domingo, 24 de enero de 2010

OFENSAS

-Cristina y Cobos: del ninguneo a las ofensas
Por Diana Chiani

www.notiar.com.ar



La relación entre el Vicepresidente Julio Cobos y la Presidenta Cristina Fernández, así como con todos aquellos que responden a la Casa Rosada, está en su peor momento.


La acusación pública de conspiración que la mandataria -por primera vez en persona- le achacó, sorprendió a su entorno. Sin embargo, en cuanto a sus relaciones "personales" y a lo que Cobos y los Kirchner tienen para decirse (al menos en cantidad de información) no ha habido grandes cambios en estos dos años.

Al parecer, las muestras de afecto y el supuesto intercambio de ideas se terminaron casi el mismo 10 de diciembre de 2007. El día de la asunción de la fórmula ganadora, el Vicepresidente siempre estuvo atrás en las fotos y los periodistas de Buenos Aires enseguida hicieron notar su rol secundario.

Es que si bien Cobos apareció en esos tiempos en todos los actos oficiales, era apenas una figura decorativa. Ahora, tampoco se hablan si no es a través de los medios de comunicación y, por supuesto, el tono de las declaraciones de ambas partes no es justamente la de buenos amigos.

De hecho, la última vez que Cristina y Cobos se reunieron a solas fue el 30 de julio de 2008, cuando ella le advirtió que respetarían su rol institucional pero que el Gobierno no contaría más con su persona. El 1 de marzo, día en que la Presidenta dirigió su discurso a la Asamblea Legislativa, apenas se saludaron. El último día de ese mes dialogaron telefónicamente, pero sobre la muerte del ex presidente Raúl Alfonsín, que encontró a la mandataria fuera del país.

"Antes del quiebre de la 125/08, Cobos nunca tuvo que firmar nada ni hacer nada. Prácticamente no iba a la Casa Rosada", cuenta un colaborador del Vice. "Ellos querían tener un radical en la mesa de luz", sintetiza un referente mendocino del centenario partido para ejemplificar la situación y agrega que nunca se tuvo en cuenta su opinión.

Entre la asunción y el famoso "no positivo" transcurrieron siete meses en los que la relación se centró sólo en encuentros formales para -después- apenas mirarse en los poquísimos eventos en los que a la Presidenta y al Vice no les quedó otra que coincidir.

Quienes han estado al frente del Ejecutivo -advierte más de uno- nunca se caracterizaron por tener relaciones fluidas con sus segundos. Sin embargo, desde el cobismo insisten en que la idea del Vicepresidente siempre fue la de participar del Gobierno y hacer aportes desde su posición ideológica al gobierno de Concertación pactado con el ex presidente Néstor Kirchner.

Mientras desde el justicialismo acusan a Cobos de traicionar al proyecto político gracias al cual llegó al puesto que ocupa y logró proyección nacional, desde el radicalismo aseguran que ellos nunca cambiaron las reglas del juego y que -antes de asumir- el ex gobernador de Mendoza siempre manifestó sus disidencias en temas como el Indec, los superpoderes y el Consejo de la Magistratura.

Antes del encuentro del 30 de julio, Cobos manifestaba a los medios su idea de dialogar con la Presidenta sobre lo sucedido, es decir su voto contra las retenciones, en buenos términos. Un mes después, volvía a mostrarse lejos del proyecto kirchnerista y cerca de los intereses del campo, un aliado que mantuvo durante la pasada campaña electoral.

Desde el Gobierno, a fines de 2008, lo tildaban de "máquina de impedir" y las acusaciones venían de Néstor Kirchner, Hugo Moyano y funcionarios nacionales. "Él nunca contestó. Sabía que eso era parte del juego y se lo tenía que bancar", cuenta un cobista.

Poco más de un año después, la misma persona califica como de "gravedad institucional espantosa" que la Presidenta acuse al Vice de conspirar en su contra y que no viaje para no tener que delegarle el poder. Durante todo 2009, nadie del entorno presidencial habló con él. "Sólo los que se fueron empezaron a comunicarse", advirtió un colaborador y puso como ejemplo a Alberto Fernández y a Graciela Ocaña.

Recorte

De los funcionarios que viajaron con Cobos para instalarse en distintos puestos del Gobierno nacional, sólo queda Mario de Casas (quien criticó el voto del Vicepresidente), en el ente regulador del servicio eléctrico y Patricia Gutiérrez, en la oficina de la Casa Rosada que corresponde a la Vicepresidencia.

En mayo, la mujer comenzará su mandato como diputada provincial y todos dudan si su remplazo podrá ser elegido por Cobos. Es que ese cargo depende del Ejecutivo y no del Congreso.

El éxodo de funcionarios mendocinos comenzó tres días después de que el Vice diera por tierra con la posibilidad de aprobar la resolución de las retenciones móviles. El 20 se fueron los tres primeros funcionarios y poco después se terminó de marchar el resto. Juan Carlos Jaliff, que estaba al frente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, fue una de las salidas que más le dolió al cobismo.

Durante un tiempo, el Vicepresidente también recibió el recorte de viáticos así como tampoco pudo utilizar el avión presidencial para cumplir con determinadas tareas del cargo como, por ejemplo, la visita a los afectados por el aluvión de Tartagal.

La no firma de los decretos que avalaban su salida del país y haber llevado los granaderos desde Corrientes a Buenos Aires en el día del natalicio de José de San Martín porque Cobos participaría allí de un acto, fueron otras de las pequeñas venganzas.

Esas situaciones lo hicieron crecer en las encuestas ya que se veía (y lo mostraban) en condiciones de inferioridad frente al poder de los Kirchner. Ahora, el Vicepresidente se maneja con los viáticos que le corresponden del Senado.

Mañana, Cobos volverá a Buenos Aires para encabezar el martes la primera reunión de la comisión que analizará la remoción del presidente del Banco Central, Martín Redrado. Resuelto a no renunciar, dicen que está preparado para resistir todo este año.

dchiani@losandes.com.ar

Fuente: Los Andes (Mendoza)

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