lunes, 3 de mayo de 2010
CORTO ROMANCE
La alianza Lula-Kirchner con vuelo corto
Si gana Serra, Brasil relegaría el MERCOSUR y la UNASUR.
Por Guillermo Cherashny
Nuestro colega Roberto García -columnista de Perfil- sostiene con razón que la UNASUR es el nuevo ministerio de colonias de Brasil y especialmente de su presidente Lula, quien mantiene excelentes relaciones con el bloque bolivariano-castrista, al cual llena de productos de exportación de su país. Y, al igual que los bolivarianos, Lula mantiene también óptimas relaciones con la República Islámica de Irán. De ahí que, para mantener este esquema, un político conflictivo como Néstor Kirchner puede llegar a ser Secretario General de la UNASUR, porque toda su vida dividió y cooptó pero nunca sumó.
Pero la alegría de Kirchner puede durar sólo unos meses más, porque si el paulista José Serra alcanza la presidencia de Brasil, como dicen todas las encuestas, hay algo que va a cambiar en la política regional. El gobernador de San Pablo, junto con la poderosa cámara empresarial FIESPI, quiere bajar los decibeles en el Mercosur.
Más apertura y menos Mercosur
El mes pasado, Serra afirmó que el bloque regional “es una farsa, excepto cuando sirve para poner barreras” a Brasil y dejó entrever un posible fin de la unión al afirmar que “cargar con el Mercosur no tiene sentido”.
El líder opositor no detalló qué medidas exactas serían comprendidas en la flexibilización del Mercosur que propone, pero reiteró su deseo de que Brasil tenga independencia para firmar sus propios Tratados de Libre Comercio (TLC) con terceros países. Actualmente, ninguno de los países del bloque puede realizar acuerdos comerciales por separado. El criterio es “o todos juntos, o ninguno”. El candidato opositor argumentó que, en los últimos años, mientras que en el mundo se firmaban más de cien convenios de ese tipo, Brasil sólo firmó uno, el del Mercosur con Israel, que aún no está en vigor. Hizo además un paralelismo con la Unión Europea (UE), bloque en el que, “sólo después de décadas”, los integrantes renunciaron a la soberanía comercial y fijaron tarifas comunes de importaciones.
“Siempre creí que era irrealista hacer todo esto en cuatro años, a partir de 1995. Defendía que, primero, el Mercosur se fortaleciese como zona de libre comercio. Pero el libre comercio no se consolidó y la unión aduanera no se materializó totalmente. El Mercosur acabó siendo una obra inconclusa”, comentó.
UNASUR en la mira
El caso es que tanto Serra como el poderoso lobby que lo respalda están menos dispuestos que Lula a soportar las picardías argentinas y todavía mucho menos le darán manija a la UNASUR. Éste es un proyecto fantasioso de una América Latina sin México y que sólo sirve para los desvaríos de Kirchner y el trío Chávez, Castro y Ortega, sin olvidarse de las fantochadas andinas de Evo Morales y Rafael Correa, este último principal impulsor de Kirchner para la Secretaría General con sede en Quito. Pero el presidente del PJ quiere instalar su sede en Buenos Aires, así detenta los tres cargos, como dijimos, presidente del PJ, Diputado Nacional y Secretario General de la UNASUR.
Si bien es cierto que el cambio de presidente en Chile no modificó las excelentes relaciones con el país trasandino y que José Mujica es algo más contemplativo que Tabaré Vázquez, las diferencias con estos dos países limítrofes siguen existiendo. En la cumbre que empieza hoy en Cardales, habrá que ver también cómo los Kirchner avanzan en cumplir su compromiso con el Departamento de Estado de reconocer al gobierno hondureño de Porfirio Lobo a cambio de la audiencia de CFK con Obama. Lobo ya fue reconocido por un régimen amigo de este gobierno, como es la Nicaragua de Daniel Ortega.
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