lunes, 24 de mayo de 2010
MI AMIGO FRANCÉS
MI AMIGO FRANCÉS
Le cuento que el domingo 23, estuve cenando con mi amigo francés. ¡Buá!...en realidad, el tipo nació, y vivió hasta hace diez años en San Telmo. Le decimos El Francés porque se las tomó para ese país; París más precisamente. Y se rajó, porque es un intuitivo y como tal, intuyó que acá la iba a pasar para la mierda. Le aclaro que nunca le sobró la guita; sí en cambio y no obstante ya no ser un jovencito, le sobraban las agallas y las pelotas. No cualquiera se va a un país del que siquiera conoce la lengua, y menos a Francia, cuyos ciudadanos son exageradamente nacionalistas. Sí tenía y tiene la ventaja y suerte, de ser un empedernido soltero no puto, y excelente músico. Le aclaro lo de “no puto”, simplemente por esa costumbre que tenemos, de asociar la soltería a la homosexualidad; otra mala costumbre para decir mejor, habida cuenta de la imperiosa necesidad que parecen tener los putos, de casarse. Pero, sigo con mi amigo… acá, solo llegó a animar “esas fiestas” que por su trascendencia o tradición, necesariamente deben contar con “animación en vivo”, y este, de boludo no tenía ni tiene nada. Es todo un virtuoso en la ejecución del piano y el teclado. En Francia, y como no podía ser de otra manera, hace lo que hacía acá, y le vá tan bien como le iba acá, circunstancia que le permite vivir decorosamente. Ud., ahora me pregunta que tiene de meritorio el que se haya ido, cuando no puede jactarse de que le vaya mejor. ¡Vea!; estoy entre responderle o mandarle al carajo. Voy a optar por lo primero, por una simple cuestión de “urbanidad”. Sí permita, le dé una respuesta breve y contundente…¡mi amigo francés, vive en Francia!. De todas maneras, en mi intención no estaba el ventilar la vida privada, virtudes y defectos de mi amigo, sino transmitirle como nos ven desde tan particular país Europeo y como nos vé un argentino, luego de diez años de ausencia. Y le diré, así no le interese, que contra lo que seguramente supone, en Francia, sí saben que existimos y no únicamente a través de Maradona; también les cuesta muchísimo entender, que “vivamos como vivimos”, pero y por sobre todo, el que seamos capaces de disimular tan bien, ese amor que sentimos por la Patria. Esto último, tómelo con pinzas…ya le dije que son extremadamente “nacionalistas”. Tampoco se explican muchas otras cosas que no le voy a traer a cuento, a riesgo de que alguien nos escuche y pueda llegar a tildarnos de “golpistas”. Por otra parte, lo aconsejable, es “pasarla lo menos mal que se pueda” y por sobre todo, no meterse en quilombos. Mi amigo, El Francés, me dijo que había viajado para reencontrarse con algunos viejos amigos, entre los que tengo la suerte de poder contarme. Ese fue a su decir, el único motivo que lo trajo por unos días. ¡Es cierto!; es desarraigado, pero no deja de ser un nostálgico. Cuando le pregunté cómo nos veía, apenas respondió con un...”¡bien flaco, como siempre!”. Lo que no pudo evitar, fue repetir ese gesto que le era y sigue siendo tan propio, cuando de evitar exponer su pena se trata.
Ricardo Jorge Pareja
parejaricardo@hotmail.com
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