miércoles, 4 de marzo de 2009

CARTA DE JUAN PAMPERO


Quinta Los Colorados del Monte, marzo de 2009.


Veo que en el fondo del santuario está sentado un dios negro que dice: ¡Escuchadme
vosotros infelices! : tenéis todos los derechos, inclusive el de moriros de hambre si así os place, excepto el de hablar mal del dios, nuestro señor.
Carta a don Carlos Fernández.
Querido amigo y Viejo Camarada:
Bueno mire don Carlos: que usted me ha enviado un mensaje pidiéndome le haga llegar una gacetilla versada sobre el discurso de la señora Presidente en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación. Y esta carta, es la prueba acabada de que lo quiero como a un hermano. De no haber sido así, ya se hubiese ido usted de paseo mandado por mí. Pero don Carlos, ¿de qué discurso me está hablando usted? Si lo que enlazaron mis ojillos y pialaron mis orejas, no fue más que una alocución proselitista, en un lugar donde no había prosélitos, sino un hatajo de cagatintas a sueldo. Una especie de escuadra de gritos y aplausos alquilada por el estipendio que, por supuesto, sufraga el ajeno.
La señora Presidente está absolutamente descalificada para decir esta boca es mía y, sin embargo, usted habrá visto que habla pontificando hasta por los codos, aunque siempre hueca y vana. Y esto es así porque, en el año 1974, ella pasó a la clandestinidad para integrar las fuerzas marxistas del terrorismo que habrían de degradar a la Patria, ayudando a tumbar un gobierno constitucional que había sido elegido por el 62% de los votos, sobre un electorado que alcanzó la cifra récord del 86% del padrón general. Que tampoco es el caso de ella, ganadora con un 46% sobre el 50% de los empadronados que, en verdad es, nada más que un 23%. ¿O no fue así don Carlos? Lo que dicho de otra forma sería que de cada 100 argentinos, 23 le dijeron que Sí y 77 que No. Esta es la verdadera mayoría que se ufana en tener. Los mencheviques y los bolcheviques, eternamente minoritarios, sufrieron una nueva derrota popular estrepitosa. Mas luego la prensa, siempre venal y canalla, transformó a la derrota en una victoria, porque ningún periodista se hizo esta reflexión. He aquí, amigo mío, la verdad; elocuente y descarnada, y no las mentiras flatulentas que andan diciendo por aquí y por allá. Que ella se crea victoriosa ante cuadro tan famélico, conforma una patología y su tratamiento psiquiátrico.
Pero el tiempo que es machazo, justiciero y vengador, vino a delatar sonoramente que, en aquellos días cuando ocurriera la muerte del General Perón, ya la gorilidad estaba armando su frangollo. Así lo dice el propio General Videla. Yo no lo voy a desmentir. Y más adelante el Almirante Massera. Quiere decir que ella, nuestra impoluta Presidente, con los militares del 24 de marzo de 1976 andaban detrás del mismo botín. Digamos que como las veredas, que son paralelas y las dos llevan a un mismo destino. Bueno, creo que se me fue la mano; porque las paralelas nunca tienen puntos en común, y parece que estas paralelas, en ocasiones, se encimaban como secantes o tangentes. No siempre; digamos que de vez en cuando. Un toquecito. Pequeñito, como para tener entretenida a la gilada que llegó a pensar que eran enemigos acérrimos. Y después nos enteramos que había un tercer elemento: los radicales, perennes golpistas, que recibieron su ración en el establo: de los 86.000 cargos públicos que tenía entonces el Estado Nacional, ocuparon durante el Proceso el 70%, esto es 60.200. Para sincerarnos, caro amigo, a los radicales les fue mejor que con la Involución Libertadora que no es poco decir. A partir de julio de 1974 la Unión Democrática se pone en movimiento para derrumbar un gobierno constitucional: gorilas, radicales, militares, marxistas, comunistas, socialistas, etc. Y sobrenadando por sobre todos ellos la Masonería con su Gran Maestro indiscutido, el Príncipe de Edimburgo y, desde luego Su Graciosa Majestad. Desde esta época ya Malvinas estaba bajo la lupa: en febrero de 1976 doña Isabel Perón había expulsado al embajador inglés por este motivo. El CARI, filial telúrica del CFR norteamericano y de la RIIA inglesa, ya estaba en funcionamiento bajo el útero de Amalia Lacroze de Fortabat. A partir de 1976, todos los gobiernos, ora de facto, ora constitucionales, tuvieron en su seno a uno o más miembros del CARI. Y eso hasta el día de hoy, en que un tipejo como Taiana hace disertaciones en el CARI flanqueando sus lados por miembros eminentes de la Logia Masónica Judía B’nei Brit y personeros de alta jerarquía del Sionismo Internacional.
Para cerrar la nominación de las huestes de la subversión falta mentar un ingrediente valioso como lo fue el autodenominado Peronismo Renovador. Me refiero a los Caffiero, que luego aparecería como su jefe natural disputando la jefatura de la traición con Menem, los Bittel, los Ruckauf, los Marín, los Rodríguez Saá, los de la Sota, los Grosso, los Manzano, los Duhalde, los Solá, etc. Terriblemente corrosivos todos, trepadores, marrulleros y perjuros sin vuelta.
De forma tal, querido amigo, que si Videla y sus secuaces están presos, ella también lo debería estar con los bandidos, muchos de los cuales estaban en aquel recinto. Casi todos por conspiradores subversivos y algunos por ser asesinos confesos de inocentes en su mayoría (el caso del asesino comunista Taina es el más emblemático).
De entre los temas que la señora Presidente pasó por alto en su alocución se pueden mencionar: Economía, Educación, Relaciones Exteriores y Defensa Nacional. Como usted puede apreciar, solamente pavaditas. Una bicoca. Ahora con el dólar que se les escapó (o hicieron que se les escape), y no parará hasta los $ 4,20, en 90 días todos los precios, desde la mayonesa, pasando por la pala de puntear y terminando en la sal gruesa, se elevarán un 30% como mínimo. Pero con salarios que ya han pasado por la paritaria mentirosa. ¡Agarrate Catalina que vamos a galopiar! Porque el que encuentre una laucha para merendársela será llamado benemérito. Y al que consiga una lagartija le dirán majestuoso. Los miembros del Congreso, ganapanes y puchereros, deben estar de acuerdo con esto, porque la aplaudieron de pie, mientras cuatro empleados del Palacio Legislativo, con sendas bolsas de basura blancas, arrojaban papelitos de apuñados para que la gilería piense que era obra del pueblo alborozado.
Como usted verá don Carlos, hay en esto más tela para cortar. Pero en mi afán de no fatigarlo le planto bandera aquí. Que Jesús Misericordioso y su Santa Madre María lo cuiden y protejan. Reciba usted mi abrazo y un hasta pronto de su siempre afectísimo amigo
JUAN

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