jueves, 16 de agosto de 2007

EL JUEGO DE LA COMEDIA

El juego de la Comedia
Hugo Martini

“El 10 de diciembre la Argentina habrá salido del infierno y entrará a caminar los rumbos del purgatorio” (Presidente Néstor Kirchner en su visita a México el 1ro de agosto).

“Los argentinos deberán elegir (en octubre) si siguen el camino con aquellos que cada vez que llegaban nos volvían al Infierno, o si siguen el camino que ya han transitado, que nos ha llevado del Infierno a las puertas del Paraíso". (Jefe de Gabinete Alberto Fernández en el Council of the Americas el 7 de agosto).



Es difícil imaginar algo parecido a esta sucesión de metáforas oficiales que relacionan la vida argentina con los tres reinos de ultratumba que Dante Alighieri (1265-1321) describió en la Divina Comedia. La Comedia es una descripción de un viaje por el Infierno, Purgatorio y Paraíso –en ese orden- y ha sido reconocido por la crítica como lo que Borges alguna vez llamó, “una obra mágica”.



El libro es, básicamente, una obra política. Fue escrito por Dante después de abandonar Florencia en 1302, desterrado por sus enemigos que gobernaban la ciudad.



Infierno



1. El libro se abre con la descripción de una llanura donde están los neutrales, los que no tomaron partido. En el poema de Dante son tan despreciables que quedaron incluso fuera del Infierno.



2. El primer recinto del séptimo círculo del Infierno comprende a los violentos contra las personas o las cosas.



3. El octavo círculo está formado por los que usaron el engaño y lo integran, entre otros, aduladores, hipócritas, ladrones, sembradores de escándalos y discordia.



4. En el noveno y último círculo del Infierno están alojados los traidores políticos y, también, los traidores a los huéspedes.





Purgatorio



1. Este reino se inicia con el Ante Purgatorio donde esperan los negligentes, o sea, los que en vida no se preocuparon del mandato recibido para cumplir una misión política.



2. El sistema de penas del Purgatorio tiene dos fases: no sólo se sufre, como en el Infierno, sino que el viaje está unido al arrepentimiento con el fin de ejercitar la virtud, de la que algunos carecen en vida.



3. Si en realidad la Argentina –como creen muchos- está circulando por las terrazas del Purgatorio, deberíamos compararla con la pasión política de Dante. Porque el discurso apasionado de muchos opositores expresa sólo –como en la Comedia- vehementes apóstrofes contra los gobernantes (nunca habríamos tenido nada peor) y, además, un recuerdo nostálgico de grandes personajes políticos del pasado.



Paraíso



Al viaje de Dante por el Paraíso deberíamos retirarlo del juego: los argentinos de nuestra generación nunca lo vieron. Los distintos cielos de los que habla el poeta deberían ser como la finalidad colectiva del país pero aún no los hemos alcanzado. Hasta el entusiasta Jefe de Gabinete dice que sólo “estamos en la puerta”.



El Presidente comparte esta idea cuando dice que “recién el 10 de diciembre entraremos a caminar los rumbos del Purgatorio”. No menciona tampoco dentro de su gobierno el reino del Paraíso, con lo que coincide con la historia de Dante: el libro del Paraíso fue conocido después de la muerte del poeta.



El desafío -ante la propuesta del Presidente y de su Jefe de Gabinete- sería ver cómo podemos ahondar en esta metáfora que ofrece el gobierno al utilizar el idioma de Dante en sus mensajes.



En un hipotético juego cada participante debería preparar una lista de las referencias de la Comedia que se detallan a continuación y escribir debajo de cada una de esas referencias los nombres y apellidos de los dirigentes públicos y privados que, en su opinión, más se parezcan a la descripción. El ganador será aquel dirigente cuyo nombre menos veces se repita en la lista de preferencias.



- Los que no pueden volver en paz a la ciudad que aman.

- Los que maldicen las costumbres del país pero no hacen nada.

- Los que se niegan a desarmar la violencia del diálogo.

- Los que piensan que el reino de la corrupción es interminable.

- Los que viven sembrando la discordia y la pelea.

- Los que no se arrepienten nunca.

- Los que no cumplen sus promesas.



Es probable que el juego –sin tener en cuenta el nombre del ganador- muestre el siguiente resultado: no está escrito en ninguna parte que la Argentina esté en las puertas del Paraíso, tampoco en las del Infierno. Pareciéramos en cambio estar transitando, cómodamente, por el reino del Purgatorio.



¿Por qué ésta insistente referencia a la Divina Comedia?



Porque sus versos fueron escritos hace siete siglos y pueden aplicarse al juego de la política argentina contemporánea con plena y absoluta actualidad.



Porque las preguntas, como en 1300, son las mismas:



¿Piensa en serio el gobierno –sin fijarse ni en el pasado reciente- que la fiesta del poder es interminable?



¿Está la oposición en condiciones de sacrificar famas y liderazgos bien adquiridos para impedir la continuidad, con otro nombre, de este mismo gobierno?



¿Piensan los líderes opositores, por el contrario, que no deben hacer ningún sacrificio personal porque están convencidos que la situación no es tan grave o, dicho de otra manera, que la coalición gobernantes no es tan mala?

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