Sendero Luminoso, ¿nuevamente en escena?
por Enrique A. Antonini
El fantasma de la violencia guerrillera ha vuelto a asomar en territorio peruano. En efecto, una emboscada de la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso, grupo supuestamente desactivado en 1992 y que fue pesadilla de Alan García durante su primera presidencia, entre 1985 y 1990, dejó como saldo, al menos, 19 muertos, entre civiles y militares, y más de 10 heridos. El nuevo episodio de violencia ocurrió en la zona del valle del río Apurimac y Ene (VRAE), a 600 kilómetros de Lima, donde el grupo guerrillero tiene su último reducto y también domina el narcotráfico.
El ataque se produjo cuando personal militar de la segunda brigada de infantería de un comando especial retornaba a su base de Cochabamba Grande, en camiones particulares, junto con lugareños. Voceros de la fuerza explicaron que los rebeldes hicieron detonar una bomba debajo de uno de los camiones, en el que iban pobladores, y luego abrieron fuego contra el resto de vehículos. Ante el ataque, el personal militar reaccionó inmediatamente, generándose un enfrentamiento que duró varias horas.
La zona donde ocurrió el atentado es una de las mayores regiones productoras de coca y cocaína del Perú y tiene una fuerte presencia de grupos remanentes de Sendero Luminoso que no acataron la orden de desmovilizació n dada por su ex líder, Abimael Guzmán, tras su detención, hace 16 años. Desde agosto último, las fuerzas armadas peruanas desarrollan una agresiva campaña en el VRAE, especialmente en la zona boscosa del Vizcatán, y desde entonces han muerto un soldado y cinco presuntos senderistas, y han resultado heridos una veintena de soldados. Las fuerzas que responden al gobierno también han tomado varios campamentos terroristas, han destruido varias pozas de maceración de droga y desactivado minas contra personas.
Para el ex ministro de Interior peruano y especialista en terrorismo y narcotráfico, Fernando Rospigliosi, este último atentado "es uno de los peores cometidos por Sendero Luminoso desde que empezó la subversión, en el 80". Al respecto, cabe recordar que la primera administració n de Alan García, hace casi 20 años, coincidió con la etapa de mayor poderío bélico de Sendero Luminoso. Sin embargo, sería su sucesor, el hoy detenido Alberto Fujimori (1990-2000), el encargado de neutralizar el grupo guerrillero.
En 2003, grupos remanentes de Sendero secuestraron a 69 trabajadores de Techint empleados en el gasoducto de Camisea. En diciembre de 2005, el ex presidente Alejandro Toledo (2001-2006) decretó el estado de emergencia en el departamento de Huánaco, por el atentado a una patrulla militar. Hasta la reciente emboscada, esa había sido la última acción armada de Sendero Luminoso.
Entre otros, el desafío para el Perú radica en elevar los niveles de vida de la población campesina y no campesina de las regiones cocaleras; se trata de una tarea de desarrollo socioeconómico en el ámbito nacional, priorizando la atención a las zonas de pobreza crítica y las zonas del narcotráfico; de manera especial, en el área del VRAE, con impune presencia terrorista. Frente a nuevas amenazas desde estos grupos insurgentes, las respuestas desde el Estado deben ser concretas y perfectamente coordinadas.
Según opinan expertos en seguridad, Sendero Luminoso no reúne, actualmente, el mismo poder destructor que tenía en los años de su apogeo, pero sigue latente. Por ello, para enfrentar la situación, será necesario llevar adelante una clara estrategia para prevenir y combatir el terrorismo y el narcotráfico, antes de que la sociedad peruana comience a ser víctima de su peligroso y destructivo accionar.
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Enrique A. Antonini es abogado; reside en Buenos Aires.
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