domingo, 29 de marzo de 2009
EN NOMBRE DEL JUEGO
EL NOMBRE DEL JUEGO, PARTE II
CACHO FERRARI, EL HOMBRE OCULTO DE CRISTÓBAL LÓPEZ
Por Christian Sanz
El mundo de los juegos de azar es más pequeño de lo que parece. Si bien existen diversas firmas y empresarios abocados a lo relacionado a lo lúdico, son muy pocos los que llegan a acercarse al calor oficial del poder de turno. Uno de los personajes que más ha crecido en los últimos años en relación a los juegos es Carlos Isidoro "Cacho" Ferrari, titular de un interesante e imponente grupo económico que en su momento fue dueño del conglomerado Interworld Corporation, compuesto a su vez por las empresas Interworld SA, Varsa SA, Casinos de Río Negro SA y Hotel Tandil SA.
Es dable mencionar que Interworld Corporation ha operado en diversas provincias en el rubro y ha procedido de manera ilegal en varias de ellas.
Durante los últimos años de la pasada década, Ferrari logró consolidar un grupo económico familiar, dedicado principalmente a la explotación de salas de bingo y casinos, junto a Alfredo ídem, su hermano y "mano derecha".
Preocupado por el bienestar familiar, Cacho sumó al conglomerado a su primo Daniel Raina, a sus dos cuñados -Norberto y Horacio Bocco- y a su esposa Liliana. A su vez, trabajan con él Damián Scalessa -primo de Daniel Sartor, ex apoderado de VARSA-, Bernardino Pascale -quien estuviera a cargo del casino de Cipolletti-, Adrián Morales, Pedro Valenciaga, Antonio Rao Ferrari, Carlos Nacuzzi, Karina Zanow, Fernanda Zanetti, Hugo Arbanaz -ex gerente del casino de Las Grutas-, Alejandro Carulla -quien estuvo a cargo de los casinos de Las Grutas y Cipolletti-, Oscar Gandola -encargado de los trabajos "duros" como la contratación de guardaespaldas- y los especialistas en ruletas Carlos Villanova y Rosana Carnevale.
Más allá de las personas y personajes que lo acompañan, pocos saben que Ferrari es señalado como el principal lobbysta de Cristóbal López en la provincia de Buenos Aires.
Como es de público conocimiento, López busca desde hace años y años conseguir el impulso de un proyecto oficial que le permita la instalación de sus máquinas tragamonedas en el Hipódromo de San Isidro, el de La Plata o en algún predio de Vicente López. A su vez, Ferrari ha sabido ser dueño de dos bingos en la provincia (1), uno en Avellanada y otro en Florencio Varela -ambos fueron vendidos en una suma cercana a los 120 millones de dólares en 2007- lo cual le ha venido como anillo al dedo al empresario amigo de Néstor Kirchner. En este sentido, Ferrari habría sido el elegido de López para gestionar las licencias y regentear los bingos ante una eventual instalación en los mencionados municipios.
La Justicia en los talones
No todo en la vida es color de rosa y Cacho Ferrari ha debido sufrir ciertos embates en su vida como empresario lúdico. Un caso emblemático: en Entre Ríos, en el año 2002, el Instituto de Ayuda Financiera a la Acción Social de Entre Ríos (IAFAS) realizó una serie de contrataciones para la explotación de máquinas electrónicas de juegos de azar mediante el procedimiento de contratación directa. Se celebraron contratos con las firmas Yabcar el 04/03/02, Newtronic el 15/04/02, Electric Line el 23/07/02, Hotel Aguay el 29/07/02, Hijos de Omar Cobian el 06/08/02, Sasha el 06/08/02 y Loterjet el 09/08/02.
Diversos organismos de contralor se sumaron a denuncias realizadas por el entonces Gobernador Jorge Busti y han dictaminado que todas las contrataciones fueron realizadas con evidentes irregularidades y vicios, habiendo sido coincidentes en ese sentido los dictámenes del Tribunal de Cuentas, la Contaduría General de la Provincia, la Dirección de Sumarios y la Fiscalía de Investigaciones Administrativas.
Entre otras, se advirtieron las siguientes irregularidades: violación de procedimientos establecidos en la ley de contabilidad y la ley de obras públicas, inexistencia de documental que corrobore la solicitud de cotización y/o propuestas conteniendo el objeto de la contratación a realizar y las condiciones requeridas por el IAFAS privándose al proceso de selección de un elemento fundamental al momento de evaluar las ofertas y adjudicar, inexistencia de informes y/o estudios emitidos desde el IAFAS u otro organismo conteniendo el análisis económico financiero del proyecto y la fundamentación de la conveniencia para la Provincia de las contrataciones, excesivo plazo contractual (la mayoría por 20 años) y desmedido e injustificado porcentaje de utilidades a favor de las empresas, teniendo en cuenta además que el IAFAS asumía casi todos los impuestos.
Por lo mencionado -frente a las irregularidades detectadas-, en diciembre de 2002 se dispuso la revocación de todos estos contratos. Entrado el año 2003, el IAFAS llamó nuevamente a licitación privada para adjudicar los nuevos contratos. Entre las adjudicatarias se encuentran algunas de las empresas que habían celebrado los dudosos contratos de 2002: Loterjet, Newtronic, Electric Line e Hijos de Omar Cobian.
Es dable mencionar que Loterjet y Newtronic eran empresas del grupo de los hermanos Ferrari y había realizado diferentes presentaciones a fin de adjudicarse la licencia para explotar máquinas tragamonedas en las ciudades de Paraná, Gualeguaychú y Concepción del Uruguay desde el año 1998.
En todas las oportunidades el Instituto, teniendo en cuenta los antecedentes de las empresas y de sus Directorios, así como los informes de la Lotería de Río Negro -provincia donde estas empresas operaban el juego- desestimó las propuestas.
Distinto parece ser el caso actual, dado que se ha entregado la explotación del juego a los hermanos Ferrari, al menos en dos de las cuatro empresas adjudicatarias de la licitación privada. Respecto de las mencionadas empresas, consta que:
-Newtronic SA se constituyó el 6 de junio de 2000 en la escribanía Schillaci. Sus socios son Norberto Bocco y Liliana Beatriz Bocco, cuñado y esposa de Cacho Ferrari, respectivamente.
-Loterjet SA se constituyó el 14 de noviembre de 2001 en la escribanía Schillaci. Sus socios son Claudia Marisa Bellani, Damián Luis Scalesa, Antonio Raúl Rao Ferrari y Norberto Bocco. Este último, es cuñado de Cacho Ferrari.
Ambas empresas mantenían vinculaciones entre sí, al ser integradas en sus directorios por las mismas personas o por familiares directos unos de otros. Por caso, Norberto Bocco aparece como director de Loterjet y Presidente de Newtronic.
En 2006, luego de su experiencia en Entre Ríos, el grupo Ferrari continuó con su expansión hacia la vecina provincia de Formosa, en donde el Instituto Asistencial Social (IAS) habría otorgado a la empresa Newtronic una concesión temporaria y sin exclusividad para la explotación de tragamonedas y bingo, frente a la vacante producida por la salida de la empresa Worest.
En Río Negro también
Los pasos de Ferrari -y los señalamientos sobre su persona y empresas- pueden seguirse por diversas provincias argentinas. Es el caso de Varsa SA y Casinos de Río Negro SA, firmas que tuvieron en la Provincia de Río Negro sendos contratos de explotación de tragamonedas, que fueron rescindidos por notorios incumplimientos, luego de varias denuncias.
El modus operandi de estas empresas era siempre el mismo: la participación de sus utilidades a empresas "sello" integradas por familiares de los funcionarios de la Lotería. Parte del dinero recaudado por las tragamonedas que funcionaban en Río Negro se destinaba a diversos "sellos" empresariales y, desde allí, todo hace presumir que se otorgaba a funcionarios públicos.
Lo interesante es que las empresas vinculadas con la explotación del juego habrían efectuado pagos irregulares en una intrincada red que une a la administración pública con empresas concesionarias y vinculadas. Según fuentes irrefutables, la empresa concesionaria de los tragamonedas en Río Negro -Varsa-Inter World, propiedad de Cacho Ferrari- transfería el 15 % de su recaudación a una supuesta empresa prestadora de servicios que mantenía vinculaciones con el Director de Lotería Provincial. A su vez, Varsa-Inter World era adjudicataria de los casinos de Las Grutas, Cipolletti y El Cóndor.
El tema llegó a tal nivel, que Cacho Ferrari debió reconocer públicamente el pago de sobornos para obtener las adjudicaciones de las salas. ¿Cómo era la operatoria? El Estado se quedaba, en términos fiscales, con el 48% de la recaudación de Varsa, mientras que del 52% perteneciente a la empresa, ésta destinaba un 15% 15% para la empresa Sistema Integral de Prevención S.A (SIPSA), supuestamente en pago de determinados servicios.
SIPSA estaba originariamente presidida por Horacio Bocco y su hermana Liliana figuraba como directora suplente. La documentación acreditaba como responsables a Claudia Bellami. Pero Bellami era abogada de Varsa, de Inter World y de Ferrari (2), y figuraba en varias de las empresas que integraban la constelación de sellos que usan los Ferrari en sus negocios, lo cual desnudó por completo la tramoya.
A su vez, el cobro del 15 % de la recaudación era percibido por Andrés Santamaría en función de su vínculo, no con SIPSA, sino con su predecesora Albany Trady, supuestamente propiedad del titular de Lotería, pero presidida por Santamaría para evitar la exposición de aquel.
Para "evitar" manejos poco claros, la adjudicataria de las tragamonedas y ruletas electrónicas se comprometió voluntariamente ante los funcionarios de Lotería a instalar un software que permitiera el control en red. Dicho compromiso no fue cumplimentado y el software fue reemplazado por un sistema diseñado por Damián Scalesa, quien fuera mencionado más arriba como primo de Daniel Sartor, ex apoderado de Varsa.
El sistema implementado controlaba sobre la base de lo que la empresa entregaba como monto recaudado, sin considerar que, previo a ello, se habían hecho figurar falsos premios descontando del monto de liquidación sin que el software "de control" detecte la "poda" sufrida por el Estado.
Cuando la fiscal viedmense Daniela Zágari ingresó a Lotería para allanarla, constató que la empresa privada que debía controlar las tragamonedas tenía domicilio allí mismo y funcionaba utilizando la infraestructura edilicia y de servicios de la repartición pública.
Esa firma era Río Negro Tecnología y Servicios SRL, cuyo principal representante era Luis Alberto Aybar, el mismo que aparecía como integrante de una supuesta financiera -Mystinc Sun- destinataria del 15 % de la parte de Varsa que cobraba SIPSA (3).
Pero de pronto, tras años de incumplimientos fiscales e impositivos, Varsa presentó quiebra con un acuerdo político con el entonces Gobernador rionegrino y el titular de Lotería, Miguel Irigoyen. Esto habría permitido lograr una salida "conveniente" a la empresa titular de los casinos de Las Grutas, El Faro y Cipolletti.
Tanto el gobernador Pablo Verani como el interventor de Lotería, Miguel Irigoyen, mantuvieron reuniones con Cacho Ferrari, en las cuales se habría pactado una rescisión "conveniente" para funcionarios y empresarios.
Tanto Varsa como Casinos Río Negro registraban una deuda impositiva con el Estado superior a los 6 millones de pesos, ampliamente mayores a los informados oficialmente en octubre de 2002 a la Legislatura, cuando se dijo que se acercaban a los 3 millones. Los responsables de estas empresas fueron sometidos a juicio penal en 2008.
Concluyendo
Los expedientes a juicio se centraron en diversos sucesos detectados entre 1999 y 2001 que consistieron en la triangulación de dinero de empresas privadas a ex funcionarios provinciales. Los imputados -y posteriormente condenados- fueron Irigoyen, Cacho Ferrari y el ex basquetbolista Andrés Santamaría, amigo de Emilio Verani, hijo del entonces gobernador;
Al ex funcionario provincial se le endilgó ser autor material y penalmente responsable de los delitos de cohecho pasivo (cobro de coima) y recepción de dádivas. A Ferrari se lo condenó por cohecho activo (pago de coima), mientras que a Santamaría se le achacó su participación como persona interpuesta para la ejecución de la maniobra delictiva.
El tribunal consideró acreditado que Irigoyen percibió coimas por 1.175.701 pesos, que fueron pagadas por Ferrari, con la colaboración indispensable de Andrés Santamaría, a través de la firma Albany Trade. Por tal motivo, Ferrari fue condenado a cuatro años de prisión efectiva por cohecho activo.
Ese es el personaje que hoy intenta hacer ingresar a Cristóbal López a la provincia de Buenos Aires, un personaje con un prontuario oscuro. Un dato más: cuando Inter World SA se presentó en convocatoria de acreedores en 2000, traspasó los activos de la explotación conjunta que mantenía con los Bingos de Ciudadela, Merlo y Hurlingham -que explotaba a pesar de que la concesión originaria había sido para la firma Femau-, a la empresa Newtronic. El traspaso estuvo destinado a evitar que los empleados y otros acreedores de Inter World pudieran cobrar lo que se les debía.
Algo similar ocurrió con el Bingo de Zárate, donde poseía la licencia la firma All Games SA y traspasó la titularidad de los activos a Star Games SA, de propiedad de Liliana Bocco y su esposo, Cacho Ferrari. En la transferencia, la mayoría de los empleados perdieron la posibilidad de cobrar porque quedaron en la firma vaciada.
¿Hasta dónde llegará ahora Ferrari para lograr "ayudar" a López en sus intentos por llegar a la provincia de Buenos Aires?
Se escuchan apuestas.
Christian Sanz
(1) Ferrari también supo ser concesionario de los bingos de Tres Arroyos y Zárate.
(2) De hecho, en representación de Varsa, Bellami firmó los acuerdos con Rentas para el pago de impuestos pendientes.
(3) La notificación por la cual SIPSA hizo conocer a Lotería que cedía la cobranza del 15 % a Mystinc Sun fue enviada por un fax cuyo remitente era Inter World SA.
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