UNA VISION DEL PAIS
Siglo veinte cambalache.. .....¡¡¡¡¡qué país, madre mía!!!!
En los años cuarenta y tantos, una pareja despareja, la del general y la aprendiz de actriz, manejaron la nación a su antojo por ocho años, con aciertos y exageraciones, con importantes conquistas sociales y también desmesuras, con hermosas escuelas, pero también plazas, parajes, provincias, monumentos, colegios y cuanto quiera uno imaginar llevando sus nombres en vida, al mejor estilo país bananero de séptima, con mezcla de republiqueta ignota, con denuncias de jóvenes estudiantes seducidas a bordo de motonetas en clubes juveniles y cuñados presidenciales todopoderosos, dueños de haciendas, de la vida y de la muerte, una especie de sainete a lo Vaccarezza.
En poco tiempo, algunos años nomás, la pacatería horrorizada y lamentosa, golpeando nuevamente los cuarteles, no tardó en serrucharle el piso al general que había osado traicionar las viejas convicciones conservadoras, y despotricando indignada contra los desaciertos del régimen y el "inmoral culto personal" implementado por su mentor, se alzaron con el poder, aunque a poco, se mostraron haciendo más barbaridades que ellos después que los echaron. Prohibiendo, proscribiendo, derrumbando estatuas y otras acciones que, aunque aparecían como necesarias, sólo sirvieron para dividir aún más a la sociedad ya escindida entre peronistas y antiperonistas.
Después de la llamada "Revolución Libertadora" , a partir del '55, el general ya sin su fallecida esposa, siguió manejando desde Europa el país casi a su antojo, aunque ahora con la compañía de una ex bailarina de cabaret devenida en estadista y heredera, y un misterioso y oportunista brujo de circo barato, antiguo camarero policial transformado luego, por esos secretos vericuetos de la vida política argentina y nuestra rara idiosincrasia, en un entorchado y homenajeado Comisario General.
Allá, desde su cómodo y pudiente retiro en Puerta de Hierro, le devolvió gentilezas a la Revolución Libertadora , le mojó la oreja a Lanusse cuantas veces quiso y le preparó el terreno para que degustara varios sapos mientras, alegremente, enviaba gente a morir y a matar, con absoluta naturalidad, como quien le dice al botija "andá a comprar unas flautitas".
El viejo general, aplaudía entusiasmado cada vez que caía un policía, un militar, un empresario o un sindicalista enemigo y justificaba esas muertes como "mal necesario para alcanzar la revolución" y diciendo que "a veces a mis muchachos se les va un poco la mano".
Vueltos al poder, por esas cosas típicas de nuestra especial republiqueta, cuando el viejo general ya transformado en "león herbívoro", percibe que no puede pararlos y que engendró un monstruo sin amo y sin control, se enoja con quienes antes le fueron funcionales y los echa de la plaza, indignado porque le matan sus mejores hombres, acrecentándose así imparable, el baño de sangre mas inmenso que conocería la historia de la nación.
Ya viejo y enfermo, mientras toda Latinoamérica se incendia en los fuegos de la guerrilla marxista y el país se desangra en la peor guerra civil de su historia, envuelto en las intrigas del brujo y su sacerdotisa, finalmente se muere y nos deja. Y como su última picardía absurda, lo heredamos al personaje esotérico y a la nueva "estadista" del Tarot y las Runas, compitiendo a ver quién de los dos enchastra más a la nación y nos deja aún mas colgados del pincel, mientras la gente muere como moscas, entre traiciones de alcoba, espurios arreglos entre guerrilleros y almirantes en París y posteriores entregas vergonzosas. Todo ello ante la impávida mirada y la pretendida impotencia de los viejos políticos, que quieren cualquier cosa menos agarrar la brasa caliente entre los dedos.
Llega el proceso, y después de seis años, en lugar de dejar un país en paz y pujante, como sucediera en Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y otros de Latinoamérica, tienen que irse prácticamente de apuro, después de la derrota de Malvinas.
Aparece Alfonsín y también tiene que irse antes, abrumado por el desgobierno y la inflación y le deja el camino a Menem y la Argentina crece como nunca en su historia, aunque vendemos hasta los calzoncillos de frisa del abuelo a precio vil y al que ponga más "mosca", pero paga comisiones.
Y todos roban tanto como crece el país, y vendemos los trenes para no seguir con los millonarios gastos que nos producen y porque son inoperantes y la gente viaja como los cerdos, pero les pagamos la misma cantidad en subsidios a los que los compraron y los administran peor que el estado y seguimos viajando como cerdos pero un poco más a horario.
Todos gozamos el veranillo hasta que duró. Record de viajes a Europa, record de heladeras, de coches nuevos, de televisores, de propiedades, de todo.
Y un día se acabó. Y llega el gran inútil balbuceante y su cohorte de renunciadores, debiendo huir en helicóptero al no poder aguantar la podrida combinación de desgobierno y la salvaje presión de Duhalde.
Y pasaron los años... y pasaron otras cosas......y no aprendimos nada.
Ahora, unas cuantas décadas después, se repite la historia. ¿Típicamente tanguera y argentina?
Otra vez estamos en las manos de una monárquica pareja despótica y soberbia que todo lo sabe y todo lo hará, sólo ellos dos y alternadamente a lo largo de varios períodos: Porque ellos son los únicos capaces de sacarnos del lodazal en el que todos, todos menos ellos, nos metieron.
Aunque eso sí, ahora nos dicen que todo su "sacrificio" es en favor del pueblo y que gracias a sus desvelos "estamos saliendo del infierno". Y el mundo absorto, nos mira y no entiende como puede ser que seamos tan recurrentemente autodestructivos.
Y se pregunta: ¿Por qué los argentinos son tan distintos? ¿Por qué son tan baratos? ¿Por qué se valorizan tan poco como nación aunque son tan soberbios individualmente? ¿Por qué son tan antidemocráticos? ¿Por qué se defecan en las instituciones y la constitución? ¿Por qué siendo la CONSTITUCION ARGENTINA una de las más ejemplares en el mundo, los propios argentinos la bastardean repetidamente?
¿Por qué cuando en el mundo se imponen las ideas fuerza y los proyectos, en contra de los personalismos, aquí en cambio estamos más bananeros que nunca y admiramos a Chaves y a Morales y a Castro y sus regímenes de terror y prepotencia?
¿Somos masoquistas? ¿Habrá sido influencia del tango? ¿Será culpa de Discépolo? ¿Será que el mate tiene alguna droga desconocida? ¿Estamos locos que despreciamos el renunciamiento de San Martín, pero importamos el hegemonismo, el personalismo y la ambición de poder de Bolívar, dejándonos convencer por ese gran simulador y cocoliche de Chaves?
La mezcla de sangre española e italiana, ¿nos habrá dejado un gen incomprensible que nos hace así?
¿No será que deberíamos contratar unos mil o tres mil sociólogos y antropólogos de renombre internacional para que estudien las causas verdaderas de porqué los argentinos tenemos esta facilidad para endiosar buhoneros de barricada? Charlatanes mas falsos que moneda de hojalata y sensuales gatos botulínicos consortes, de encendida verba, pero hipócrita realidad, que pretenden y consiguen vendernos elixires y pócimas mágicas?
¿Por qué creemos que el secreto de la consolidación de una nueva Argentina, reside en otra familia todopoderosa e infalible y no en las instituciones?
¿Por qué ese berretín de comprar presidente junto con la esposa de ocasión?
¿Por qué basta que una mina hable más o menos bien, nombre algún filósofo conocido (seguro leyó su nombre en la estantería) y despotrique con el puño en alto imitando la voz de Evita para que ya la endiosemos como si hablara Zaratustra y creamos que va a salvarnos? ¿Salvarnos de qué?
¿Y de ellos quien nos salva?
¿Por qué nos convencen de que nuestra única salida debe provenir de la mano protectora de un irascible orador de barricada que, como si no le bastara estar peleado con el mundo entero afuera, ahora se pelea con las fuerzas del campo, que son quienes contribuyeron con su trabajo a que él pueda hoy cantar victoria?
¿Qué los hace mejores, si acompañaron, aplaudieron, usufructuaron y propiciaron aquellas políticas que hoy defenestran? ¿Y a las que culpan de nuestra situación actual?
¿Por qué en esta administració n los funcionarios tienen actitudes más típicas de nenitos enojados que de empleados que cobran muy bien para hacer las cosas casi nunca bien?
¿Cómo un secretario de estado puede aceptar hacer el ridículo ante miles de personas retirándose de un acto importante sin saludar y con cara de "hacer puchero"? Todo porque no le gustó al presidente lo que dijeron del gobierno y le ordenaron irse así, sin saludar y a lo bestia nomás.
¿ Dónde hemos llegado? ¿Comprenden realmente lo que está en juego o creen que esto es como jugar al Estanciero?
¿Cómo puede ser que países que nos rodean y no tienen ni la décima parte del potencial de Argentina, estén creciendo material y espiritualmente como nunca mientras nosotros todavía estamos queriendo descubrir de quién fue la culpa?
¿Cómo puede ser que exporte más carne Uruguay que Argentina? ¿Cómo puede ser que por su inoperancia y desinterés estemos peleados e incomunicados con el Uruguay, nada menos?
¿Qué pueden pensar de nosotros en países como España, México, EEUU y muchos otros, cuando ven en los noticiarios del mundo lo que pasó en San Vicente, lo que pasa en nuestras canchas de fútbol, en nuestras rutas, en la ciudad y conurbano con los chorros y asesinos que dominan las calles, con el desmadre de los piqueteros, los cartoneros que pululan cada día más, cada vez más gente viviendo y durmiendo a la intemperie, etc.?
Eso claro, sin contar los indígenas del Chaco que se mueren como moscas ante la mirada indiferente del gobernador, del presidente, de la primera y botulínica dama, el ministro de interior y todos los demás funcionarios que no deberían poder dormir ante esta realidad.
Mientras tanto se regodean diciendo que las arcas del BCRA rebosan de dólares y pagan fortunas que alcanzarían para alimentar un año a toda una comunidad aborigen por sólo una hora de helicóptero para hacer campaña.
¿No habría que hacerles un Juicio de Residencia y responsabilizarlos por esas muertes y por nuestra inseguridad?
¿Cómo tienen la desfachatez de hablar de los logros de su gobierno cuando los contrastan con esa gente que muere por que le faltan miserables trescientos pesos por mes para comer o porque nadie les fumiga sus vergonzosas chozas?
¿Cómo puede hablar ese bigotudo insolente, prepotente y maleducado, ex prófugo de la justicia, de "resabios de la derecha insolente" y de "exclusión social" ante cualquier crítica al gobierno cuando se le muere gente por desnutrición todos los días?
¿Ministro de qué? ¿Del interior? ¿De qué interior? Cuando en lo que va del año mueren diez aborígenes de hambre y enfermedades que en cualquier parte del mundo, hasta en el Amazonas, ya están casi desaparecidas.
Cómo podemos los Argentinos seguir soportando en silencio a esos energúmenos portadores de apellidos que deshonran, ilustrando al "pueblo" con sus lecciones de moral que no se corresponden ni con sus historias ni con sus trayectorias. Soportamos que pretendan marcarnos el "rumbo a seguir" mientras hoy sostienen lo contrario a lo que decían hace seis años y prepotean a periodistas y entrevistadores serios e independientes que les formulan preguntas incómodas mientras se explayan y reciben adulaciones de los indignos vendidos del dial y de los casi mellizos chupamedias de la pantalla?
¿Cómo es posible que en el país de Borges, de Favaloro, de Houssay, de Milstein, de Frondizi, de Balbín, de Palacios, de De La Torre , de Saavedra Lamas, de Roca, de Mitre, y tantos otros, sigamos soportando estos neoculturistas de cloaca que hablan sintiéndose dueños de la verdad, cuando en cambio son patoteros de la "popu", con voces destempladas y prepotentes que enseñan la verdadera hilacha de taitas del albañal orillero.
¿Cómo es posible que nunca, ni Dios ni la Patria se los demanden?
¿Será que en el fondo los argentinos seguimos añorando la figura de los virreyes y necesitamos esas personalidades tutelares?
¿No sentimos vergüenza de tener estos dirigentes? ¿Qué pensará el mundo de nosotros?
No, realmente yo no tenía respuestas Y para calmar mi conciencia, bajar la presión sobre mis arterias y no entrar en pánico, a modo de solución a todas estas preguntas y a la vergüenza que me daban, un día encontré una fórmula facilista, escuché el axioma: "TENEMOS LO QUE MERECEMOS" y lo adopté como propio.
Me dije: Así como tuvimos los políticos que nos merecíamos, también lo fueron son y serán los presidentes, las primeras damas, los ministros, los militares, los cancilleres, la policía, los gatos botulínicos que recorren el mundo en representació n nuestra, los embajadores, los maestros, la sociedad, los jueces, en fin....será entonces que ....en definitiva eso es todo lo que nos merecemos... ..para incomprensión y asombro del mundo y solaz esparcimiento y motivo de burla de los países limítrofes y competidores que crecen sostenidamente, no solo en lo económico, sino también en lo moral y como nación y que en el fondo les conviene que nosotros permanezcamos en esta eterna mediocridad.
Y con eso pretendí conformarme, porque no vislumbraba la forma de cambiar esa realidad que me abrumaba.
Y así lo asumí,.... en esta parte del ring, peleados con el mundo, estamos nosotros, abrazados con un montón de estiércol informe e intrascendente, junto con los Kirchner, los Chaves, los Morales y los Castro, mientras, en segunda y tercera fila les hacen coro obsecuente los Bonasso, los Borocotó, los Conti, los Kunkel, los Garré, los Miceli, los D’Elia, los radicales K, los socialistas K y otros especímenes oportunistas.
Es decir, los descastados de la política. Los mediocres que barren su basura bajo la alfombra. Los que borran con el codo lo que firman con la mano, los socios de la mediocridad y la incultura, los que se niegan a entrevistarse con intelectuales y empresarios, pero casi duermen con sus madres putativas, con los neo Bolivarianos y con cuanto otro personaje descartable del mundo anda por allí. Los que fraguan los datos del INDEC, tomándonos por idiotas, los que se regalan terrenos públicos en nuestras narices, y un largo etc. que marca nuestra indefensión ante el latrocinio del que somos víctimas en manos de estos delincuentes. Los que nos hacen ser el hazmerreír del mundo civilizado.
Los que por mediocridad y chatura moral y cobardía se manifiestan y asumen Bolivarianos y reniegan de su orgullosa herencia Sanmartiniana. ......... ....
En fin, ELLOS; quienes algún día serán culpables y partícipes necesarios de esta vergüenza ante el mundo y del desprestigio de la Argentina. De haber engañado al pueblo diciendo ser corderos cuando eran sólo buitres carroñeros.
Y entonces, MÁGICAMENTE y gracias al instinto de conservación, acercándose a octubre, pienso que no todo está perdido, que algo se puede hacer.
O por lo menos intentarlo.
Y aunque parezca ingenuo e infantil, podemos hacer algo y es votando seriamente para que se vayan.
Para que dejen de avergonzarnos ante el mundo y para que la política deje de ser el patrimonio de los advenedizos aventureros y delincuentes acomodaticios vendidos al mejor postor.
Para que algún día la justicia pueda ser JUSTICIA y aparezca y actúe con toda su majestad, solemnidad y pureza y no como está ahora: una desdentada prostituta vieja, casquivana y tuerta.
Para que actitudes como la de Tarapow sean el ejemplo A SEGUIR y no la de los obsecuentes y chupamedias que no corren riesgos y se escudan en la grisácea oscuridad.
Para tener jueces independientes y con convicciones que aunque no piensen como nos guste, actúan con coherencia y a derecho, como Argibay. Para que no se suiciden más Favaloros, abrumados por la indiferencia estatal.
Y entonces, cuando llegue ese momento, nosotros podamos dejar de sentir vergüenza y ellos puedan responder por sus actos ante esa JUSTICIA con mayúscula y con sus platillos equilibrados en serio.
Nuestra arma es el voto.
El voto es la escoba que usaremos para barrer la escoria que hoy nos avergüenza.
Cuantos más argentinos sintamos esa vergüenza, más "votos" seremos y más cartuchos tendrá nuestra arma que no será para matar, si no para recuperar nuestra dignidad como pueblo.
Y entonces, quizás con un poco de suerte y si muchos tomamos conciencia, los veremos irse y se acabará antes de comenzar esta monarquía indigna.
A lo mejor no se irán en helicóptero, cual ratas que abandonan el barco, pero si seguro se irán preocupados porque algún día tendrán que sentarse ante los jueces.
Jueces que ya no tendrán miedo ni serán extorsionados por sus fallos.
Si perdemos esa esperanza, perdemos todo.
En octubre, vote con el corazón, pero también vote con el cerebro.
Fdo.: Juan Mondiola
Un argentino con vergüenza.
Un argentino que no necesita de próceres importados.
Un argentino fanático del General Don José de San Martín, ejemplo de hombre, de padre, de soldado y de estadista.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario