viernes, 2 de diciembre de 2011

PITOS Y ALMEJAS



¿Libertad?

Ni el más parecido don que la vida civilizada resguarda puede escapar en rigor, ni jamás debería, al imperio de la sensatez. La libertad insensata, la libertad capciosa y hueca, la turbia libertad sin freno que quiere cualquier cosa porque la quiere y si no la obtiene denuncia opresión y tiranía, es, en realidad, libertinaje.
Ahora le tocó el turno al sexo. No a la función sexual específica, cuyas controversias morales son viejas como el mundo, sino al sexo que al nacer portamos y nos hace hembra o varón, con presindencia de nuestro parecer al respecto y sin que éste último importe.
Ahora importará. Pero importará no sólo en aquellos casos en que la biología haya sido ambigua y se imponga que el propio afectado, médicos y jueces mediante, decida ser hombre o ser mujer: importará siempre, en todo los casos.
La ley para que esto ocurra ya tiene media sanción. Se llama Ley sobre Identidad de Género e invoca sin cesar la libertad para elegir. Para elegir lo que no puede elegirse por mucho que una ley de la Nación lo quiera y derogue otra en la Naturaleza. Con corrección política, habrá que llamar, el futuro, mujer a un varón que no esté de acuerdo en serlo, y viceversa. Entonces la fantasía de cada quien abolirá la realidad de cada quien.
LNP

No hay comentarios: