Por Nicolás Márquez
Y llegaron las definiciones nomás. La perfidia del régimen sólo es comparable con la incapacidad de la oposición.
Tranquila, tras saber que Jorge Telerman (desconocemos si hubo contraprestaciones al respecto) hace “el juego sucio” a efectos de evitarle costos políticos a Macri en su futura gestión de Alcalde porteño, la muchachada del Pro, comandada por el dirigente municipal Mauricio Macri, finalmente cierra el año sin candidato a Presidente.
En el colmo del absurdo, Jorge Macri (candidato a Vicegobernador bonaerense por llevar el apellido de su primo) afirmaba impávido por televisión (el día lunes ante los periodistas Carlos Kikuchi y Enrique Szewach) que el “Pro” iba sin candidato a Presidente porque “ningún candidato de la oferta existente los convencía”.
Las excusas del sobrino de Franco parecieran ser una burla desembozada a la opinión pública.
¿Es acaso el “Pro” un partido que deba adherir a algún candidato itinerante?, ¿o por su función natural debe tener un candidato propio?. ¿Acaso no se dice del Pro que es la cabeza de la oposición?
Lo cierto es que ese gran especulador compulsivo que es Mauricio Macri, no quería en modo alguno apoyar a alguien que sacara pocos votos (para no incinerarse) , pero tampoco quería apoyar a una coalición cuyo candidato sacara demasiados sufragios (mucho menos si había chances de ganar) para no tener competencia.
Desde el punto de vista de la politiquería doméstica, el eventual juego de Macri es técnicamente perfecto. Todo parece haber salido bien para sus intereses y ambiciones. El problema, es que los intereses y ambiciones de Macri no son las de la Patria, y es por ello que, tras deshacerse primeramente de Jorge Sobisch, “ningunear” seguidamente a Ricardo López Murphy, coquetear de tanto en tanto con Roberto Lavagna, y tener gente que desde el Pro está fogoneando la candidatura de Adolfo Rodríguez Saa, a la postre el Pro no bendice a nadie.
Por ende, todos están dispersos y nadie tiene fuerza suficiente como para enfrentar seriamente los planes reeleccionistas del matrimonio presidencial.
López Murphy, con gallardía opera como un verdadero llanero solitario, Elisa Carrió de tanto pontificar y excomulgar urbi et orbe se quedó sin siquiera fiscales de mesa, Jorge Sobisch pulula junto a Blumberg divagando en abstracto, Lavagna agoniza junto al partido radical (o lo que queda de él) que lo contiene, y Alberto Rodríguez Saa dicen que ha retomado contacto con los extraterrestres (con quienes públicamente confesó mantener conversaciones y no es broma) para que lo fiscalicen las mesas femeninas del distrito de Plutón.
El régimen sabe que su consigna es “reelección o cárcel”, y coherente con dicho apotegma, hace lo posible y lo imposible por quedarse.
El problema, es que muchos de los que debieran hacer lo posible y lo imposible para que se vayan, de manera voluntaria o no, son funcionales a la eternización de la runfla que se hizo del poder del Estado en el año 2003.
Así lo quiso Mauricio. El Pro se quedó sin candidato. Se cuenta que los Kirchner, en tanto, festejan por anticipado.
(*)Abogado, autor de los libros “La Otra Parte de la Verdad” y “La Mentira Oficial”
www.nicolas- marquez.com. ar
Gentileza en exclusiva para NOTIAR
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