lunes, 24 de mayo de 2010
AÑORANZAS
Señor Director:
Se cumplió el dia 25 el bicentenario de la Patria y se supone que debiéramos estar felices. Debo confesar que no lo estoy. No con el aniversario en sí, sino con la situación que vive el país desde hace ochenta años.
Así como es difícil festejar el cumpleaños de un enfermo terminal, lo es también festejar el bicentenario de un país que fue el séptimo en el mundo y que hace ocho décadas retrocede ininterrumpidamente en todos los aspectos que hacen grande a una Nación, hasta llegar a ser uno de los países más corruptos del mundo. Un país que ha acrecentado el número de pobres no obstante tener la capacidad de producir alimentos para cientos de millones.
Un país que fue modelo de educación para el mundo y ahora su educación es inexistente. Una Nación que se vanagloriaba de su clase media y de la inexistencia de la droga, que era para los americanos. Hoy la Argentina produce droga y los carteles circulan líbre e impunemente mientras la clase media se desintegra a pedazos.
¿Qué podemos festejar cuándo vemos un país que produce políticos ricos que se mofan de los habitantes empobrecidos?
¿Podrían haberse imaginado el General San Martín, Juan Manuel Belgrano, Juan Bautista Alberdi y otros grandes próceres nacionales que lo que ellos hicieron a sangre y fuego es ahora un foco de corrupción, desnutrición, analfabetismo, e inseguridad en el que da pena vivir, sin plan ni direccion para que el destino de las generaciones futuras sea mejor que este presente?
Por eso es que no festejaré este 25 de mayo, sino que añoraré a los grandes hombres que supieron que hacer para llevar a la Argentina al 7° lugar en el mundo, al tiempo que tendré muy presente a quienes han hecho posible este presente trágico.
Alejandro Olmedo Zumarán
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