domingo, 13 de marzo de 2011

NUESTRA ALERTA DE GRANIZO


EL BIG ONE. (La Isla II).


Parecería inminente, con epicentro en California, EE.UU de Norteamérica, debido a la falla de San Andrés, a decir de la mayoría de los sismólogos, la madre de los últimos grandes terremotos que se vienen sucediendo. Y hasta aquí llego en la introducción por ser neófito en la materia, en más, y si quiere, desasnémonos juntos, GARRANDO LO LIBRO QUE NO MUERDEN.

En tanto nosotros, siempre a la “altura de las circunstancias”, seguimos preocupados y sin saber qué hacer ante un “ALERTA, GRANIZO”.¡ Lo parió, que manera de cagarnos en la suerte que tenemos!. Le confieso que a veces me dá “cosa”, y la cosa que me dá, no es justamente para enorgullecerse. Sí en cambio, debo admitir que hemos asimilado con destreza y orden, el pasaje del Huracán “Cristina”, habida cuenta de la presentación de la Señora en el estadio del Club de Fulbo homónimo.

Ahora la atención del mundo, está centrada en la posible explosión de un reactor nuclear situado en “la isla”, y las fatales consecuencias radioactivas que pudiera provocar semejante catástrofe, una más.

Ayer, mi amigo Ernesto me llamó por teléfono. Ernesto vive en el Barrio de Belgrano, en un muy suntuoso edificio en propiedad horizontal, teniendo por vecinos, a un grupo numeroso de hombres y mujeres de origen japonés. “Apagué el televisor luego de ver las imágenes de ese bote cargado de criaturas cuyas edades oscilaban entre los dos y cinco años de edad…tengo grabados esos cientos de ojitos abiertos por el asombro”, me dijo. Ernesto, mi amigo, me lleva una decena de años, y jamás antes había extrovertido semejante conmoción, cuando me consta que motivos nunca le han faltado. Punto.

Pero no dejo de pensar en mi Argentina, cada día más lejos de la Refundación que necesita como nunca antes, y más cerca de parecer a la espera de la “refundición” del resto de los países del planeta, que nos vuelva a posicionar en el lugar que jamás debimos haber perdido.

He recibido numerosos correos, por parte de gente con la que habitualmente me comunico a través de ese medio, y de otra con la que no tengo semejante privilegio. Debo confesarle que cuando escribí esa breve misiva titulada, “LA ISLA”, lejos estaba de imaginar semejante repercusión. Y la sensibilidad de la gente, aflora en toda su dimensión ante tan luctuosas circunstancias. Todos sabemos y aspiramos a que JAPÓN, vuelva a recuperarse del golpe más artero descargado por la naturaleza sobre su acotado y desprotegido territorio. Tienen la sabiduría y la entereza necesarias para conseguirlo. Sus gobernantes, priorizan por sobre todo la vida de sus semejantes; también la de la flora y la fauna que le es tan escasa, y poseen la tecnología más avanzada del mundo, que les ha permitido entre otras cosas, como bien dice mi otro amigo JOSEPH, competir con el mismísimo EE.UU de Norteamérica, cuyo parque automotor posee a la vanguardia la marca TOYOTA, de fabricación japonesa, que supera tecnológicamente a las marcas locales, y a mucho más bajo costo. Y los Norteamericanos, mal que le pese a la señora del pañuelo, son nacionalistas, pero jamás “boludos”.

Para culminar, le digo; gran parte de LA ISLA ha sido arrasada por un terremoto seguido de un tsunami que no tienen precedentes. La Isla reflotará en la inmensidad del Pacífico. En nuestro caso particular, el alerta granizo ya fue levantado y el sol ha vuelto a salir en todo su esplendor.

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com

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