miércoles, 4 de marzo de 2009

CAMPO CALIENTE


Cunde el descontento en el campo


DESPUÉS DE LAS LLUVIAS

Por Carlos Manuel Acuña

La lluvia caída en abundancia en distintas partes del País y especialmente en la "zona núcleo", satisfizo a los agobiados productores pero impidieron que el gobernador de Buenos Aires y el ministro del Interior fueran recibidos a huevazos en la rotonda de ingreso a la ciudad de Chivilcoy. Allí nació Randazzo y tiene sus reales políticos que le sirven al intendente para intentar un aceptable desempeño en las próximas elecciones. Acompañado por Daniel Scioli interesado en respaldar ese hipotético comportamiento político, la intensidad con que caía el agua tan esperada determinó la ausencia de quienes se habían dado cita desde distintos puntos de interior bonaerense para demostrar su disconformidad con el mal llamado acuerdo firmado por el gobierno con el sector agropecuario. Lo interesante es que quienes espontáneamente decidieron la demostración de repudio eran autoconvocados pero también adherentes a CARBAP - una de las ramas más importantes de Confederaciones Rurales Argentinas - y a la Federación Agraria que a través de comunicados anticiparon su rechazo a las medidas firmadas por la Mesa de Enlace.

La primera señal de sensible molestia partió desde la provincia de Entre Ríos donde el representante local de la FFA, De Angeli, no dudó en rechazar abiertamente lo firmado y enfrentar a Buzzi, titular de la organización a la que pertenece. Este respondió enseguida con duros términos y de esta manera quedó planteada una situación que sin duda tendrá graves derivaciones políticas dentro de la estructura gremial donde ambos actúan. De Angeli, convertido gracias a su peculiar estilo, la forma llana de expresarse y definir con especial claridad los términos en que se desenvuelve el conflicto provocado por el kirchnerismo, puede transformarse de aquí en más en la figura convocante que recibirá adhesiones desde todos los sectores del campo, sin distinciones y sin ideologismos. De hecho, esas adhesiones le fueron transmitidas durante las últimas horas y forman parte de un nuevo entramado en la representación agropecuaria donde los autoconvocados ya tienen una activa participación, tanta que puede esperarse que las relaciones del gobierno con el campo ingresen en un proceso sin retorno. No serían los únicos en sumarse a una acción potencialmente dura y sostenida, con objetivos precisos, de máxima y acordes con los reclamos más importantes que apuntan a la suspensión de las retenciones a la soja, pues también una amplia y cada vez más firme corriente dentro del movimiento confederado, especialmente de las provincias de Buenos Aires y La Pampa, no ocultan su oposición al documento firmado por la Mesa de Enlace.

Esta crisis dentro de la crisis que sacude al sector más importante en la generación de riqueza para el País, fue buscada expresamente por el gobierno a quien se le recordó días atrás un proyecto elaborado en el 2007 por legisladores ajenos al oficialismo pero cercanos a Lilita Carrió, por el cual se establecía una fuerte presencia estatal en todo el proceso de comercialización de los productos de la tierra. Ahora se asegura que uno de los intervinientes en esta maniobra habría sido el diputado Macaluse, un hombre de izquierda que llegó al Congreso de la mano de Lilita. Lo interesante es que Macaluse es un íntimo amigo de Bussi, circunstancia que abre un marco de dudas acerca de como se desarrollaron determinados aspectos de las negociaciones del campo con el kirchnerismo.

Si bien el gobierno forzó la firma del acuerdo mediante la inesperada presencia de la Presidente Cristinta durante las deliberaciones finales, la estrategia en vez de afirmar un eventual éxito del oficialismo, sólo sirvió para crispar más aún los ánimos ya muy sensibilizados. Sobre todo, si es verdad que en la intimidad de las conversaciones los funcionarios dejaron caer una relexión amenazante: si no se aceptaba el mal llamado acuerdo, el gobierno, bajo el impulso de Néstor Kirchner, llevaría adelante la idea estatizadora y correría el riesgo de ampliar la confrontación en términos exponenciales. Pasadas unas horas, ahora todos se preguntan que sucederá con los reclamos de fondo que exige el sector, reclamos que fueron pasados por alto de manera manifiesta. Sin la quita de retenciones a la soja, las dificultades financieras y técnicas para encarar este año la campaña agrícola se suma a un insólito panorama de liquidación del stock ganadero que se acentuará gracias a la faena de hembras, incluso preñadas y la evidente posibilidad de que la Argentina se convierta este año en importadora de carne.

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