martes, 1 de marzo de 2011

ALERTA EN OLIVOS




LA CONTINUIDAD DE CASAL SERÍA UNA DERROTA INACEPTABLE PARA EL KIRCHNERISMO

Nueva alerta en Olivos: delegados del sciolismo negocian listas comunes con el duhaldismo

Por el Dr. Carlos Tórtora

Tal como están las cosas hoy, la resistencia de Daniel Scioli a entregarle la cabeza de su ministro de seguridad Ricardo Casal al ultrakirchnerismo pone el conflicto en un nuevo punto. La simple continuidad de Casal en su despacho significaría un triunfo del gobernador sobre la presidente, que difícilmente ésta pueda aceptar, porque marcaría un debilitamiento importante de su poder. El Ministro del Interior, Florencio Randazzo, es uno de los que estarían intentando mediar para que Scioli releve a Casal por alguien que no represente ostensiblemente al grupo compuesto por León Arslanián, Nilda Garré y Horacio Verbitsky. De este modo, ninguno de los dos bandos quedaría demasiado herido. Claro está que para el caso de que el ex motonauta permanezca inflexible, en la Casa Rosada imaginan diversas represalias que no tengan efectos colaterales contra el propio kirchnerismo. Por ejemplo, tratar de reducir al mínimo la participación del gobernador en las listas de candidatos a legisladores para octubre y presionar para imponer un candidato a vicegobernador propio (Gabriel Mariotto encabeza la lista). De represalias económicas ni se habla. El gobierno teme que si en La Plata sufren escasez de fondos, se produzcan episodios de violencia social al no pagarse en tiempo y forma los planes sociales y los subsidios. Lo que más irrita a CFK sería que, según su criterio, la rebelión de Scioli estaría siendo trabajada como un producto mediático por Héctor Magnetto con el propósito de instalar la idea de una crisis permanente.

A todo esto, los dueños de los votos del conurbano, los intendentes, estarían en muchos casos sacando a relucir su reconocido pragmatismo, negociando colocar candidatos en las listas de la futura colectora que encabezará Martín Sabbatella. De este modo atenuarán el impacto negativo de la misma. Los jefes comunales estarían así resignados a ganar su reelección con menos votos -porque los candidatos de Sabbatella algo les quitarían-, pero conservando la mayoría en sus consejos deliberantes a través de su estrategia de poner huevos en dos canastas.

El fantasma del 28-j está presente

A todo esto, la voracidad K favorece en alguna medida la estrategia de Eduardo Duhalde de tejer un acuerdo entre todo el arco no kirchnerista. Este espectro incluiría cuatro componentes: peronistas federales, macristas, denarvaístas y vecinalistas. Pero hay un quinto componente que también es clave. De las conversaciones para el acuerdo entre Francisco De Narváez, Jorge Macri y Graciela Camaño, también están participando delegados del sciolismo enviados por los ministros de Gobierno y Acción Social, Eduardo Camaño y Baldomero “Cacho” Álvarez, así como el hermano diputado de Pablo Bruera y un cuñado de Scioli, apodado “El Patito”. En otras palabras, ni el sciolismo ni Massa y Bruera se quedan cortos y, en esta compleja ingeniería electoral, estarían dispuestos a colocar en las listas del PJ disidente a algunos de sus candidatos, que seguramente serían vetados por el kirchnerismo en las listas del FpV. De más está decir que tanto pragmatismo en Olivos se llama traición y traer el recuerdo del para ellos nefasto 28 de junio del 2009, cuando Néstor Kirchner se desayunó de que muchos de sus incondicionales intendentes también habían colocado candidatos en las listas de Unión PRO. Este tipo de operaciones son las que más preocupan al entorno presidencial.

El malestar peronista contra la Casa Rosada representa entonces una cuota de oxígeno para el armado de los disidentes. Uno de los núcleos más activos en este sector es el grupo “gracielista”, que lideran Mauricio Silva, Laura Sasprizza y Rubén Eslaiman. Estos parecen ir encontrando el modo de “acomodar los melones” del variopinto peronismo anti-K, de cara al frente con Macri y con (¿o sin?) De Narváez. Este último es la incógnita permanente, sobre todo desde que cambió de jefe de campaña tres veces en lo que va del año (primero fue Pepe Scioli, luego Alfredo Atanasoff y ahora el líder del sindicato del juego, Daniel Amoroso). Las marchas y contramarchas del empresario podrían ser una constante a lo largo de todo el año electoral.

Por último Aníbal Fernández, otrora poderoso operador bonaerense, se conformaría ahora con que el intendente quilmeño Francisco “Barba” Gutiérrez acepte incorporar a sus listas a algunos de sus amigos.

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