miércoles, 16 de marzo de 2011

TIMBA Y VANIDADES




Por Raúl A. Flores


Siempre es posible quedarse con algo más rentable o de menor riesgo de inversión, cuando los socios son los administradores de Estado ¿Para qué conformarse solo con los vueltos? No les basta quedarse con la obra pública, los negociados varios, diarios, canales de aire y cable… También se la llevan por intermedio del juego. Algo que deja mucho, que es muy redituable.

En vida del popular (y timbero) estadista Néstor Carlos Kirchner, Cristóbal López era su fiel ladero en las fichitas que se jugaban en las salas de juego y casinos de la Patagonia.

A la oposición de Cristina Elisabeth Fernández de Kirchner (aún no Presidente, solo cargosa esposa y política en proyecto) de juntarse con gente de esa calaña se le sumó la prohibición médica de fumar y beber whisky -ese maldito colon irritable que más tarde se convirtió en severos problemas gástricos y luego en bendita carótida destituyente-.

Néstor, rebelde como pocos, no solo hizo caso omiso a los facultativos, sino que siguió apostando, y apostando, y apostando… hasta que se dio cuenta de otro filón: el negocio del juego. Trató de eternizarse no solo en el poder sino en los negociados. Para “durar” hay que tener plata y mucha, pensó, qué mejor que el juego y la timba para generar riqueza propia. No contó con que hay un Dios que todo lo ve, todo lo permite pero todo lo castiga… y así le fue: no pudo disfrutar ni del poder ni de la que se apropió de manera “astuta”.

Con el paso del tiempo, más la llegada de su amigo al poder en la Presidencia de la Nación, Cristóbal López creció en forma desmesurada en sus negocios. Ya no solo la minería, el petróleo, todo lo que no sabemos (pero sospechamos, ¿testaferro tal vez? Uno de tantos…)… también profundizó su ingreso en el tema juego, esta vez como Banca, ya no como jugador.

Como si fuera poco y no le bastara sacar del medio al español dueño del Casino Flotante de Puerto Madero (y quedarse mayoritariamente con el negocio) pasó a las máquinas tragamonedas. Estas últimas, si Karl Marx viviera, diría que “las tragamonedas son el opio de los pueblos” y dejaría de lado su tema con la religión.

Expandido ya en todo el país, gracias a las concesiones que logra por su amistad con Balcarce 50, Cristóbal López ahora adquirió la joya de la ex Marina Mercante, el buque Nicolás Mihanovich. La embarcación está siendo restaurada a nuevo (con fines de convertirse en un lujoso hotel flotante y casino) en un dique seco del Estado.

Teóricamente (porque en la práctica nunca sucede) algo estatal no puede utilizarse para fines comerciales privados, pero bueno… habrá que pedirles explicaciones -que nunca las dan, claro- al Ministerio de Planificación y Desarrollo, ya que la dársena sur donde está siendo reparado, pertenece a esa área del Estado… y está en manos de un moyanista, Ricardo Luján.

Sostienen las informaciones que en el negocio de López habrían invertido importantes sumas de dinero, Hugo Moyano y Marcelo Tinelli. Cabe destacar que el conductor no se priva en hacer todo tipo de negocios que puede con los K. Una vez terminados los trabajos en el Nicolás Mihanovich, proyectan que será amarrado junto al casino flotante del mismo López, en aguas juridisccionales de la Nación y sin la molesta injerencia de Mauricio Macri y su comitiva, evitando así controles molestos, que espanten a los potenciales jugadores que asistan al mismo.

Indudablemente y fuera de toda teoría, los administradores del juego deben dar un porcentual de sus ganancias a su socia de Balkarce 50. Infructuosos han sido los intentos para que Cristobal López escriba on-line todo el dinero que se mueve en el juego. No hay manera de que diga “entró tanto” y sea verdad, comparando con las terminales fiscales que por Ley debería tener conectadas directamente con AFIP, como lo obligan a todo gran contribuyente. La conexión virtual no miente ni es Korruptible. Los que faltan a la verdad son estos Korruptos que las usufructúan.

No hay manera actualmente, de saber a ciencia cierta (solo ellos lo saben) cuánto es lo que facturan, ganan y se llevan. Aunque cause gracia (o vergüenza ajena), solo entregan de vez en cuando una declaración jurada de los movimientos para que así el Estado deduzca el porcentaje que le corresponde. ¡Increíble! Y solo se logra aportando sumas importantes en Cristylandia.

En definitiva, a los retornos comprobables -y que ningún Juez de la Nación hasta que atisben que el modelo se cae- que nadie investiga, ahora suman otro navío a la flota timbera. Habrá que ver en las declaraciones juradas lo que aducen que les ingresa…Mientras tanto, esta timba también la pagamos todos los ciudadanos aportantes, ya que la reparación se efectiviza en un muelle, en una dársena del Estado. Negocios privados y ganancias exorbitantes para pocos, gastos siderales para todos los que aportamos de una forma u otra al Tesoro General de la Nación. Luego nos restriegan lo de la eternización, con el nombre de Néstor Carlos Kirchner en hospitales, calles, avenidas y torneos de fútbol, amén de ramblas, solo va a durar hasta diciembre de este año. Después será solo un mal recuerdo…

Así estamos…

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