martes, 1 de marzo de 2011

EL ÑOÑO Y EL PERRO AVANZAN


LA ALIANZA ENTRE ZANNINI-VERTBISTKY Y LA CÁMPORA DESPLAZA A "LA KIRCHNER"

Por Guillermo Cherashny

La mesa chica de la presidente está integrada sobre todo por Carlos Zannini, Horacio Verbitsky, Héctor Icazuriaga y en un rol secundario por Carlos Parrilli. Pero en los últimos meses, la influencia de “La Cámpora” se hizo sentir sobre CFK a través de Wado de Pedro, vicepresidente de Aerolíneas Argentinas, y Andrés “Cuervo” Larroque, que hablan con ella directamente. Los autores intelectuales del cristinismo son, por su parte, Zannini y Horacio Verbitsky. Esta nueva criatura política es una combinación de “neoevitismo berreta” con un “montonerismo actualizado”. La alianza entre La Cámpora y Zannini-Verbistky está produciendo, entonces, como comentan irónicamente en Olivos, el desplazamiento de “la Kirchner”, o sea, la vieja guardia comandada por Julio de Vido, Rudy Ulloa, Roberto Porcaro y otros históricos del kirchnerismo, actualmente en retirada. Los viejos kirchneristas intentan contemporizar con la dirigencia pejotista y enfriar las conflictos mientras que los nuevos dueños del poder se inclinan por agudizar las contradicciones y confrontar a diestra y siniestra.

El relanzamiento del producto

La alianza de Zannini-Verbitsky y “la Cámpora” plantea la reelección de Cristina como la continuidad de la revolución inconclusa que fue saboteada por Juan Domingo Perón cuando en junio del 73 exigió la renuncia de Héctor Cámpora. Obviamente no pretenden una nueva revolución socialista sino que reivindican el populismo revolucionario centroizquierdista combinado con un capitalismo de amigos con intervención en los mercados locales. De ahí el papel importante de Guillermo Moreno en este esquema de poder. Al mismo tiempo, proponen la defensa local e internacional de los derechos humanos (pero selectivamente, de acuerdo con las afinidades ideológicas). Además encasillan como “la derecha” a todo el que se les oponga. A diferencia de la vieja guardia kirchnerista, tienen un claro rasgo modernista, por la utilización de internet y las redes sociales, y portan banderas como el matrimonio igualitario, el aborto y la lucha contra los monopolios de los medio de comunicación.

El “Cristinismo” se ha recuperado de la derrota a manos de la oposición del 28-j del 2009 y tiene una visión ganadora sobre las futuras elecciones, abonada por encuestadores truchos muy bien pagos. Pero esta versión aggiornada del poder choca con un problema grave. El techo de la intención de voto de CFK se ubicaría hoy entre el 30 y el 32%. Si con el correr de los meses este número no puede superarse holgadamente para alcanzar el 40%, debe echarse mano a todos los recursos disponibles. Entran en juego, entonces, las colectoras en todos los distritos, el antiyanquismo y una economía en crecimiento, pero con altísima inflación. Claro está que los que consiguen aumentos similares a la inflación real quieren continuar esta aventura épica. Pero el fantasma de una segunda vuelta y la posibilidad de que toda la oposición se vuelque hacia Macri o Alfonsín oscurece el cielo K. Esto se revierte en la obsesión por ganar en primera vuelta. En caso contrario, los nuevos dueños del poder tendrían que prepararse para ser la primera minoría opositora.

No hay comentarios: