martes, 1 de julio de 2008

EL DESERTOR

SOLILOQUIO DEL DESERTOR



Por Cosme Beccar Varela

No soy psicológo, pero a fuerza de conocerme a mí mismo y de tratar con mis compatriotas en diversos momentos y en variadas circunstancias, he llegado a formarme una idea de cuales son los pensamientos que se dice a sí mismo el argentino que no quiere arriesgarse por la Patria.

En este momento crucial de nuestra Historia, en que la Argentina está siendo convertida en un Estado marxista, tengo la vehemente impresión de que ese tipo de argentino abarca la casi totalidad de las "clases cultas" que no son de izquierda. Eso siempre existió, pero en este momento lamento decirlo, me parece que no hay otro. Hay muchos indicios de que ese lamentable fenómeno se ha producido y crece como un cáncer moral con metástasis generalizada en toda la sociedad, especialmente en sus capas más altas.

En base a esa idea y con la intención de despertar las conciencias de los que aún no hayan caído demasiado al fondo de ese pozo, voy a imaginar un soliloquio del argentino desertor. Si alguien se reconoce en algo de ese soliloquio, tal vez se conmueva alguna de las fibras de la vergüenza que áun le resten y se decida por el patriotismo.

Para empezar quiero aclarar que el soliloquio del desertor no se parece demasiado a un pensamiento lógico. Son más bien representaciones imaginarias, unas pocas ideas, deseos, apegos y temores que se le presentan al desertor en forma sucesiva e inconexa, con muy poca lógica y mucha contribución de sus pasiones desordenadas, en un contexto de ignorancia general (que no es incompatible con algún saber especializado), sin que le importe al desertor contradecirse, siempre que la contradicción no afecte sus intereses de cuya guarda se ocupa con agudo discernimiento y dominante preponderancia.

* * *

Soliloquio: "Me siento bien. ¡Qué suerte! ¡Qué mal lo ví al pobre Tito! Voy al gimnasio. El ejercicio es fundamental. El Sábado le ganaré el partido a Otto porque estoy más ágil que él. ¿Qué pasa ahí? ¡Otra vez cortaron la calle! Voy a ver si doy la vuelta por otro lado. (Pone la radio y oye una música moderna cualquiera). Inés me pidió plata de nuevo. ¡Se cree que soy Rockefeller! Le voy a dar menos de lo que me pide, siempre que no me jorobe demasiado.

"Esta noche tenemos una comida en lo de Giselda y Juan. Espero que no inviten al pesado de Fernando que se le pasa hablando de politica. No entiende que no todos somos políticos. Yo hago bastante por la Patria porque trabajo y doy trabajo a otros. El dice que Dios nos va a pedir cuentas de lo que debiamos hacer y no hicimos en este momento. Dios no pide cuentas. Dios es amor. Yo voy a misa todos los Domingos, doy bastante para Caritas, cuando veo un pobre verdadero -no uno de esos vagos- le doy una limosna.

"¡Qué garrón este corte! Voy a llegar tarde a la reunión. Y justo con el tipo ese con el que quiero quedar bien. (Saca el teléfono celular). ¡Hola Lili! Dentro de un rato va a llegar Colombo. Decíle que me disculpe que estoy atorado con el tráfico. Hay un corte de calles. Si no puede esperarme decíle que yo lo voy a ir a ver a su oficina. ¿Alguna novedad? Ya voy para allá.

"¡Qué lío! ¿Qué quieren esos piqueteros? ¡Qué mala suerte! ¡Justo me topo con ellos! Esta mañana leí un título en el diario pero era sobre los subterráneos. Eso me no me importa porque no uso subterráneos. No me acuerdo qué era. Creo que son estudiantes que piden no sé qué cosa. ¿Serán los del campo? ¿O contra el campo? No sé. Ya estoy harto del asunto del campo.

"Dice Morales Solá que Kirchner no consigue los votos en Diputados para aprobar las retenciones y que eso lo debilita. ¡Era hora! Ahora vamos a estar mejor. Hay que reconocer que antes de que a ese pavote de Lousteau se le ocurriera lo de las retenciones móviles estabamos fenómeno. La economía iba bien. A mí me iba bien. Ahora viene este asunto. Bueno, tampoco me importa mucho porque no tengo campo. Ya ganaron bastante. Ya se van a calmar. Las cosas van a mejorar. Duhalde le va a "parar el carro" a Kirchner. El peronismo histórico nos va a salvar. Lilita Carrió también. Tendrían que unirse todos: Duhalde, Macri, Carrió y esa sería la solución. Eso me deja tranquilo. No tengo que hacer nada. Ellos van a hacer todo. ¿Que no es lo ideal? No importa: es lo que hay...

"Fernando dice que esa no es solución, que todos van a pactar con la izquierda. Pero el comunismo se acabó. El capitalismo ha triunfado. Se derrumbó Rusia. No hay problema. Chavez es un payaso. No va a durar mucho. Raúl Castro en Cuba es otra cosa que Fidel. Va a haber democracia.

"Además, Fernando se cree que las cosas que él dice hay que defenderlas porque son justas. ¿Qué es justo? Lo que es justo para mía no lo es para el otro. Todo es relativo. Nada es absoluto. Todo es según el cristal con que se mira.

"¿Qué voy a comer al mediodía? Hoy creo que voy a comer pescado. No quiero engordar. El pescado es bueno para el colesterol. Hay que cuidarse. No me olvido lo que le pasó a Lorenzo. Se quedó duro del costado izquierdo porque se le taparon las venas. Me tengo que hacer el "chequeo". Al corazón hay que cuidarlo.

"(Vé de reojo en el asiento delantero derecho un paquete con un libro)¡Ah! Ese el libro que me regaló Fernando. Está empeñado en que lea Historia. Ya leí en el Colegio. ¡Qué plomo este Fernando! Siempre intentando "catequizarme". Se lo voy a regalar a Lili. Hoy es el día de la Secretaria. Total, no lo va a leer.

"Hay que ser optimista. Ser pesimista, ver todo negro, no sirve para nada."

* * *

Y así siguieron los pensamientos del desertor. Omito por decencia los varios "intermezzos" lascivos que se le ocurrieron a lo largo del trayecto.

Creo que este soliloquio es representativo -con las diferencias de clase, lugar, medios de fortuna y condiciones personales de los personajes- de las "clases cultas" en este momento. ¿Es de asombrar que domine la izquierda y que haga de nuestra Patria lo que le dé la gana?

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