario en el que se instale la composición de una visión del mundo que no estimula a los jóvenes y mucho menos, a las generaciones venideras, excepto, bajo rencores o seguimientos ociosos a profesores que necesitan de seguidores que no sean discípulos.

Autómatas cholulos de quienes sentaron, excelentemente, sus bases del saber.

Bajo estas características, mientras la televisión de aire sigue su curso de entretenimiento, distención y ausencia de venta de simulacros intelectuales; los pensadores acartonados caen en clichés o bien, en la contradicción de presentarse en un medio tan abominable.

SIRVEN/ FEINMANN: ABANDERADOS DE LA CONTRADICCIÓN.

Sirvén repudia a la TV y no hace más que escribir sobre la misma. Se pelea, por Twitter, con conductores de programas de chimentos. Conoce las bajezas mediática porque en su supuesta abulia, devora, compulsivamente, todos los canales. Se nutre, a pesar de su pegamento cultural, del caos de las “nenas de utilería”.

José Pablo Feinmann, por su parte, se contradijo en TVR. Es que en su posicionamiento siempre crítico y frente a los contenidos seguramente banales y escandalosos, terminó, él mismo, definiéndose como "idiota". Porque en ese momento estaba consumiendo todo aquello que en reiteradas ocasiones del programa cuestionó. Situaciones en informes que calificó como idioteces en el marco de un programa netamente bizarro que intenta hacer análisis político- social.

Sin embargo, como a Diego Gvirtz no le da, recurre, al me dijo, le dije, le digo del mundo del espectáculo, evidenciando la demolición de sus propias teorías.



Publicado por Laura Etcharren en 11:16

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