domingo, 3 de julio de 2011
EL TRAGO SIEMPRE A MANO
Garré: "Es imposible hablar algo en serio con Macri"
No se entiende porqué Guillermo Montenegro, ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad, trata con tanto respeto a Nilda Garré, ministro de Seguridad de la Nación, cuando Garré no tiene empacho alguno en embestir contra Mauricio Macri, jefe de Gobierno porteño.
Nilda Garré visitó Santa Fe para tratar de darle nuevos bríos a la candidatura a gobernador de Agustín Rossi -él dice que está 5 puntos por detrás del socialista Antonio Bonfatti pero la mayoría afirma que no logra sobrevivir al ascenso de Miguel Torres del Sel-.
Pero en el hotel rosarino donde habló con la prensa, Garré no habló de Santa Fe sino que apuntó hacia el proceso electoral porteño, segun surge del diálogo publicado en el diario La Capital:
—¿Qué balance hace de la gestión de Cristina?
—Estamos en un momento muy importante porque cuando asumió Néstor Kirchner en 2003 el país estaba en una situación dificilísima, desde el 23 por ciento de votos hubo que tener la voluntad y la valentía de trazar una política que pasaba por afirmar la autonomía del país frente a los organismos financieros internacionales y las corporaciones. Fue decir: vamos a seguir este rumbo, que es decisiones autónomas, generación de empleo, cuidar el mercado interno, aumentar las exportaciones con más valor agregado, hacer la infraestructura pendiente en la Argentina, disminuir la pobreza y dedicarle a la educación el 6 por ciento del PBI. Por supuesto que siempre es insuficiente porque se asumió con una Argentina muy devastada por planes económicos y proyectos neoliberales.
—¿Cómo observa el escenario político actual?
—Hoy Cristina, con una imagen positiva altísima y electoral en todo el país, está decidida no sólo a mantener estas líneas sino a profundizarlas. Nos sentimos muy motivados, con una presidenta que además de haber hecho una excelente gestión está dispuesta a seguir profundizando este proyecto y a no dejarlo en la mitad. Además, ha tenido una convicción muy fuerte que marcó mucho Néstor en su gestión: los organismos financieros internacionales no nos van a decir cuál es nuestra política económica. Cristina siguió después diciendo: las corporaciones tampoco, las económicas vinculadas a algunas mediáticas. Hay una decisión de seguir el rumbo.
—¿Qué importancia le asigna el gobierno a la elección en Santa Fe?
—Representa el 10% del padrón. Un triunfo aquí es sustancial para nosotros. Es muy importante articular los esfuerzos provinciales con el gobierno nacional, y cuando son del mismo signo político es más fácil. Si no, está esa tentación desde los gobiernos provinciales de estigmatizar todo lo que surja de la Nación y dificulta lo que buscamos: mejorar la vida de la gente.
—En Rosario preocupó el traslado de gendarmes al sur de la Capital Federal, ¿qué alcances tiene esa medida?
—Son unos 300 efectivos, pero se trata de batallones de distintos puntos del país que constituyen una reserva estratégica para actuar donde la emergencia lo determine. No se han tocado los que están cumpliendo funciones en frontera. El batallón de Rosario tampoco tiene funciones cotidianas acá, está a la espera.
—¿El hecho de poner Gendarmería y Prefectura en Buenos Aires es porque no alcanzan los efectivos de la Federal o por desconfianza de connivencia con la delincuencia, poniendo una "policía a la policía"?
—No es policía de policía porque la Federal en lo que hace a tareas de prevención y conjuración del delito se retira de esas áreas. Unos 1.100 policías van a ir a fortalecer otros lugares de la Capital y allí llevamos a Gendarmería y Prefectura en un número de 2.500 (1.250 por fuerza) para 6 comisarías. Las tareas administrativas que hacía la Federal más el apoyo judicial y los sumarios judiciales lo va a seguir haciendo la Federal. Gendarmería y Prefectura se limitarán a tareas de prevención.
—¿Por qué a la Capital no le alcanza con la Metropolitana más la Federal?
—En la Ciudad de Buenos Aires es imposible hablar nada serio con un gobierno como el de Mauricio Macri. Acabamos de sacar una medida para fortalecer la presencia policial en la zona sur, una zona muy abandonada, con altísima conflictividad, y ahora Macri, que dejó abandonada esa zona, que no dio soluciones sociales, que no urbanizó las villas, no puso la Metropolitana, su "gran creación", nos impugna la medida diciendo que es improvisada. Es por oponerse a lo que sea porque nadie puede decir que está mal reforzar con otras fuerzas de seguridad para romper incluso la connivencia que pudiera existir entre algún sector de la Federal y algún grupo del delito.
—¿Por qué es recurrente el conflicto sobre quién debe hacerse cargo de diversas situaciones entre la Federal y la Metropolitana?
—La normativa es clara sobre ante qué delitos debe actuar la Metropolitana, y hasta la Corte fijó un criterio, pero Macri no lo entiende. Macri armó una policía y lamentablemente creo que la armó para hacer espionaje.
—¿Cómo se encara una problemática que incluye el crimen organizado, el delito derivado de la injusticia social y hasta la corrupción policial?
—La conflictividad es inherente a la sociedad, algunos llegan al delito complejo organizado, que requiere una especialización con agencias de seguridad más eficientes, con policía judicial, trasnacionales, que requieren coordinar información de todo el país de todas las policías provinciales, etc. Hay otro tema que es presencia del Estado dando soluciones a conflictividad que a veces orilla el delito pero que tiene una naturaleza distinta, y ahí es multiagencial la solución, no sólo policial. Tendrá que estar también la policía con otros roles, de pacificación, de mediación para todo lo que es conflicto intravecinal, intrafamiliar. En un momento se creyó que las soluciones son policiales o represivas y eso no resuelve la conflictividad de raíz social, de marginalidad, que nace de la pobreza y desamparo, y tampoco sirvió para la criminalidad organizada. También requiere participación comunitaria, la Justicia, el Ministerio Público, un Servicio Penitenciario que sea rehabilitador, que el Estado vea cómo reubica después a esa gente laboralmente para que no caiga de vuelta en el delito. Necesitamos más seguridad pero seguridad democrática.
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