domingo, 3 de julio de 2011

AVENTURA


POLÍTICA-AVENTURA

EN LA

ARGENTINA S. XXI



Por Ricardo B. Molina Figueroa (*)

Buenos Aires – Argentina

DO 3 JUL 2011



Si hay una actividad interesantísima en la Argentina es el de analista político, ¿qué puede llegar a decir aparte de incoherencias?, ¿qué estamos ante un mal analista, un chanta?, ¡qué va!, puede ser objetiva y absolutamente perfecto en su análisis y sin embargo el resultado sería asombrosamente contradictorio.



Las cosas son como son. ¿Y cómo son las cosas? Y digamos que en la Argentina de ¿hoy?, las cosas son y no son. (¿?). Si, como los cuásares, que aparecen y desaparecen y vuelven a aparecer, es decir, siguen estando los mismos, pero no. La generación espontánea no existe, según Pasteur, por lo tanto son los mismos los de antes como los de ahora.



Sin embargo estamos en la Argentina y aquí todo se transforma, se mimetiza, se oculta, se simbiotiza (uno en otro), se inverna y renace en su propia primavera, se reproduce, entonces lo que fue sigue siendo aunque distinto – tal vez si, tal vez no –.



Vuelvo a decir ¿cómo hacer un análisis objetivo ante esta realidad vertiginosamente mutante?: un judío argentino podía ser socialista, comunista, liberal, conservador, kirchnerista, pero ¿cómo la dibuja, cuando algunas de estas expresiones políticas, están alineadas a favor de algunos países islámicos – Irán – vía la Venezuela chavista (+ Castro ¿?) y seguir siendo (hoy) kirchnerista - y son muchos -?; o por dar otro ejemplo, ¿cómo es posible que existan militares argentinos que sean radicales (UCR) siendo Alfonsín el primero que inició una campaña de destrucción – por dentro – de las instituciones militares, ¿y el Operativo Dorrego? ¿Y las empresas nacionalizadas y después privatizadas y luego vueltas a nacionalizar (nacionalizar=estatizar).



Tantísimos ejemplos se pueden dar de olvidos y de archivos resucitados de algunos sí y otros no (nadie resiste el archivo) y quien lo maneja (son todos los protagonistas y los que quieren serlo) extorsiona (perdón, “negocia”). Todos saben todo y el que no, es un perejil, no existe.



Sinceramente pensé en asimilar todo a un chiquero, pero la comparación es muy burda: en la Argentina de hoy, quizás como en la Florencia renacentista – aunque la superamos ampliamente –, sería posible compararla más acertadamente a la teoría cosmológica de las supercuerdas con sus once dimensiones (¡pobre Euclides!), pudiéndose cambiar de una posición a otra en una velocidad superior a la de la luz. Borocotó no está solo; estamos ante la “borocotización” psicodélica de la política.



¿Y el bien común? Muy bien, gracias.



(*) Egresado de la Universidad del Salvador como Licenciado en Ciencia Política, ex profesor de Int. a la Ca. Poltica , de Teoría del Estado, de Met. de las Cs. Sociales, de Met. del Análisis Político. Egresado de la Escuela Superior de Guerra (EA). Geoestrategia General (Geopolítica del Mediterráneo: Magreb + Europa meridional). Egresado de la Escuela de Defensa Nacional.

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