lunes, 21 de marzo de 2011

DEUDA EXTERNA


LA PROBLEMÁTICA ACTUAL DE LA

DEUDA EXTERNA ARGENTINA




1.- El origen la Deuda Externa Argentina



La Deuda Externa se ha colocado nuevamente en el centro de la escena económica y política argentinas:



* Económica, porque de cómo se encare su resolución dependerá el presente y futuro de la economía.

* Política, porque las decisiones que se tomen al respecto dependen de la fortaleza y decisión del poder político y de los condicionamientos que los acreedores y los organismos internacionales de crédito (especialmente el FMI con un directorio integrado por países tenedores de deuda) intenten imponer.



El tema de la deuda es de larga data. Fue uno de los argumentos principales que utilizaron los militares para producir el golpe militar de marzo de 1976.



En ese momento el monto de la deuda externa argentina era de 6.000 millones de dólares, cifra que parece hoy insignificante ante los mas de 170.000 millones a que asciende en la actualidad (*). No obstante, los sucesivos gobiernos de facto la hicieron crecer (especialmente en el período en que Martínez de Hoz fue ministro de economía), endeudando innecesaria e ilegítimamente a las empresas públicas. Eran tiempos en que existía gran liquidez internacional de petrodólares y los financistas internacionales necesitaban encontrar países receptores de capitales financieros donde hacer su agosto.



Cuando los militares entregaron el gobierno a Alfonsín en 1983 la deuda se había septuplicado y ascendía casi a 45.000 millones de dólares.



Una cifra de tal magnitud ya representaba un serio condicionamiento externo para el gobierno de Raúl Alfonsín. La imposibilidad de pago de un gobierno forzado por los acreedores externos y por los sectores de poder internos que presionaban por los juicios a los militares determinó que la deuda aumentara otros U$S 15.000 millones en los seis años de gobierno radical, llegando, entonces, a los U$S 60.000 millones.



El gobierno de Menem extremó el crecimiento exponencial de la deuda duplicándola en poco menos de 10 años (1989-1999), llevándola a 120.000 millones de dólares.



El gobierno de la Alianza mantuvo la tendencia al dejarla dos años después en 145.000 millones.



El default declarado por Rodríguez Saa no fue más que la aceptación oficial de una realidad económica que venía de arrastre y una decisión que se venía postergando a fuerza de obtener nuevos préstamos en condiciones cada vez mas leoninas e imposibles de cumplir y la hecatombe anunciada por los economistas ortodoxos como consecuencias de declarar el default no se cumplieron.



Por el contrario, liberada transitoriamente la presión externa por efecto de la cesación de pagos a los acreedores privados, con una nueva relación de precios relativos por efecto de la modificación del valor del dólar y con medidas alejadas del modelo ortodoxo liberal recomendado por el FMI, la economía argentina comenzó a reordenarse y pasó de la recesión continuada durante cinco años a lo que se estima será un crecimiento del 7% en el 2.003.




2.- Las causas del endeudamiento



Como nunca en nuestro país se está discutiendo la conformación de la deuda pública y los caminos para hacer frente a este grave problema que pende sobre los argentinos. La ilegitimidad de buena parte de la deuda contraída por las dictaduras del proceso militar quedó demostrada en el juicio que iniciara el abogado Alejandro Olmos y que cuenta con un fallo en ese sentido del juez Ballesteros obra en el Congreso de la Nación con pedido de tratamiento debido a que el fallo llegó en tiempos de prescripción y sólo el Congreso tiene potestad para resolverlo. Durante varios años el legislativo eludió el tema y los antecedentes durmieron el sueño de los justos, pero ahora nuevos vientos parecen sacudir a los legisladores y al menos tres proyectos para la conformación de una comisión de análisis y seguimiento de la Deuda se están discutiendo en la Cámara de Diputados.



Al parecer todo este proceso puede ser extremadamente largo y hay que agregarle otra complicación:



Con el Plan Braidy el Ministro Cavallo canjeó la deuda anterior por bonos del Estado Argentino y de esta forma una parte de la deuda que no estaba documentada pasó a tener un reconocimiento formal mediante la emisión de bonos públicos. Por otra parte, muchos de estos bonos se utilizaron para privatizar las empresas del estado durante el proceso privatista que encaró el gobierno de Menem y volvieron al estado argentino.



Nos parece importante dejar sentado que el grueso del endeudamiento de la última década obedeció a las políticas económicas neoliberales aplicadas a partir de 1991. Como lo advertimos reiteradamente desde el CESS el modelo conducía inevitablemente a un doble bloqueo de la economía. Del lado externo, la paridad fija combinada con la apertura indiscriminada y el desmantelamiento de la aduana, generó un fuerte retraso del tipo de cambio real, fenómeno agudizado dramáticamente por el escenario devaluatorio-competitivo que dominó el último bienio de la economía mundial. La consecuencia previsible fue la pérdida de competitividad creciente de la producción de transables, la invasión de mercancías extranjeras, la impotencia exportadora. La absurda, peregrina idea de compensar competitividad vía la flexibilización y la caída del costo laboral echó más combustible en la hoguera. A lo largo del decenio, una caída superior al 20% de la masa de salarios poco sirvió, frente al retraso del tipo de cambio real, en lo que hace a competitividad; en cambio, fue causa esencial en el derrumbe del mercado interno.



La producción no encontró salidas rentables; sin demanda interna –flexibilización más desprotección – y sin tipo de cambio viabilizador de la demanda externa la presente realidad recesiva, era entonces, su resultado inevitable. Inevitable también, la crisis y el endeudamiento de las empresas, el desempleo, el déficit fiscal, el déficit comercial externo y el rojo creciente de la cuenta corriente. Inevitable, en consecuencia, la adicción por el endeudamiento externo. Tenemos que tener esto muy claro, la deuda no es causal sino consecuencia de las políticas económicas aplicadas por Menem-Cavallo primero y luego por De la Rúa – Cavallo. Sucesivos déficits comerciales (por importarse mas de lo que se exportaba), sumado al creciente giro de utilidades al exterior de las empresas transnacionalizadas y privatizadas, al pago de fletes por destrucción de la marina mercante argentina, mas vencimientos crecientes de la deuda, agregado a las ganancias especulativas de los capitales golondrina, conformaban montos de deuda externa que se acumulaba y potenciaba asimisma Y el Fondo Monetario y sus funcionarios fueron cómplices de este endeudamiento como lo fueron de la aplicación de políticas de ajuste que, por recesivas, hacían claramente impagable la deuda e incumplibles las metas que año a año se iban pactando. En tal sentido, afirma Joseph Stiglitz: “La Argentina nunca se propuso entrar en default. Fue una política económica que empujó el FMI la que produjo ese resultado. Todos sabían lo que estaba haciendo el FMI y deberían haber sabido que esas políticas llevarían al desastre. ... Los jubilados italianos o japoneses que compraron títulos argentinos probablemente no podrían ubicar a la Argentina en el mapa, pero fueron decepcionados porque confiaron en sus asesores financieros. Los bancos que vendieron títulos argentinos sabían lo que estaban haciendo: Se estaban librando del riesgo argentino y transfiriéndoselo a miles de inversionistas”



(*) A marzo de 2011, en base a distintas fuentes se consideraría (los datos oficiales y ciertos están encubiertos) que serían de U$S 190.000 / 200.000, correspondiendo a la gestión Kirchner - Kirchner. (Ricardo Molina Figueroa).



Edgardo Norberto Rodríguez

Director Departamento Ciencias Sociales l

del Centro de Estudios Socioeconómicos y Sindicales (CESS



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