domingo, 1 de marzo de 2009
LA TIMBA EN EL CALAFATE O FATO?
EL CALAFATE (OPI Santa Cruz). Cristóbal López, el hombre de oro, el empresario del juego que cerró muy buenos negocios de la mano de su amigo Néstor Kirchner, acaba de cerrar un contrato más en El Calafate, que marca una tendencia en Santa Cruz para favorecer a los amigos del poder.
Se trata de un salón de usos múltiples que posee el municipio de la villa turística, construido hace 2 años cuando Cristóbal edificó la sala de juegos de azar de Casino Club sobre 2 privilegiados terrenos céntricos (lotes 3 y 4 de la manzana Nº 22) que le donó su amigo local, el ex intendente (hoy diputado provincial impresentable) Néstor Méndez, quien no se privó de abrir una virtual inmobiliaria oficial para obsequiar tierras a $7 el m2 a todo el espectro político cercano al kirchnerismo.
El nuevo contrato, de acuerdo a la documentación que gentilmente nos fue cedida por el portal Ahora Calafate, era una deuda pendiente que tenía Méndez con López y, considerando que Méndez se marchó antes de convalidarlo, ahora le tocó al actual intendente, Javier Belloni, estampar su conformidad junto al apoderado de la empresa, Horacio Falciglia (DNI 14.534.260), quien, de acuerdo al documento, fijó domicilio en 25 de Mayo 859 de Comodoro Rivadavia (Chubut).
El tema: cuando Cristóbal López construyó el casino sobre el terreno regalado por Méndez (y que hoy tiene un valor millonario), convinieron que, anexo a la sala de juegos, también se edificaría un salón de usos múltiples, que quedaría para la Municipalidad de El Calafate quien lo explotaría y/o usaría independientemente del funcionamiento del casino.
De alguna manera se asemeja a acuerdos que Casino Club firmó en San Miguel de Tucumán, en su momento, y más recientemente en Rosario, Santa Fe.
Es decir que, de alguna manera, Casino Club le retribuía a la comuna de El Calafate el costoso obsequio que le había realizado el intendente en el pasado, obviamente por orden directa de Néstor Kirchner, futuro habitué de varios tribunales federales.
Nuestras fuentes aseguran que Méndez ya apuntaba a cederle a Casino Club la concesión del SUM porque, de acuerdo al relato de ex empleados municipales, el hoy diputado provincial intrascendente se quejaba de que la comuna no podía hacer frente a los gastos que demandaba el mantenimiento del edificio.
Méndez no consiguió avanzar en sus aspiraciones de perpetuidad al frente a la comuna y llegó Javier Belloni. El nuevo jefe municipal también consideró demasiado oneroso mantener personal asignado al salón para realizar reuniones, eventos o alquilarlo a entidades privadas; y, de común acuerdo con la empresa de Cristóbal, decidieron firmar un contrato por el cual Casino Club se hizo cargo del SUM, ubicado en la planta baja del edificio.
Al respecto consideramos necesario destacar lo siguiente:
Belloni confía en la estabilidad
Llama la atención la módica suma en la que el intendente Belloni le cede el salón a Casino Club: $10.000 mensuales (pagaderos del 1 al 10 de cada mes, aclara el contrato) y, adicionalmente, el 20% de la utilidad que arrojen los eventos realizados mensualmente por el concesionario.
El convenio expresa que el tiempo de duración del contrato será por 10 años, sin que se incluyan cláusulas de actualización monetaria, incrementos del valor por desfasaje en el costo de vida, equiparación con el valor del dólar o algún tipo de mecanismo que le permita a la Municipalidad que, a lo largo del tiempo, esos $10.000 no terminen transformándose en monedas.
Varias imputaciones judiciales cabrían realizarle a Belloni por la grave indefensión de la hacienda pública. Apenas hay que esperar un poco para que el apellido Mercado ya no talle en la Justicia santacruceña y entonces habrá que realizar la denuncia formal.
El contrato establece que, una vez al mes, la Municipalidad tendrá derecho al uso sin cargo de las instalaciones del SUM para eventos institucionales, y hay otras cláusulas menores, tales como señalar -cada 2 renglones- que si el concesionario “no cumple algunos de los términos pactados” se rescindirá el contrato,
De esta manera, el hombre de oro que desembarcó en la villa turística concentrando el negocio del juego de azar en el lujoso templo levantado en terrenos regalados por Kirchner, logra quedarse –ahora sí– con el usufructo de todo el edificio, ya que el salón de usos múltiples es una sala pegada al casino y su administración pretendía que todos los eventos realizados allí (gubernamentales o privados) cumplieran ciertos requisitos que lo adaptaran al nivel que ostenta el casino.
Cristóbal López, primo de Sergio Acevedo -Muriel Lucía Sosa, casada con el zar del juego es hija de Doly Acevedo, hermana del padre del ex gobernador de Santa Cruz-, cerró otro contrato intrascendente (para él) para una empresa acostumbrada a manejar millones por mes.
Sin embargo (y precisamente por eso), los términos del convenio desnudan la escasa capacidad de negociación que tiene la Municipalidad de El Calafate para negociar defendiendo el patrimonio de los vecinos de los Kirchner (cuando no viven en la Quinta Presidencial de Olivos, se instalaen en El Calafate).
Las averiguaciones practicadas por esta Agencia en inmobiliarias de la villa turística y de Río Gallegos descartan que un contrato, a tan largo plazo, se omita toda referencia a la actualización monetaria.
Además, no encuentran comparable el valor del alquiler mencionado con negocios de arrendamiento en esa zona de El Calafate, en los que se pagan sumas aproximadas a la pactada, por contratos por 1 ó 2 años pero los propietarios buscan preservarse, en ese tiempo, de cualquier variabilidad en la moneda.
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