PRIORIDADES

La Caja de Pandora - 30-Mar-09 - Editorial

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PRIORIDADES

por Malú Kikuchi
En toda decisión humana, hay prioridades. Por lo tanto es prioritario definir que es, "prioridad". Según el diccionario, significa: anterioridad de algo respecto de otra cosa, en tiempo y orden.

Para aclarar el concepto, los sinónimos de prioridad son: precedencia, antelación, preferencia, primacía, preponderancia, superioridad. En argentino básico, ANTES QUE NADA, PRIMERO.

Argentina, hoy, tiene una prioridad absoluta: equilibrar los tres poderes que hacen al buen funcionamiento de la República, como indica la Constitución Nacional.

La República se basa en tres poderes independientes, que se controlan entre ellos: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Los tres tienen igual importancia; los tres son imprescindibles.

Los ciudadanos pueden recuperar la República con su voto, el 28 de junio. No existe otra forma legal, legítima y posible para lograrlo. Pero al votar, no hay que perder de vista las prioridades.

Los argentinos, tenemos la manía de oponernos por principio a casi todo. Nada nos viene bien, todo y todos tienen antepuesto un "...pero." No más "peros", hay que pensar en las prioridades.

¿Qué ha convertido en estos últimos años a la República, o sea la cosa pública, en la "cosa nostra", con un claro tinte mafioso? Desde los comienzos del gobierno de los K, la división de poderes desapareció.

En junio 2003, Kirchner, por cadena nacional, le ordenó al poder legislativo que juzgara y condenara a la corte suprema de justicia de aquel momento. No importa si había razones de peso para iniciar juicios políticos a aquellos jueces, importa que en un solo acto, el ejecutivo ordenó al legislativo cambiar el poder judicial. Desapareció la división de poderes. Adiós a la República.

Para recuperar la República, hay que impedir que el partido del gobierno nacional tenga quórum propio en las dos cámaras legislativas. Se necesita tener más diputados y más senadores de otros partidos.

En números simples, hay que tener por lo menos 129 diputados que no sean del FPV; y en el senado hay que tener por lo menos 37 senadores por fuera del FPV. Con eso, el gobierno no tiene quórum.

Si el ejecutivo no tiene quórum propio, no puede usar al legislativo como si fuera una escribanía. Sin quórum propio, los proyectos deberán ser discutidos y concensuados, lo que hará que las leyes sean más justas y beneficien a más personas.

Al recuperar la independencia del poder legislativo, automáticamente se recupera la del poder judicial. El consejo de la magistratura, hoy manejado por el gobierno, dejará de presionar a los jueces para que dictaminen de acuerdo a las necesidades del ejecutivo.

Si los tres poderes funcionan de acuerdo a lo establecido por la CN, no será tan grave tener un ejecutivo como el actual. Lo controlarán los otros dos poderes y en el 2011, se podrá votar por otras opciones.

Para que esto suceda, no hay que perder de vista las prioridades. Los ciudadanos deben dejar de lado eso de: "Lilita, no, es mesiánica, habla con Dios, funda partidos y renuncia a ellos; o ¿a Pratt Gay quien lo conoce?, no es carismático. O, los radicales no, porque son inoperantes; se van antes, no sirven".

Tampoco hay que insistir en eso de: "basta de peronistas, hacen como que se dividen pero en el fondo son todos iguales. O, Solá estuvo con todos los gobiernos del PJ, desde Menem, pasando por Duhalde, hasta Kirchner".

"De Narváez no, forma parte del club de los chicos ricos, es un recién llegado a la política y tiene un tatuaje en el cuello. Macri no, es hijo de su padre, la ciudad no funciona, y la postula a Gabriela Micheti para asegurarse un lugar en el 2011".

"Y Reutemann no, se fue del bloque del gobierno hace poco, le cuesta tomar decisiones, cada vez que toma una, lo internan. Cobos no, traicionó a la UCR para irse con los K y luego los traicionó con la 125".

Y así se puede seguir con todos y cada uno de los candidatos. Todo lo anterior es cierto. Pero también es cierto que: Lilita ya no predice, está con el horizonte amplio y habla con casi todos y su gente, hasta ahora, parece ser moralmente honesta. Pratt Gay es un gran y reconocido economista, con una trayectoria impecable.

Y los radicales respetan las instituciones y tienen una sólida estructura política a lo largo y a lo ancho del país. Y si se van antes, es porque los "ayudan" para que así sea. No todos los peronistas son iguales. Es más, los K no quisieron ser peronistas, se sometieron a serlo cuando las cosas ya no les iban tan bien.

Y Solá, como todos en el PJ, estuvo con todos los gobiernos, fue un razonablemente buen gobernador de su dificilísima provincia, no se lo acusa de nada, y tuvo el gesto de grandeza de dejar a De Narváez encabezar la lista de diputados, que tiene tanta menos historia política.

El Colorado es nuevo, pero trabaja y se esfuerza por la provincia que representa y quiere seguir representando. Macri hace lo mejor que puede enfrentado a un gobierno nacional que lo hostiga a través de los gremios en forma permanente.

Reutemann es una figura respetable, que toma sus decisiones después de pensarlas cuidadosamente y no tiene acusaciones de ningún tipo después de haber sido dos veces gobernador de Santa Fe. Cobos, alguna vez hay que apostar a la buena fe de los otros, probablemente creyó en la transversalidad de los K, y con la 125, votó de acuerdo con su conciencia.

Todos tienen sus pros y sus contras. ¿Pero queremos tener una República de verdad, con instituciones sólidas, funcionarios respetuosos de la ley y preocupados por el bien común? De ser así, el 28/6 focalicemos la prioridad y votemos pensando en Argentina.

Y antes del 28, si en serio quiere formar parte de un país en serio, vaya al local partidario de su preferencia y anótese como fiscal. Piense que el gobierno tiene un gran y costoso aparato montado y los opositores, no. No deje que le roben la República bastardeando su voto o el de sus compatriotas.

Involúcrese. Tome conciencia. El tiempo de hacerlo, es ahora. De nosotros depende dejar de ser este paisito de cuarta y volver a ser la Nación que fuimos. Haga de la República, su prioridad.